Gabi juega, Griezmann golea y el Atl¨¦tico est¨¢ en octavos

La presi¨®n alta ha caracterizado a algunos de los mejores equipos de la historia. El Ajax, el Milan o el Barcelona han marcado y marcan, en el caso de los azulgrana, diferencias con su intenci¨®n de agobiar la salida del bal¨®n del contrario. La ejecuci¨®n depende lo mismo de una colocaci¨®n correcta que de la confianza que tengan los jugadores para realizarla. La presi¨®n arriba es un signo de fortaleza y el Atl¨¦tico de Madrid ahora mismo se siente un equipo robusto para desempe?arla. A lomos de ese recurso que tambi¨¦n subraya la intenci¨®n de ir a por los partidos con m¨¢s acelerador que freno los rojiblancos lograron su pase a los octavos de final. En Lisboa, en el mismo estadio en el que roz¨® la Copa de Europa hace dos temporadas, tendr¨¢ que imponerse al Benfica si quiere terminar como primero del grupo.

Con la presi¨®n apabull¨® en su campo al moribundo Galatasaray, que tuvo un espasmo a los diez minutos con un disparo cruzado de Sneijder que cepill¨® la base y despu¨¦s no pudo m¨¢s que resignarse a ese ahogo al que le someti¨® el equipo de Simeone. En esa capacidad para asfixiar al rival han emergido como claves Tiago y Gabi. Los dos dieron un recital de posicionamiento y en el caso del capit¨¢n se le vio muy fino con la pelota. Si alguna vez fue mediapunta, y lo fue en edad juvenil, anoche lo rememor¨®. Primero con una rosca de sal¨®n para que Griezmann reventara la red de Muslera. Despu¨¦s con un doble ca?o y un pase raso para que de nuevo el franc¨¦s solo tuviera que empujar la pelota, esta vez con la pierna izquierda. Al Atl¨¦tico siguen sin aparecerle los delanteros puros para embocar, pero de momento le vale con la eficacia de Griezmann. Seis de los goles que lleva este curso han abierto el marcador, lo que habla de su trascendencia como abrelatas y su peso como jugador obligado a desequilibrar los partidos.

Desde la falta de ambici¨®n en el once y el bochorno con la pelota en Astana se ha apreciado una notable mejor¨ªa en el juego y en la disposici¨®n para jugar en campo contrario. El resultado es el crecimiento con la pelota de algunos futbolistas como Koke, que ahora juega m¨¢s centrado. Ese cambio lo ha originado la irrupci¨®n del atrevido Carrasco, que anoche no par¨® de percutir con desmarques al espacio y con alguna que otra virguer¨ªa marca de la casa. Fue una amenaza constante. El interino Taffarel sab¨ªa que en ese flanco ten¨ªa mucho que perder y le puso dos laterales enfrente, Sabri y Denayer. A este primero lo rompi¨® literalmente con una bicicleta a la carrera.

Carrasco, una tortura

Para entonces ya hab¨ªa marcado Griezmann el 1-0. La jugada naci¨® de un robo arriba perpetrado por G¨¢mez. La pelota acab¨® en el tobillo de Gabi, que le puso el pl¨¢tano a Griezmann. El cabezazo fue categ¨®rico y libre de marcas por el movimiento de arrastre de Torres al primer palo. No le llega el gol 100, pero en trabajo para el equipo y en movimientos no defrauda.

Si Carrasco en la banda izquierda fue una tortura para la defensa del Galatasaray, en la otra banda, G¨¢mez tambi¨¦n hizo mucho da?o. Primero con esos saques de banda que convierte en c¨®rners y despu¨¦s con varias incorporaciones. En ausencia de Juanfran, G¨¢mez ha logrado lo mejor que se le puede pedir a un suplente: que no se note la falta del futbolista al que suple. Suyo fue un centro pasado nada m¨¢s comenzar el segundo tiempo que Koke empal¨® en el segundo palo para encontrarse con Muslera.

Nada hizo el Galatasaray m¨¢s all¨¢ de tratar de evitar una goleada. Sneijder, su jugador destinado a encauzar el juego, agota sus ¨²ltimos d¨ªas entre alg¨²n disparo lejano, los lanzamientos a bal¨®n parado y alguna llegada desde la segunda l¨ªnea. Con el segundo tanto, con esa maravilla de maniobra previa de Gabi, cerr¨® el Atl¨¦tico un partido que empez¨® a ganar desde esa presi¨®n alta que le da un aire m¨¢s ambicioso.