Rub¨¦n Castro y Ad¨¢n condenan a un M¨¢laga sin gol

Triunfo de oro del Betis. Un error de la defensa del M¨¢laga, la buena anticipaci¨®n de Varela y una definici¨®n estupenda de Rub¨¦n Castro propiciaron un gol de tremenda importancia para el equipo de Pepe Mel, que deja en una situaci¨®n muy complicada al M¨¢laga, que mereci¨®, al menos, el empate. El derbi regional fue malo, muy malo, con dos equipos llenos de nervios, con mucho miedo en ambos a la hora de jugar al f¨²tbol. Marcaron la diferencia dos futbolistas y los dos fueron del Betis. El primero, el portero Ad¨¢n, que realiz¨® tres paradas impresionantes que congelaron el ¨¢nimo del M¨¢laga. El segundo, Rub¨¦n Castro, que se encontr¨® con un bal¨®n en ventaja y marc¨® como los grandes delanteros de la Liga. No pasa el tiempo para Rub¨¦n, un goleador que, como Aduriz, parece mejorar con el transcurrir de los a?os.

El M¨¢laga lo intent¨® siempre. No tiene gol. Y un equipo lleno de bajas (Camacho, Amrabat, Santa Cruz, Miguel Torres¡­). Las dudas se ciernen sobre el proyecto que encabeza Javi Gracia, que no puede hacer milagros todos los a?os. El Betis, a seis puntos del descenso, respira tranquilo, aunque las sensaciones que transmite no acaban de ser buenas.

Ni M¨¢laga ni Betis andan en su mejor momento. Su tr¨¢nsito por esta Liga es irregular, con los nervios atenazando su juego. El M¨¢laga es intenso, pero tiene enormes problemas en ataque. No llega ni tiene claridad en campo contrario. El Betis tiene a Rub¨¦n Castro, un gran delantero, y un buen portero, Ad¨¢n. Con esos dos talentos sobrevive como puede en esta Liga de los pobres. De vez en cuando, aparece Joaqu¨ªn para poner alguna nota de calidad. El resto de sus hombres juegan con honradez, aunque rara vez hacen algo distinto, que pueda distinguirlos. Tambi¨¦n se alinea Van der Vaart. Un futbolista que no puede luchar contra el tiempo, sin ritmo para desbordar en Primera, al trote del futbolista veterano de categor¨ªa inferior. Es una pena ver al holand¨¦s, que lleg¨® a jugar en el Madrid y a defender la camiseta de Holanda en Eurocopas y Mundiales.

Fue Ad¨¢n el que salv¨® al Betis en una primera parte muy pobre de los verdiblancos. Mel introdujo hasta seis cambios en la alineaci¨®n inicial con respecto al choque frente al Athletic. Muchos de ellos, caso de Digard, Petros o el citado Van der Vaart, son fichajes destinados a reforzar lo que hab¨ªa. Del dicho al hecho corre un largo trecho. El M¨¢laga goz¨® de las mejores ocasiones aprovechando la debilidad del Betis, que defendi¨® mal y no supo tener el bal¨®n. Ad¨¢n estuvo soberbio ante dos clar¨ªsimas ocasiones de Juankar, antiguo futbolista b¨¦tico. La segunda parada, en el minuto 32, fue, sencillamente, espectacular. Juankar le peg¨® con el alma y el portero del Betis tap¨® de forma incre¨ªble su disparo al borde del ¨¢rea peque?a.

Los de Mel, superados en el centro del campo ante la incapacidad de Petros y Digard, solo llegaron en una clara ocasi¨®n de Rub¨¦n Castro. El canario, extra?amente, no supo aprovechar el excelente centro de Joaqu¨ªn al segundo palo. No coloc¨® bien la cabeza el goleador, rematando alto con todo a favor. Luego se redimi¨®.

La entrada de Xavi Torres le dio algo de prestancia al Betis, que no sufri¨® demasiado el acoso del M¨¢laga. Con el partido plano, Weligton y Angeleri se hicieron un l¨ªo en la salida del bal¨®n. Varela se anticip¨® y su toque, en principio inocuo, dej¨® solo a Rub¨¦n Castro, que se intern¨® y marc¨® con absoluta facilidad. Demasiado premio para un Betis rampl¨®n. Los de Mel se metieron atr¨¢s a defender como un tesoro los tres puntos. Cuando Westermann o Xavi Torres no se impon¨ªan (lamentable el partido de Piccini), surgi¨® la figura imponente de Ad¨¢n, que realiz¨® un parad¨®n escalofriante a remate de Charles. El M¨¢laga desaprovech¨® un mill¨®n de faltas y el Betis, con oficio y algo de fortuna, se llev¨® para Sevilla un triunfo de oro.