El mejor Rafa es Ben¨ªtez
El partido del Madrid en Lviv se hubiera quedado en un bolo de no ser por el tufo que dej¨® el cl¨¢sico. Son tiempos para medir al equipo hasta en los recreos, y de Ucrania sali¨® apesadumbrado, por mucho que el prosaico discurso de Rafa Ben¨ªtez apuntara otra cosa. El encuentro destil¨® evidencias que dejan mal al t¨¦cnico, que esta vez se sinti¨® liberado y planific¨® una alineaci¨®n sin grilletes. Con siete cambios respecto al pasado s¨¢bado, el Madrid tuvo m¨¢s tonelaje; cuando, influenciado por los relevos, se quit¨® el mono en el tramo final estuvo a un dedo del descalabro.
Cuando Rafa fue Ben¨ªtez, resulta que se constat¨® que Carvajal est¨¢ muy por delante del desorientado Danilo y que Casemiro aporta el volumen que hoy le falta al anodino Kroos. Con el brasile?o al dique, Modric tiene m¨¢s rienda suelta que el alem¨¢n, y Bale se parece al menos a Bale cuando circula como extremo por la izquierda, no como un 10 a la carta, capricho que le convierte en un jugador ortop¨¦dico. Contra el Bar?a, el Madrid no tuvo el colmillo de Carvajal y Casemiro, el despliegue de Modric para infiltrase entre el enemigo y el poderoso tranco de Bale para volar por su costado natural. Al margen de los oportunistas lectores de resultados, con estas se?as no puede garantizarse que el marcador hubiera sido otro ante los barcelonistas, pero se intuye que el equipo hubiera sido m¨¢s canino, menos pacato.
Ante el Shakhtar constat¨® que Carvajal est¨¢ muy por delante de Danilo y que Casemiro aporta el volumen que hoy le falta a Kroos
Los casos de Carvajal y Casemiro son sintom¨¢ticos. Son reclutas obedientes y no tienen el hechizo de otros, por lo que si pasan al cuarto oscuro nadie se inmolar¨¢. Ma?ana se ver¨¢, hoy no dan motivo alguno para estar en la reserva. No lo est¨¢ Modric, pero lo mejor del croata se ha visto cuando se le procuran escudos que le permiten descolgarse, sean el firme Casemiro actual o el imponente Kroos que despeg¨® de Alemania como un medio de escuadra y cartab¨®n y se gradu¨® en Madrid como director de tr¨¢fico entre la defensa y el ataque.
El asunto de Bale es de otro calado. Hay algo en el gal¨¦s que evoca al primer Stoichkov, otro zurdo de gran carrocer¨ªa, veloz y picante ante el gol. El b¨²lgaro tambi¨¦n ten¨ªa alma de delantero, hasta que aprendi¨® con Cruyff que el camino hacia el gol no siempre es la l¨ªnea recta. El holand¨¦s le ense?¨® a explotar sus grandes cualidades desde la banda, a campo abierto, a la carrera, con el turbo a punto para el desmarque a espaldas del defensa de turno. Su producci¨®n de goles fue extraordinaria.
En Lviv, Bale, que con el Madrid solo ha marcado ocho tantos en todo 2015, se aventur¨® dos veces por la orilla a toda mecha: dos goles de Cristiano, al que ya se le sale la cadena fuera del per¨ªmetro del ¨¢rea, pero en ella a¨²n picotea. Carvajal, Casemiro, Modric, Bale... Pistas para un posible futuro mucho mejor que ese presente que solo reconoce Ben¨ªtez, que se aferra a los 14 partidos iniciales invicto (con empates de por medio ante Sporting y M¨¢laga, y rivales como Granada, Levante, Espanyol, Betis, Malmoe...). El mismo Ben¨ªtez que se fue ¡°muy satisfecho¡± de Lviv cuando el Madrid, ni m¨¢s ni menos que el Real Madrid, casi se derrumba con 0-4 a favor. El t¨¦cnico se anima a s¨ª mismo como un superviviente, enganchado a la ramploner¨ªa de algunos resultados. Quiz¨¢ solo quiera ganar el tiempo que no tendr¨¢ si el equipo no muestra alg¨²n encanto. O, al menos, exprese una idea concreta. Tambi¨¦n valdr¨ªa la de Ben¨ªtez, pero la del aut¨¦ntico Ben¨ªtez.
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