Italia acude al rescate de Rossi

El lunes por la noche, desde Per¨², el primer ministro italiano, Matteo Renzi, telefone¨® a Valentino Rossi. No ha trascendido a¨²n el contenido de la conversaci¨®n, pero se descarta que fuese para echarle una bronca. Despu¨¦s de algunas horas de estupor en las que el rodillazo del piloto italiano a Marc M¨¢rquez parec¨ªa fuera de toda discusi¨®n, Italia ha reaccionado como Bertrand du Guesclin en el trance que acab¨® con la vida de Don Pedro I de Castilla a manos de su hermano Enrique: ¡°Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi se?or¡±. Lo que el domingo y todav¨ªa el lunes estaba claro, ahora ya no lo est¨¢ tanto. La prensa italiana habla incluso de una misteriosa conspiraci¨®n urdida en Andorra a finales de septiembre entre Jorge Lorenzo y Marc M¨¢rquez para dejar fuera de juego a Valentino Rossi. ¡°Me lo hab¨ªan dicho¡±, dicen que ha comentado el campe¨®n italiano, ¡°pero no quer¨ªa cre¨¦rmelo¡±.

Se trata de lo que en Italia se denomina un giallo, un misterio, una intriga destinada la mayor¨ªa de las veces a no resolverse jam¨¢s, de ah¨ª su efectividad. Las hay de gran calibre ¡ªel secuestro de Aldo Moro, las masacres de la Mafia, el desastre a¨¦reo de Ustica¡ª y tambi¨¦n de andar por casa, como esta ¨²ltima, cuyo ¨²nico objetivo es levantar la moral del h¨¦roe desquiciado y llevarlo en volandas al podio de Valencia. Y lo cierto es que no se est¨¢n ahorrando esfuerzos. Desde la llamada transoce¨¢nica del jefe del Gobierno a las muestras de apoyo de los cantantes Vasco Rossi ¡ª¡°lo que hizo Valentino fue defenderse ante un individuo que intent¨® hacerlo caer durante toda la carrera¡±¡ª y Jovanotti, pasando por las declaraciones de ¨¢nimo del jugador de baloncesto Danilo Gallinari o de los entrenadores de f¨²tbol Marcello Lippi y Roberto Mancini.

Hay quienes, no obstante, est¨¢n llevando la defensa de Rossi al l¨ªmite de la sobreactuaci¨®n. Destacan los casos del expiloto Loris Reggiani, quien se ha pasado de frenada asegurando que ¡°en Sepang ni siquiera Gandhi habr¨ªa resistido las provocaciones de M¨¢rquez¡±, o el columnista Vittorio Zucconi, que llega a escribir en el diario La Repubblica: ¡°Yo estoy con Valentino, el Peter Pan que lucha contra los j¨®venes leones¡±.

El objetivo es convertir la disputa entre Rossi y M¨¢rquez en una contienda nacional entre Italia y Espa?a. Los primeros en apuntarse a la fiesta han sido los editores de Il Giornale, esto es, la familia Berlusconi, ¨²ltimamente muy escasa de batallas con posibilidades de victoria. El titular de la edici¨®n impresa no deja lugar a dudas: ¡°Italia tiene ganas de vengar a Valentino¡±. Como los extremos se tocan, tambi¨¦n L¡¯Unit¨¢, el hist¨®rico diario de izquierdas fundado por Antonio Gramsci, se presta a desenterrar los viejos cuchillos que tiritan bajo el polvo: ¡°Espa?a declara la guerra a Valentino¡±.

As¨ª que, de aqu¨ª a Valencia, se espera que la consigna sea aquella de Groucho en Los hermanos Marx en el Oeste: ¡°?Es la guerra, m¨¢s madera!¡±. Y a tal empe?o, aunque con algunas excepciones, ya se est¨¢n dedicando con pasi¨®n los medios italianos. Adem¨¢s del referido ¡°giallo¡± ¡ªque la supuesta reuni¨®n conspiratoria entre Lorenzo y M¨¢rquez se celebrase en Andorra le a?ade un punto de exotismo¡ª, los esfuerzos se centran en demostrar que donde se vio rodillazo ¡ªde Rossi¡ª lo que en realidad hubo fue cabezazo ¡ªde M¨¢rquez¡ª. La Gazzetta dello Sport dedica tres de sus p¨¢ginas rosas a ¡°la radiograf¨ªa de aquellos cuatro segundos¡±. La llamada en portada tiene su gracia, porque ya no habla de patada ni rodillazo, sino de ¡°cuerpo a cuerpo¡±.

En el interior, el legendario piloto Giacomo Agostini, 73 a?os de edad y 15 t¨ªtulos mundiales, asegura que Rossi no propin¨® ¡°ninguna patada¡± a M¨¢rquez, si bien le achaca algo m¨¢s grave para un italiano: su ausencia de furbizia, una palabra dif¨ªcil de traducir con exactitud pero que lleva en su interior algunas dosis de habilidad e ingenio cocinadas con piller¨ªa. ¡°M¨¢rquez¡±, explica Agostini, ¡°fue m¨¢s pillo que Rossi¡±. Y eso duele, porque el recurso a la patada, al rodillazo, al cabezazo de Zidane, se ven como costumbres b¨¢rbaras, tan distintas a otros recursos m¨¢s elegantes, como aquella ¡°mano de Dios¡± ¡ªmonumento planetario a la furbizia¡ª que Maradona sac¨® a relucir en M¨¦xico 86. Aun as¨ª, ahora toca estar ¡ªcomo proclama el Corriere dello Sport¡ª ¡°todos con Rossi¡±. O sea, ¡°Italia contra Espa?a¡±.