Tenis contra el ¡®establishment¡¯
Derrocar a Djokovic y Serena, dominadores absolutos, es la cuesti¨®n que capitaliza una temporada cargada de alicientes como el resurgir de Nadal o la ascensi¨®n de Muguruza
Pese a que ya se han celebrado algunas exhibiciones, esta semana arranca oficialmente el curso en el circuito ten¨ªstico. En Doha, por ejemplo, Rafael Nadal y Novak Djokovic coinciden en la lucha por su primer trofeo de la temporada, en un evento al que tambi¨¦n acude David Ferrer, integrante perenne del top-10. M¨¢s lejos, en Brisbane, otros dos nombres de referencia comienzan su andadura: Roger Federer, el eterno estilista, engrasa la maquinaria con el objetivo llegar a tono al primer grande de la temporada, el Abierto de Australia (del 18 al 31 de enero); y Garbi?e Muguruza, despu¨¦s de alternar entrenamientos en Barcelona y Los ?ngeles, persigue id¨¦ntico prop¨®sito.
Comienza un nuevo curso, el de 2016, con m¨²ltiples alicientes. Sin embargo, existe un denominador com¨²n en ambos circuitos, el de la ATP y la WTA: la lucha contra el stablishment. Es decir, intentar derrocar a los dos t¨®tems, Novak Djokovic y Serena Williams, gobernadores de hierro durante el ejercicio pasado. Esta es la trama principal, aderezada por un conglomerado de historias complementarias y sugerentes, adem¨¢s de, por supuesto, la pr¨®xima cita ol¨ªmpica de agosto, en R¨ªo de Janeiro.?
Nadal: La recuperaci¨®n del estatus.
Aproxim¨¢ndose a la treintena y sin contratiempos f¨ªsicos, el balear afronta un a?o trascendental. Lo hace despu¨¦s de su campa?a m¨¢s complicada, en la que por primera vez no cat¨® ning¨²n gran t¨ªtulo, pero sin dramatismos. Se aferra el de Manacor a la constancia y al mismo patr¨®n de trabajo de siempre, de la mano de su t¨ªo y t¨¦cnico, Toni, aunque ha ido introduciendo variables en su juego. Ahora, queda por ver en qu¨¦ par¨¢metros se mueve en este nuevo a?o. Algunos le exigir¨¢n un gran triunfo, otro grande, pero su aspiraci¨®n inmediata consiste en asentarse de nuevo entre los m¨¢s fuertes e ir elevando las metas conforme su nivel adquiera puntos. Regularidad en las citas de altura, al fin y al cabo. Hoy d¨ªa, Djokovic a¨²n queda lejos para ¨¦l (y para todos), pero el top-3 deber¨ªa ser su espacio natural. Roland Garros volver¨¢ a estar marcado en rojo en su calendario.
Garbi?e. De la ilusi¨®n a la obligaci¨®n.
Con 22 a?os, la explosi¨®n de 2015 ha subido el list¨®n para la hispano-venezolana. N¨²mero tres de la WTA, su deseo por brillar en las cotas altas ha dejado paso a una realidad de m¨¢xima exigencia. "Antes era la que pod¨ªa ganar; ahora soy la que debe ganar", reconoc¨ªa a finales de curso, despu¨¦s de firmar la final de Wimbledon, de alzar su primer gran trofeo en Pek¨ªn y de alcanzar las semifinales de la Copa de Maestras. Esta campa?a deber¨¢ convivir con la presi¨®n que rodea a las grandes, aspecto que no le asusta, sino que incluso disfruta. Con un rev¨¦s demoledor y un peloteo cada vez m¨¢s dominante, genera alt¨ªsimas expectativas no tanto por lo que ha logrado, como por el ampl¨ªsimo margen de progresi¨®n que se advierte en su juego. En la cita ol¨ªmpica no se descarta que forme un dobles mixto con Nadal.
Djokovic. Un triple reto.
El serbio cerr¨® un 2015 pr¨¢cticamente impecable, en uno de los ejercicios de mayor superioridad deportiva que se recuerdan:?82 victorias y seis derrotas,?15 finales en 16 torneos y 11 t¨ªtulos. Hoy d¨ªa, con 28 a?os, se presenta en la misma l¨ªnea, como un campe¨®n tir¨¢nico y sin fisuras, cuyo mayor enemigo puede estar en s¨ª mismo y en su apetito. Ante s¨ª tiene el un triple reto: lograr su primer triunfo en la arena de Roland Garros -la ¨²nica superficie que se le resiste, puesto que perdi¨® las tres finales que disput¨®-, cuadrar el c¨ªrculo del Grand Slam -ganar los cuatro majors en un mismo a?o- y colgarse su primer oro ol¨ªmpico -obtuvo el bronce en Pek¨ªn 2008-. Su estabilidad emocional se traduce en la pista y el margen de superioridad actual le permite formatear a su antojo el calendario.? ?
Serena. Reinar a los 35.
El ¨²ltimo fotograma de 2015 de la estadounidense ofreci¨® un llanto. Tras desfilar toda la temporada con paso firme, la derrota frente a la italiana Roberta Vinci en el asfalto de Nueva York abri¨® una herida an¨ªmica en la campeona, que renunci¨® a la recta final de la campa?a. Con una mente a prueba de bombas, retoma este a?o un doble desaf¨ªo: igualar los 22 grandes de Steffi Graf e intentar prolongar su supremac¨ªa entre las chicas. Al margen de aspectos t¨¦cnicos, donde no hay duda alguna, existe algo de incertidumbre en torno a su f¨ªsico, cada vez m¨¢s castigado por las lesiones. De hecho, esta misma semana tuvo que renunciar a la Copa Hopman debido a una inflamaci¨®n en la rodilla izquierda. Deber¨¢, por tanto, dosificar su presencia en la pista y exprimir al m¨¢ximo la contundencia de su derecha, inexorable al paso del tiempo.
Federer. El 'efecto Ljubicic'.
Mientras ning¨²n eslab¨®n del top-10 ni ning¨²n integrante de las nuevas hornadas dan un paso firme hacia adelante, el suizo es actualmente la alternativa m¨¢s fiable al monopolio de Djokovic. As¨ª lo atestiguan los seis t¨ªtulos que celebr¨® en 2015 y el hecho de que infligiera a Nole tres de las seis derrotas del serbio. Camino de los 35, el de Basilea sigue reinvent¨¢ndose y buscando nuevos est¨ªmulos. Tras terminar una fruct¨ªfera relaci¨®n profesional con Stefan Edberg ha integrado a Ivan Ljubicic en su organigrama t¨¦cnico. ?Podr¨¢ el croata aportar otra vuelta de tuerca al juego de Federer? Ah¨ª reside la gran inc¨®gnita. No obstante, m¨¢s all¨¢ de la metodolog¨ªa y nuevas instrucciones, el estilo cl¨¢sico del suizo es imperecedero.
?Alg¨²n paso al frente?
A pesar del dominio de Serena, el circuito de la WTA funciona como un mercado burs¨¢til en el que fluct¨²an los talentos. Caen unas, ascienden otras. Los vaivenes, de hecho, se producen con excesiva asiduidad. La media de las integrantes del top-10, siendo relativamente elevada (28,2 a?os), es inferior a la del masculino (29,7). Y es que la zona noble del cuadro masculino es como un compartimento estanco, en el que los movimientos son escasos y protagonizados desde hace unos cuantos a?os por las mismas caras. Aparecen desde hace unas fechas nuevos valores, pero los j¨®venes no terminan de dar el salto y la clase media de la ATP opone una resistencia escasa. A excepci¨®n de Marin Cilic (Nueva York, 2014), birlarle un grande a los pesos pesados resulta algo extraordinario.
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