Elogio de la torpeza
Y as¨ª ocurre que Ben¨ªtez, el infeliz t¨¦cnico al que le ha tocado gestionar sobre el c¨¦sped un club de vodevil en los despachos, alinea a un jugador, Cheryshev, al que no puede alinear
Ten¨ªa este opinador la intenci¨®n de hablar hoy de ese misterio que le sucede a la selecci¨®n espa?ola, el ¨²nico equipo del mundo en el que, por una raz¨®n a¨²n desconocida, no juega el mejor delantero del pa¨ªs en cuesti¨®n, Aduriz de apellido. Incluso, y dado el patriotismo malasa?ero (que dir¨ªa Krahe) que nos invade, ten¨ªa uno la intenci¨®n de comentar la posibilidad de que Fernando Alonso, el mejor piloto de todos los tiempos habidos y por haber, del siglo XX, del XXI y del XIX, seg¨²n sus hagi¨®grafos, se tomara un a?o sab¨¢tico, otro m¨¢s. Andaba este cronista perge?ando todo ello cuando apareci¨® el Madrid en C¨¢diz con Cheryshev en su once inicial, al tiempo que Luis Enrique decid¨ªa humillar a un equipo de Segunda B, Villanovense de nombre. As¨ª que toca de nuevo hablar del Madrid, del Bar?a y, de postre, de ese mago del humor que es Piqu¨¦.
Todo acaba siendo una cuesti¨®n de estructura. Piramidal, si se quiere. En cualquier empresa que se precie, entre el jefe y el ¨²ltimo de los empleados existen una serie de mandos intermedios que gestionan seg¨²n qu¨¦ cosas. Mandos que, por ejemplo, deben estar informados sobre las sanciones que pesan sobre este o aquel trabajador. En el Madrid, el club m¨¢s rico y m¨¢s laureado del mundo, esa gente no existe. Y si existe, no sabe enviar un fax. Y si sabe enviarlo, no lo sabe leer. Y si lo sabe leer, no lo entiende. Y as¨ª resulta que nos dieron las 10, y las 11, y las 12, y la una, y De Gea sigue en el Manchester United. Y as¨ª ocurre que Rafa Ben¨ªtez, el infeliz t¨¦cnico al que le ha tocado gestionar sobre el c¨¦sped un club de vodevil en los despachos, alinea a un jugador, Cheryshev, al que no puede alinear porque lo impide una cosa extra?a llamada ley cuyo desconocimiento no exime de su cumplimiento, como bien sabe cualquier bachiller m¨ªnimamente avezado. As¨ª que sin Copa del Rey se han quedado los socios de tan eximio club que, si un tribunal no lo remedia, habr¨¢n pagado por un espect¨¢culo del que no van a poder disfrutar.
Ataque de Luis Enrique
Y en esas cuitas andaba quien esto escribe cuando en el Camp Nou a Luis Enrique le dio un ataque de Luis Enrique. 6-1 ganaba el Bar?a al Villanovense, equipo de Segunda B, que disfrutaba del partido de su vida. Igual que sus aficionados, que en un n¨²mero cercano a los 4.000 viajaron desde Extremadura a Barcelona para disfrutar de un partido de f¨²tbol. Y lo disfrutaron, pese a la derrota, durante 80 minutos, concretamente hasta que Luis Enrique tom¨® la decisi¨®n de re¨ªrse de todos y cada uno de ellos. Porque sucedi¨® que el defensa azulgrana Mathieu cay¨® lesionado a 10 minutos del final. Dos cambios le quedaban por hacer a Luis Enrique, que decidi¨® no hacer ninguno y que su equipo siguiera jugando con 10. Argument¨® tan sorprendente actuaci¨®n en el hecho, no menos sorprendente, de que si sal¨ªa alg¨²n jugador del banquillo pod¨ªa lesionarse. Cierto es. As¨ª las cosas, que a nadie extra?e que en el pr¨®ximo partido que el Bar?a gane por goleada el entrenador decida quitar al portero. Contra el Bayern de M¨²nich, a poder ser.
Informan desde WhatsApp que en breve podr¨¢ introducirse un nuevo emoticono en sus correos. Piqu¨¦ se llamar¨¢, en homenaje a tan magn¨ªfico futbolista, y mejor humorista, que disfrazado de Halloween o de ni?ato tocapelotas llora de la risa con las desgracias ajenas.
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