El Astana bloquea a un mal Atl¨¦tico en Kazajist¨¢n
El Atl¨¦tico empata a cero con el equipo kazajo en un partido en el que ense?¨® su previsibilidad con la pelota
Al Atl¨¦tico se le cay¨® el techo del Astana Arena. All¨ª, a resguardo del fr¨ªo bajo la estructura met¨¢lica firm¨® un partido infame con la pelota. Parco de ideas, el equipo de Simeone entreg¨® un empate ante un rival que puso sobre la hierba sint¨¦tica poco m¨¢s que entusiasmo, mucho orden y una simplicidad directa en la elaboraci¨®n. Los jugadores del equipo kazajo fueron despedidos como h¨¦roes por su hinchada por la gesta hist¨®rica del punto logrado. Los del Atl¨¦tico, con su entrenador a la cabeza, llevaron el bochorno hasta la heladora Astana.
Le falt¨® grandeza a la alineaci¨®n y a la propuesta de Simeone ante un rival inferior t¨¦cnicamente. Tampoco le import¨® cederle campo y el bal¨®n a un contrario que por momentos se creci¨® aplicando conceptos b¨¢sicos, como los balones en profundidad para Kabananga, un tanque africano que hizo sudar a Gim¨¦nez y God¨ªn de lo lindo. El Atl¨¦tico le concedi¨® el mejor partido posible al Astana y pag¨® por ello. Le permiti¨® un combate cuerpo a cuerpo a su rival y por ah¨ª se igualaron las fuerzas y las din¨¢micas del juego.
ASTANA, 0; ATL?TICO, 0
Astana: Eric; Ilic, Postnikov, Anicic, Shomko; Dzholchiyev (Beysebekov, m. 90), Roger Ca?as, Maksimovic, Muzhikov (Zhukov, m. 77), Kethevoama; y Kabananga (Schetkin, m. 80). No utilizados: Loginovsky, Akhmetov, Pikalkin y Dedechko.
Atl¨¦tico: Oblak; Juanfran, Gim¨¦nez, God¨ªn, Siqueira; Sa¨²l (Yannick Carrasco, m. 73), Gabi, Tiago, Koke (Oliver, m. 81); Griezmann y Fernando Torres (Jackson Mart¨ªnez, m. 63). No utilizados: Moy¨¢, Thomas, Filipe Luis y Savic.
?rbitro: Anthony Taylor (Inglaterra). Amonest¨® a Postnikov y Dzholchiyev.
Unos 30.000 espectadores en el Astana Arena.
Jug¨® Simeone con cuatro mediocentros, todos de corte defensivo, por m¨¢s que Koke o Sa¨²l tengan llegada, aunque la ense?aran poco. Al Astana le bast¨® con plantarse en un 4-1-4-1 y ser un equipo corto para sacar a relucir una de las carencias m¨¢s notables de los rojiblancos en ataque en lo que va de curso. Apenas tuvo juego entrel¨ªneas en el primer acto. Entre otras cosas por falta de jugadores capacitados para ello. Solo Griezmann tiene condiciones innatas para zapear a la espalda del centro del campo rival, donde el colombiano Ca?as confirm¨® su f¨ªsico dominante para barrer de aqu¨ª para all¨¢.
Se compact¨® el Astana, que jug¨® a ser un equipo corto y desquici¨® a los futbolistas de Simeone. Romo en la medular el Atl¨¦tico, por ese cuatrivote disimulado, tampoco hubo mucho despliegue de Juanfran y Siqueira. Y el abrelatas que ha encontrado en los ¨²ltimos partidos Simeone, Carrasco, estaba en el banquillo. Todo era muy previsible desde el bal¨®n. Se cumpli¨® la m¨¢xima de que jugar a m¨¢s de tres toques es un mero sobeteo est¨¦ril. Tambi¨¦n hubo mucho encadenamiento a las posiciones propiciado por el perfil de esos cuatro centrocampistas. Cuando juega Carrasco o ?liver tienen m¨¢s libertad para meterse al centro que Koke o Sa¨²l, que aunque la tengan no son lo mismo en t¨¦rminos de desequilibrar con un regate o un pase filtrado.
Por momentos fue un partido garajero, con ese ¨¢spero sonido a lata de fondo proveniente de unas palmetas desplegables repartidas entre la ruidosa hinchada kazaja. El encuentro se jug¨® bajo ese ruido infernal potenciado por la cerradura total de la techumbre del estado. Y bajo esas condiciones naufrag¨® el Atl¨¦tico, que dio una imagen de equipo plano, sin inventiva ni capacidad para sorprender. Cuando hizo da?o fue m¨¢s por errores del Astana que por una elaboraci¨®n propia. Como ese bal¨®n cruzado que Torres desvi¨® con m¨¢s astucia que precisi¨®n tras ganarle la espalda a su despistado marcador. Koke envi¨® una falta lateral, forzada tambi¨¦n por Torres tras un error del Astana saliendo, al larguero. Por muchos momentos, el Atl¨¦tico dio sensaci¨®n de solo poder marcar a bal¨®n parado.
No mejoraron nada los rojiblancos en el segundo tiempo. Salieron bajo esas mismas directrices temerosas y poco arriesgadas. Tard¨® Simeone en poner lo que demandaba ese hermetismo del rival, velocidad y regate. Hasta que no entr¨® Carrasco, el Atl¨¦tico no infundi¨® verdadero temor en el Astana. Fueron 25 minutos que describieron lo que pod¨ªa haber sucedido antes con una alineaci¨®n m¨¢s atrevida y punzante. Con el belga en el campo, el equipo se estir¨® m¨¢s confiado y m¨¢s seguro de poder hacer da?o. Su primera intervenci¨®n fue un centro pasado que se desliz¨® por el travesa?o. Suya fue tambi¨¦n la otra gran ocasi¨®n, rozando el final con un remate a media vuelta que fue manso a las manos de Eric. Hubiese sido demasiado premio y el bochorno por el juego ofrecido no lo hubiera enterrado.
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