Anillo, retirada y un bal¨®n ovalado
Como cada lunes y jueves, Juanma L¨®pez Iturriaga analiza la actualidad deportiva con su particular estilo
15/10 Jueves de anillo
Cada vez quedan menos dudas que el deporte femenino ocupa ya un lugar preferente en nuestro pa¨ªs. Las excepciones han dado paso a las costumbres y tanto individual como colectivamente, la lista de grandes competidoras es numerosa y variada, ocupando cada curso un mayor numero de especialidades. No es cosa de hoy, sin ir m¨¢s lejos, en los ¨²ltimos Juegos Ol¨ªmpicos de hace tres a?os, de las diecis¨¦is medallas logradas por Espa?a, once fueron conseguidas por nuestras deportistas. Vamos, que fueron ellas las que salvaron los muebles. Si a esto a?adimos las enormes dificultades que en general tienen que superar para entrenar, viajar, competir, o financiar su profesi¨®n, el m¨¦rito es doble. Pero gracias a su empe?o, van conquistando poco a poco el lugar que merecen. Hoy hemos desayunado con la noticia de que Anna Cruz ha ganado con Minnesota la WNBA teniendo una destacada actuaci¨®n. Y pienso que mucha gente se preguntar¨¢ quien es Anna Cruz, lo mismo que hicieron con cada una de nuestras grandes deportistas actuales en el momento que lograron sus primeros titulares por sus ¨¦xitos. Interes¨¢ndose por su biograf¨ªa, encontramos elementos comunes a todas ellas, como las paredes que han tenido que saltar, los clich¨¦s que han debido derribar, la todav¨ªa existente caspa machista a la que se han tenido que enfrentar, los pa¨ªses a los que han tenido que emigrar para poder seguir compitiendo al m¨¢ximo. A ninguna de ellas, ni Carolina, Mireia, Anna, las selecciones de baloncesto, balonmano, nataci¨®n, waterpolo, f¨²tbol, etc. se les ha puesto la alfombra, se les ha mimado desde sus inicios. Para nada, se lo han tenido que currar, y cada triunfo como el de Cruz, es un grito de reivindicaci¨®n.
16/10 Viernes de ?retirada?
Ra¨²l anuncia su retirada y se suceden los parabienes. No es para menos, pues se gan¨® a pulso un lugar en la historia. Pero me cuesta tomarme con trascendencia este momento. Me explico. A efectos pr¨¢cticos y emocionales, Ra¨²l se retir¨® hace unos cuantos a?os, cuando cogi¨® el avi¨®n para Qatar despu¨¦s de que el Schalke le dedicase el homenaje que se debi¨® celebrar en el Bernab¨¦u. Cogido a renuncio, el Madrid organiz¨® otro que pareci¨® m¨¢s forzado que querido. El caso es que esto ocurri¨® en 2012, una eternidad en estos tiempos fren¨¦ticos donde a veces un a?o parecen diez. Instalado pues, desde hace tiempo, en el futbol de recreo y recaudaci¨®n que se practica en Qatar o Estados Unidos, la noticia de que deja el f¨²tbol me deja un poco fr¨ªo, la verdad, que ya le ubiqu¨¦ fuera del campo con mucha anterioridad. Eso s¨ª, la memoria es traicionera, y la colectiva a veces injusta, por lo que nunca est¨¢ de m¨¢s recordar a un deportista singular, del que se podr¨¢n discutir algunas cosas pero otras resultan irrebatibles. Sus goles, t¨ªtulos, pasi¨®n por el juego y un impacto que fue m¨¢s all¨¢ de lo meramente deportivo.
17/10 S¨¢bado de bal¨®n ovalado
Hubo un tiempo donde me consideraba un fiel seguidor del rugby. Bueno, m¨¢s que del rugby, del entonces Cinco Naciones, ahora convertido en seis. Aquellos s¨¢bados por la tarde viendo partidos de Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda o Francia, en estadios abarrotados y con la narraci¨®n de Ram¨®n Trecet, eran citas ineludibles. Hasta me conoc¨ªa buena parte de los grandes jugadores de los ochenta. Aquella fiebre fue descendiendo poco a poco, y mi seguimiento anual fue sustituido a partir de 1987 por otro cada cuatro a?os, cuando se celebra el mundial. La edici¨®n de este a?o se encuentra en su recta final, y este fin de semana se disputan los cuartos de final, que es m¨¢s o menos cuando la cosa se pone seria. Despu¨¦s de disfrutar con los dos primeros, vuelvo a percatarme (me pasa cada cuatro a?os, pero luego se me olvida) que el rugby es una maravilla de deporte, un espect¨¢culo hipn¨®tico, un enternecedor despliegue de fuerza, velocidad, pasi¨®n, energ¨ªa y nobleza. Primero ha sido Sud¨¢frica el vencedor ante Gales, donde he terminado agotado de tanta tensi¨®n, pelea y choques. Y luego le ha llegado el turno a Nueva Zelanda, el Dream Team del rugby. ?Qu¨¦ b¨¢rbaros!. Han pasado por encima de Francia con su precioso juego, lleno de potencia, habilidad y verticalidad. Son como elefantes pero movi¨¦ndose a la velocidad de una liebre. La semana que viene, semifinales. En quince d¨ªas, la gran final. Si os las perd¨¦is, tendr¨¦is que esperar cuatro a?os para ver una cosa igual. Est¨¢is avisados.
18/10 Domingo de carrer¨®n
Desde Australia, cuatro locos subidos a lomo de sus cohetes nos deparan la carrera del a?o. Con la calculadora en la mano, M¨¢rquez, Lorenzo, Rossi e Iannone van y vienen, adelantan y son adelantados, se ponen a 340 km/h para frenar y bajar a 70 mientras vigilan que no se les cuele nadie. En medio del carrusel, llega la ¨²ltima vuelta, donde Lorenzo parece que tiene la victoria en la mano. Y como explica M¨¢rquez al final de la carrera, a pesar de que la moto le manda se?ales de agotamiento, decide jug¨¢rselo todo en una vuelta casi suicida, incre¨ªble, que finalmente le da la victoria. Termina la extraordinaria disputa y curiosamente los cuatro pilotos tienen motivos para estar contentos y as¨ª lo demuestran con sinceras sonrisas. M¨¢rquez por ganar, Lorenzo por recortar 11 puntos a Rossi, Iannone por pelear con los mejores y Rossi por seguir dependiendo de s¨ª mismo para alcanzar el t¨ªtulo. Pero los m¨¢s contentos somos los espectadores, todav¨ªa con la piel de gallina provocada por la emoci¨®n y el arrojo de cuatro tipos que se han batido el cobre como si les fuese la vida en ello. Que por cierto, a 340km/h, les va.
Escucho a uno de los comentaristas darle un ?zasca! a la F1, un tost¨®n de primera categor¨ªa si lo comparamos con una carrera de motos, donde en un fin de semana hay m¨¢s adelantamientos que en toda la temporada de F1. Y a¨²n sabiendo que est¨¢ arrimando el ascua a su sardina televisiva, no puedo estar m¨¢s de acuerdo.
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