Gait¨¢n desmonta al Atl¨¦tico

El d¨ªa que Simeone opt¨® por un cambio de esquema significativo, que apostaba por un f¨²tbol m¨¢s combinativo, con ?liver por el medio y Griezmann y Correa escoltando a Jackson, sucumbi¨® el Atl¨¦tico, que recibi¨® su primera derrota en 11 partidos en la Copa de Europa. Lo noque¨® el Benfica con dos golpes maestros y certeros. Dos jugadas en las que Nico Gait¨¢n justific¨® ese anhelo de tenerle bajo sus ¨®rdenes que siempre ha tenido Simeone hacia ¨¦l. Primero como finalizador y despu¨¦s como elaborador de una jugada que supo llevar por su banda hasta cruzarle el bal¨®n a Guedes, el argentino dej¨® huella en el Calder¨®n de futbolista de una pieza, de esos que domina el arte de los tiempos y convierten cada bal¨®n que toca en una lecci¨®n de dominio del juego y de los espacios.

La derrota complica la vida a este Atl¨¦tico, que acusa demasiado los goles en contra. Se descompone demasiado el equipo de Simeone este curso cuando el viento le viene en contra. Su carga final fue muy deshilachada, con Torres y Jackson como cabezas de ¨¢rea y Vietto por detr¨¢s, pero con la sensaci¨®n de que sin ?liver, Griezmann y Correa en el campo no hab¨ªa nadie que pudiera descubrir un agujero.

Sali¨® Simeone con un 4-3-3 de inicio y un once que contagiaba alegr¨ªa con la presencia del chisposo Correa. Su tarjeta de presentaci¨®n en su estreno como titular fue una ruleta en el medio del campo que electrific¨® a su equipo y a la grada. Ese detalle subi¨® el voltaje de un partido que empez¨® ya con un ritmo alto, con el Benfica tambi¨¦n queriendo imponer su plan. No dejar que el Atl¨¦tico combinara con dos l¨ªneas de cuatro muy juntas y la intenci¨®n desplegarse a trav¨¦s de las subidas de Semedo, la zurda exquisita de Gait¨¢n y los movimientos sibilinos de Jonas. Al otro lado, el Atl¨¦tico busc¨® en largo y en corto descifrar al Benfica. Le acorral¨® con varios saques de esquina seguidos y unos cuantos pases a Jackson, que estuvo donde se le pide. Jug¨® el colombiano al l¨ªmite del fuera de juego y eso le permiti¨® gozar de un par de ocasiones en las que le falt¨® algo de temple. Una la ech¨® por encima y la otra la envi¨® al poste con un cabezazo en plancha en posici¨®n dudosa. Donde no estuvo dominador fue en los duelos por alto en el juego en largo con los imponentes Luisao y Jardel.

El dibujo fue toda una declaraci¨®n de intenciones respecto al aprovechamiento m¨¢ximo de las virtudes de ?liver. Por primera vez, Simeone lo puso m¨¢s centrado. Un reconocimiento de que el chico necesita m¨¢s bal¨®n. En la banda le puede dar cosas a su t¨¦cnico, pero donde ?liver encuentra su expresi¨®n m¨¢xima es en posiciones m¨¢s centradas sin necesidad que tener que bascular tanto y descompensar al equipo. Los mejores minutos del Atl¨¦tico en el primer tiempo crecieron desde sus botas. R¨¢pido para tocar en la salida, ¨¢vido para ofrecerse en corto, ¨¦l inici¨® la jugada que abri¨® el marcador con un toque r¨¢pido para Correa que no perdon¨® a Julio C¨¦sar y lo super¨® con remate violento. Antes, tras un rechazo a un disparo de Jackson, Correa tir¨® la pelota alta con toda la porter¨ªa para ¨¦l. Ese gol, poco antes de cumplirse la media hora, parec¨ªa culminar su particular historia de superaci¨®n y empezar a escribir la de su adopci¨®n definitiva como nuevo ¨ªdolo de la hinchada, que siente la misma debilidad por ¨¦l que su entrenador.

En medio de esa euforia rojiblanca, el Benfica dio su primer golpe en poco tiempo. Fue de manual, tres cambios de orientaci¨®n. Primero de izquierda a derecha, donde Semedo, que hizo suya la banda con un despliegue y una ambici¨®n ofensiva admirables, cruz¨® la pelota para que Gait¨¢n llegara en el segundo palo y ense?ara su zurda con un disparo cruzado que super¨® a Oblak.

El tanto marc¨® un punto de inflexi¨®n en el partido para paralizarlo. Primero las bengalas y despu¨¦s el dominio de los espacios defensivos del Benfica generaron un partido que ya se destrab¨® poco para el Atl¨¦tico y lo encauz¨® Gait¨¢n con una maniobra en la banda en la que se salt¨® a God¨ªn y cruz¨® la pelota al segundo palo para que Guedes superara a Oblak. A partir de ah¨ª, el Benfica resisti¨® con oficio y cuando pudo doblarse, apareci¨® Julio C¨¦sar para abortar un remate a bocajarro de Correa.