Nadal no puede con Djokovic
El n¨²mero uno, inmenso una vez m¨¢s, certifica su pase a la final de Londres con una victoria sin paliativos: doble 6-3 (1h19m). Federer (7-5 y 6-3 Wawrinka) ser¨¢ su rival
Exist¨ªa la incertidumbre, la atm¨®sfera de que algo pod¨ªa cambiar, por eso de que Rafael Nadal est¨¢ cerrando el curso con nota despu¨¦s de un a?o tumultuoso, pero a Novak Djokovic le bastaron unos pocos pelotazos para despejar toda inc¨®gnita: hoy d¨ªa, Nole, cacique Nole, a¨²n est¨¢ lejos. Pero no solo del espa?ol, que en los ¨²ltimos tres meses ha remontado hasta recuperar el fondo y la forma, sino para todos los jugadores del circuito. El doble 6-3 (en una hora y 19 minutos) es categ¨®rico, un nuevo golpe sobre la mesa del n¨²mero uno para certificar que ¨¦l dispone y ordena, que manda, pese a que muy espor¨¢dicamente haya tenido un resbal¨®n en esta temporada excepcional que ha rubricado.
Nadal, remodelado, ha subido varios pistones su juego y est¨¢ m¨¢s cerca de s¨ª mismo. En su cuarto encuentro con el serbio este a?o volvi¨® a batallar, pero la din¨¢mica fue muy similar a la de las tres ocasiones restantes. Sab¨ªa el de Manacor que sus opciones pasaban por mandar, por intentar marcar ¨¦l el ritmo y no dejarle pegar c¨®modo a Djokovic, pero este fue intransigente desde el principio. Si no, que se lo pregunten al exfutbolista David Beckham y dos de sus hijos, ubicados en la primera fila, testigos directos del ejercer incontestable del serbio.
De arranque, Djokovic defendi¨® bien su servicio, quebr¨® el de Nadal y consolid¨® el 3-0. En esa franja ya ofreci¨® las l¨ªneas maestras de su juego, con derechas plan¨ªsimas y profundas a los ¨¢ngulos, superior en los intercambios m¨¢s largos y con un rev¨¦s, sea en versi¨®n paralela o invertida, que no hay modo de desactivarlo. Lo intent¨® por todos los medios Nadal, pero a su derecha le falt¨® chispa, un punto de alegr¨ªa, exactamente igual que a la grada del O2. M¨¢s all¨¢ del poder de Djokovic, una pizca m¨¢s de calor y de arrope an¨ªmico le hubiera venido de f¨¢bula al de Manacor, cercado por su rival poco a poco, arrinconado con tiros largu¨ªsimos, muy duros.
Nadal se enganch¨® con el arn¨¦s al duelo y no perdi¨® el sitio, pero fue siempre a rebufo del serbio
Poco insuflo de aire, muy puntual. Cuatro suizos, por ejemplo, que probablemente le animasen a Nadal para evitar que los suyos (Roger Federer, 7-5 y 6-3 a Stanislas Wawrinka) tuvieran que v¨¦rselas con el jefe de la manada ma?ana en el pulso final. A pesar de todo, el espa?ol intent¨® agarrarse con u?as y dientes a la velocidad y los cambios de ritmo de Nole, que a la que quiere enrevesa el punto, pone el turbo o frena en seco para que el que le sigue se d¨¦ de bruces con ¨¦l. Gestion¨® a la perfecci¨®n el espacio, percutiendo siempre desde el centro, bien perfilado. Nadal se enganch¨® con el arn¨¦s al partido y no perdi¨® el sitio, pero fue siempre a rebufo. Hab¨ªa encadenado tres triunfos muy rese?ables, contra Wawrinka, Andy Murray y David Ferrer, pero si alg¨²n baremo era el id¨®neo para saber en qu¨¦ punto se encuentra de cara a la pr¨®xima temporada era un careo con Nole.
Hubo un ligero instante de luz, ¨ªnfimo, cuando Djokovic cometi¨® en el primer parcial una doble de falta con 5-3 y 15-15. ¡°?A por ¨¦l!¡±, se escuch¨® desde un asiento. Ah¨ª, quiz¨¢, pensaron algunos, pod¨ªa haber estado el punto de giro de la historia vespertina, pero no. El n¨²mero uno no se da treguas; de hecho, no concedi¨® a Nadal ni una sola opci¨®n de rotura en toda la tarde. En 34 minutos se ventil¨® el primer set y abord¨® el segundo con la misma frialdad mental de este a?o y con el punto de ebullici¨®n preciso para desgajar progresivamente al de enfrente.
Tard¨® un poco m¨¢s, 45 minutos, en liquidar definitivamente el partido. Nadal intentaba escapar de la encerrona, avanzar metros para ver si en alg¨²n instante pod¨ªa ser ¨¦l quien tocase su partitura, pero no hubo manera. Defendi¨® sus dos primeros servicios en la segunda manga y en el tercero lleg¨® el estacazo de Djokovic (break para 2-3), letal y despiadado, de una fiabilidad abrumadora, como no se recordaba en mucho tiempo. En el c¨®mputo global, su hoja de servicios de la jornada solo reflej¨® 11 errores (por los 20 de Nadal) y una ofensiva terrible: 24 golpes ganadores, tres bolas de break materializada en cinco intentos y un primer saque descomunal: 89% de puntos retenidos con primeros (100% en el segundo set). Solo cedi¨® a Nadal tres puntos (25/28) cuando ¨¦l puso la pelota en juego.
Nole no dio una sola opci¨®n de rotura y firm¨® un 89% de puntos con primeros; ahora, la estad¨ªstica entre ambos es de 23-23
Dec¨ªa el balear el otro d¨ªa que Djokovic juega ahora mismo en otra liga y no le falta raz¨®n. En 2015, Nole solo ha sufrido seis derrotas, solo una de ellas en un escenario mayor ¨Cante Wawrinka, en Roland Garros¨C; suma ya 10 t¨ªtulos y mira fijamente al 11? en Londres, donde se ha proclamado cuatro veces campe¨®n, en los tres ¨²ltimos a?os de forma consecutiva. Con este triunfo, adem¨¢s, equilibr¨® la estad¨ªstica particular entre ambos, que se han medido m¨¢s veces que nadie: 23 victorias por barba. El serbio, El Djoker, 10 t¨ªtulos de Grand Slam en su casillero (tres esta campa?a), est¨¢ m¨¢s cerca que hace unos meses para Nadal, pero a¨²n queda muy lejos. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ de aqu¨ª en adelante? No se sabe. Pero hay una certeza: la tiran¨ªa es hoy d¨ªa un hecho.
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