El poder del deporte en los campus universitarios de Estados Unidos
La presi¨®n de los jugadores del equipo de f¨²tbol de la Universidad de Missouri revela la posici¨®n ¨²nica del deporte en la sociedad
Son estudiantes y no cobran por su trabajo, pero mueven millones de d¨®lares y disfrutan de un prestigio inusual por ser simples aficionados: el poder de las competiciones universitarias es un rasgo particular de Estados Unidos. Un caso reciente, la dimisi¨®n del presidente de la Universidad de Missouri por la presi¨®n de los jugadores de su equipo de f¨²tbol americano, revela la posici¨®n ¨²nica del deporte no profesional en la sociedad estadounidense.
El 2 de noviembre, la protesta en contra de las acciones racistas en el campus de la Universidad de Missouri ya llevaba dos meses. La comunidad negra, que representa un 8% del alumnado, ped¨ªa la dimisi¨®n del presidente, Tim Wolfe, por su respuesta, insatisfactoria para algunos estudiantes, a distintos incidentes en los ¨²ltimos meses. Wolfe no mostraba ninguna intenci¨®n de dimitir. Pero el s¨¢bado 8 de noviembre, 30 jugadores del equipo de f¨²tbol americano, de mayor¨ªa negra, se sumaron a las protestas y anunciaron que si Wolfe no abandonaba su cargo no jugar¨ªan su pr¨®ximo partido. A las 36 horas Wolfe anunci¨® su dimisi¨®n.
La entrada en juego de los atletas en las protestas transform¨® la situaci¨®n. A la Universidad de Missouri le habr¨ªa costado un mill¨®n de d¨®lares que su equipo de f¨²tbol americano no jugara este s¨¢bado contra Brigham Young University. Y, aunque Wolfe apel¨® a su amor por la universidad al anunciar su cese en el cargo, el poder econ¨®mico del equipo de f¨²tbol americano fue probablemente el punto de inflexi¨®n en los c¨¢lculos del presidente de Missouri.
La dimisi¨®n de Wolfe en Missouri demuestra, seg¨²n escribe el periodista Joe Nocera, ¡°el potencial al que pueden llegar los atletas en las universidades norteamericanas¡±.
Porque el equipo de f¨²tbol americano de cualquier universidad es m¨¢s que un equipo. En 2013 el conjunto de Missouri gener¨® 31,9 millones de d¨®lares, y en 2014 esta cifra ascendi¨® a 35,6 millones. En abril, seg¨²n informa The Kansas City Star, los ingresos del entrenador del equipo ascendieron de 3,2 a 4 millones de d¨®lares anuales, mientras que el salario de Wolfe, el dimitido presidente de la universidad, se acerca a los 460.000.
Y eso que los Tigers de Missouri no es de los equipos m¨¢s ricos. En 2008, seg¨²n un an¨¢lisis del canal deportivo ESPN, el equipo universitario de f¨²tbol americano que m¨¢s ingresos fueron los Alabama Crimson Tide con casi 124 millones de d¨®lares, seguidos de otros como los Florida Gators con 106 millones de d¨®lares.
Desde el primer hasta el ¨²ltimo equipo en la lista ESPN, las donaciones forman una parte fundamental de este poder econ¨®mico. De los 124 millones de d¨®lares que ingresa Crimson Tide, el 23% son donaciones. Para los Ducks, el ¨²ltimo equipo de la lista, el 32% de los 56 millones proviene de esa misma fuente. Los donantes, multimillonarios la mayor¨ªa, son presidentes de grandes corporaciones y suelen tener v¨ªnculos personales con la universidad. Muchos son ex-alumnos. Desde 1994, el co-fundador de Nike, Phil Knight ha donado 300 millones de d¨®lares en un periodo de veinte a?os a la Universidad de Oregon, en la que hizo la carrera. De esta cifra, 68 millones se destinaron en 2013 a un centro de rendimiento para el equipo de f¨²tbol americano. En 2014, una familia rica de Kansas don¨® 60 millones a la universidad estatal de Kansas, 20 de los cuales se destinaron a la renovaci¨®n del estadio de los Kansas Wildcats.
El f¨²tbol americano en las universidades es una fiebre, la pasi¨®n de muchos estudiantes y muchos exalumnos. En Estados Unidos supera con frecuencia la afici¨®n al deporte profesional. Los diez estadios universitarios m¨¢s grandes de f¨²tbol americano superan en 10.000 asientos la capacidad del estadio del Real Madrid, un equipo de primera divisi¨®n profesional. El de Michigan, tiene 104.909 asientos.
La paradoja es que, pese a la influencia del deporte universitario, los deportistas son s¨®lo estudiantes a los que no les llegan los beneficios que genera el gran negocio que ellos generan. El deporte es poderoso. Ellos, no. Hasta ahora. El cambio en Missouri demuestra que pueden hacer o¨ªr su voz, y que se escucha.
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