Pedaleando en el horno de Burkina Faso
El marroqu¨ª Mousshine Lahssaini gana la prueba ciclista m¨¢s exigente de ?frica, que vuelve a celebrarse tras un a?o de interrupci¨®n debido al ?bola
Doce pa¨ªses, 72 corredores, diez d¨ªas, 1.310 kil¨®metros por carreteras no siempre en el mejor estado, una velocidad media de 40 kil¨®metros por hora y temperaturas de m¨¢s de 40 grados. Estas son las cifras y el desaf¨ªo que representa el Tour de Faso, la carrera por etapas m¨¢s antigua del continente africano, que acaba de celebrarse en Burkina Faso con victoria final del marroqu¨ª Mousshine Lahssaini, una aut¨¦ntica prueba de superaci¨®n que tiene lugar en uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo y en la que el constante calor es el gran enemigo. Despu¨¦s de que el a?o pasado se suspendiera a causa de la epidemia de ?bola, la cita, con sus flamantes 28 ediciones, ha vuelto por sus fueros.
La primera etapa es siempre la m¨¢s dura. El pelot¨®n est¨¢ ya a las puertas de la meta, en Ouahigouya, pero por detr¨¢s es donde se est¨¢ librando la peor batalla. Un corredor congole?o descolgado no puede con su alma. Con el maillot completamente abierto, en su cara se refleja el esfuerzo que hace en cada pedalada. Un poco m¨¢s adelante, dos benineses se hacen compa?¨ªa ca¨ªdos a m¨¢s de media hora del grupo. Y apenas a un kil¨®metro de distancia, un compatriota suyo se agarra a la moto de un paisano en un ilegal intento de no quedarse fuera de control. Un coche de la organizaci¨®n que pasa a toda velocidad se coloca a su lado para reprocharle su actitud. Ser¨¢ descalificado. Otros cinco caen con ¨¦l.
El eritreo Yemame Bereket es el primero en cruzar la meta de Ouahigouya, pero los aficionados buscan como locos al ¨ªdolo local, el corredor burkin¨¦s Abdoul Aziz Nikiema, ganador del Tour de Faso en 2013. Con 25 a?os, este joven sargento en excedencia vive en Francia desde que fich¨® por un equipo bret¨®n de primera categor¨ªa. ¡°Mi padre era entrenador de la selecci¨®n nacional y yo casi aprend¨ª primero a montar en bici que a caminar¡±, asegura. La relaci¨®n de este pa¨ªs con las dos ruedas es muy especial, pr¨¢cticamente todo el mundo tiene una bicicleta con la que van al mercado, a hacer los recados o a visitar a los parientes. Es un elemento cotidiano, especialmente en el campo.
Pero una cosa es el pausado pedaleo de los campesinos burkineses y otra bien distinta las exigencias de la competici¨®n. La segunda etapa, entre Yako y Ziniar¨¦, se la anota el ciclista marroqu¨ª Mousshine Lahssaini, que se apropia del maillot amarillo para no soltarlo ya durante toda la prueba. El Tour de Faso, en el que los corredores representan a sus pa¨ªses, fue este a?o el escenario de una nueva pugna entre los dos equipos m¨¢s en forma del continente africano, Eritrea y Marruecos, siendo este ¨²ltimo quien se llev¨® la victoria final. Las otras escuadras en liza eran tres de Burkina Faso (selecci¨®n nacional, central y oeste), muy combativos como siempre y ganadores de varias etapas, Argelia, Mal¨ª, Ben¨ªn, Camer¨²n, Costa de Marfil, Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo y tres equipos europeos, Alemania, Suiza y B¨¦lgica.
Organizador del Tour
La clave del ¨¦xito del Tour de Faso hay que buscarla en el hecho de que fue la empresa ASO, organizadora del Tour de Francia, la que cogi¨® las riendas de esta prueba en 1987, a?o de su debut. Aunque ASO ya no est¨¢ y el testigo lo cogi¨® el propio Gobierno burkin¨¦s, es una de las carreras mejor organizadas de ?frica, a la que acuden corredores en busca de los puntos que necesitan para ir a los Juegos Ol¨ªmpicos y de los suculentos premios en met¨¢lico. El ganador se lleva unos 2.500 euros, una cifra muy tentadora para corredores que reciben salarios baj¨ªsimos.
La tercera etapa se desarrolla entre Kombissiri y Kaya. Una decena de ciclistas sufre pinchazos por el mal estado del asfalto. Ernest Zongo tiene trabajo extra. Metido a director t¨¦cnico del equipo alem¨¢n, es una aut¨¦ntica leyenda burkinesa, el ¨²nico corredor que ha ganado esta prueba en dos ocasiones, en 1995 y 1997. Ese a?o gan¨® una etapa con 45 minutos de ventaja sobre el segundo, lo que le vali¨® el sobrenombre del can¨ªbal de Koudougou. ¡°Antes no hab¨ªa dinero, dorm¨ªamos en escuelas y com¨ªamos arroz que preparaban las mujeres del pueblo; ahora est¨¢ mucho mejor, hay hoteles, masajes, entrenamientos espec¨ªficos¡±, asegura.
La gran fiesta espera en Uagadug¨², la capital del pa¨ªs. Tras diez d¨ªas de competici¨®n a trav¨¦s de un duro paisaje saheliano, los ciclistas llegan agotados. ¡°Hay que beber mucha agua y hacer una buena recuperaci¨®n¡±, asegura Lobito, director del equipo suizo. El marroqu¨ª Lahssaini sube a lo alto del podio y el burkin¨¦s Nikiema se lleva el maillot rosa de las metas volantes, pero los cuarenta corredores que terminan la carrera se sienten m¨¢s que satisfechos s¨®lo por el hecho de haber llegado.
{Entradilla}
JOS? NARANJO, Uagadug¨²
{Pie de foto}
El pelot¨®n del Tour del Faso atraviesa una localidad del pa¨ªs.<MC>[AUTFOTO]?/?J.?N.
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