El Espanyol se quema ante un abrasivo Barcelona
La pegada de Messi y la direcci¨®n de Iniesta resuelven un derbi de Copa muy caliente, con dos blanquiazules expulsados y constantes reyertas
Ni siquiera el viento, el mayor enemigo del f¨²tbol, estrope¨® un derbi de verdad, un partido serio, divertido, disputado y muy caliente, cosas de la Copa, que poco tiene que ver con la Liga. Jug¨® aceptablemente bien el Bar?a, a veces muy bien, y se bati¨® con f¨²tbol y entereza el Espanyol. Al equipo blanquiazul le perdieron los gestos individuales, alguno muy feo, como un pisot¨®n de Pau L¨®pez a Messi. Los espa?olistas estuvieron muy presentes al inicio, cuando se adelantaron en el marcador, y en el ¨²ltimo cuarto, tiempo en que defendieron con nueve un 3-1 por expulsi¨®n de Hern¨¢n P¨¦rez y Diop hasta que marc¨® Neymar. Les perdi¨® el entretiempo y la clase del Barcelona de Iniesta.
BARCELONA, 4; ESPANYOL, 1
Barcelona: Ter Stegen; Alves (Aleix Vidal, m. 66), Piqu¨¦, Mascherano, Jordi Alba; Busquets, Iniesta, Arda (Rakitic, m. 66); Messi, Su¨¢rez y Neymar. No utilizados: Masip; Bartra, Mathieu, Vermaelen y Munir.
Espanyol: Pau; Javi L¨®pez, Raillo, Roco, V¨ªctor ?lvarez; Diop, Abraham (Burgui, m. 60), Asensio (Salva Sevilla, m. 46), Hern¨¢n P¨¦rez, Gerard Moreno y Caicedo (Jord¨¢n, m. 40). No utilizados: Bardi; Duarte, Ciani y Mamadou.
Goles: 0-1. M. 9. Caicedo. 1-1. M. 13. Messi. 2-1. M. 43. Messi. 3-1. M. 48. Piqu¨¦. 4-1. M. 87. Neymar.
?rbitro: Mart¨ªnez Munuera. Expuls¨® a Diop con roja directa (m. 75) y a Hern¨¢n P¨¦rez con doble amarilla (m. 72), y mostr¨® la tarjeta amarilla a Abraham, Gerard Moreno, Neymar, Pau, Su¨¢rez, Diop, Piqu¨¦, Burgui, Messi y Roco.
76.667 espectadores en el Camp Nou. Partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey. La vuelta se jugar¨¢ el 13 de enero en Cornell¨¤.
El saber estar y jugar de Iniesta aup¨® a un equipo que a ratos reencontr¨® una excelente versi¨®n de Messi y el desequilibrio de Neymar. El brasile?o desquici¨® al Espanyol. El 11 fue acusado por los blanquiazules de faltarles al respeto en una contienda que quemaba desde que el presidente blanquiazul Joan Collet denunci¨® que su club era v¨ªctima del ¡°nacionalbarcelonismo¡± o de una campa?a medi¨¢tica en contra, seg¨²n insisti¨® el capit¨¢n Javi L¨®pez. Collet no estuvo en el Camp Nou. El orgullo periquito lo defendieron sus jugadores en la cancha y en el t¨²nel de vestuarios cuando se retaron con los del Bar?a. La tensi¨®n va in crescendo y en el tercer derbi puede arder Troya.
A juzgar por las alineaciones, pareci¨® que ambos entrenadores hab¨ªan acordado resolver la eliminatoria a un partido, como si no existiera Cornell¨¤, el feudo en el que penaliz¨® el s¨¢bado el Bar?a. Al Espanyol le interesaba especialmente defender la viabilidad del derbi y disputar la Copa. As¨ª se explicaba el discurso atrevido de Galca y su valiente formaci¨®n en el Camp Nou. Jugaban Gerard Moreno, Asensio y Caicedo por parte blanquiazul, y en el Bar?a debutaba Arda Turan como interior derecho, en medio de Alves y Messi, un puesto muy delicado que suele cubrir Rakitic, un volante con m¨¢s despliegue, que el icono deportivo de Turqu¨ªa.
Atacaba sin parar el Bar?a, intenso, agresivo, interesado en que el partido tuviera mucho ritmo, y replicaba r¨¢pido y bien desplegado el Espanyol. Pau L¨®pez sac¨® dos remates de gol antes de que Caicedo culminara una conducci¨®n sobresaliente de Asensio despu¨¦s de una p¨¦rdida de bal¨®n de Alves y pusiera el 0-1. La r¨¦plica fue inmediata con un tanto de Messi despu¨¦s de un pase interior muy preciso de Iniesta: 1-1.
A pesar de la delicadeza que tuvo la jugada del empate, por el pase y la recepci¨®n y definici¨®n, al Bar?a le pod¨ªa la prisa y el v¨¦rtigo, le faltaba pausa, excesivamente revolucionado, como si le fuera la vida en cada llegada, atormentado a¨²n por el 0-0 de la Liga. No reculaba el Espanyol, solidario en defensa, estirado en la medular y profundo en ataque. Y perseveraba el Barcelona, delicioso a partir del regate de Iniesta y la electricidad de Neymar, abatido por Javi L¨®pez en una entrada que pareci¨® penalti, por m¨¢s que el portero le recriminara al brasile?o que se hab¨ªa dejado caer en el ¨¢rea blanquiazul. El ir y venir resultaba tan trepidante que a los futbolistas con menos minutos les daban calambres, exigidos todos, muchos en busca de resuello, a la que se paraba la pelota en un c¨®rner o en una falta, sobre todo por parte del plantel blanquiazul, como se advirti¨® en el desfondamiento de Caicedo, sustituido finalmente por Jord¨¢n.
Las filigranas de Neymar eran tan diab¨®licas como efectivas resultaban las respuestas de la zaga del Espanyol. El partido era precioso por bien disputado, por vibrante e incierto, demasiado r¨¢pido para un futbolista que ha estado parado medio a?o como Arda. La actividad de Turan fue menguando en la misma medida que se manten¨ªa la omnipresencia de Neymar. Messi, mientras, se mostraba m¨¢s selectivo que discontinuo, de nuevo resolutivo en un golpe franco directo: el 10 golpe¨® el bal¨®n con mucha violencia y su trayectoria sorprendi¨® al meta, seguramente porque medi¨® el viento, muy presente en el Camp Nou. El cuero, extra?o y veloz, dio en la base del larguero y entr¨® en el arco de Pau.
Ya desfondado, el Espanyol se entreg¨® a un martirio, v¨ªctimas del del trasiego, del tridente y de las tarjetas
Al Espanyol, m¨¢s limitado que el Barcelona, le empez¨® a pesar la contienda con el paso del tiempo y fue perdiendo efectivos desequilibrantes, delanteros que intimidan, como Caicedo y Asensio, los ejecutores del 0-1. El cansancio no solo se not¨® en ataque sino en la defensa incluso de la estrategia, como se advirti¨® en el 3-1. Intervino de nuevo Iniesta a la salida de un c¨®rner, centr¨® estupendamente Messi y remat¨® a la red Piqu¨¦. El tanto del central supuso un punto de inflexi¨®n para el Bar?a, que pas¨® a tocar, a controlar, a gestionar el cuero, excesivamente narcisista y un punto especulador, un defecto sorprendente en un equipo del siempre combativo Luis Enrique.
Galca, consecuente con su ideario, movi¨® ficha: Burgui entr¨® por Abraham. No s¨®lo quer¨ªa refrescar a su plantel, agotado por el trasiego, del choque, sino que tambi¨¦n buscaba una nueva salida ofensiva para llegar hasta Ter Stegen. Luis Enrique replic¨® con Rakitic y sobre todo Aleix Vidal, que al igual que Arda se estrenaba con la zamarra del Barcelona. Los cambios alborotaron el partido, que cay¨® definitivamente a favor del Bar?a. Ya desfondados, los blanquiazules se entregaron a un martirio, v¨ªctimas del trap¨ªo, del trasiego, del tridente y de las tarjetas: Hern¨¢n P¨¦rez fue expulsado por doble amonestaci¨®n y despu¨¦s vio la roja directa Diop.
Al Espanyol le dio un calent¨®n, cegado y tambi¨¦n contrariado por no poder rentabilizar una actuaci¨®n m¨¢s que decente, y se abandon¨® por momentos a un cuerpo a cuerpo que le llev¨® a la perdici¨®n porque Neymar firm¨® el cuarto despu¨¦s de una pared con Messi. El gol del brasile?o redimi¨® a los azulgrana de un ¨²ltimo tramo de partido muy espeso, pese a jugar con dos futbolistas m¨¢s, resumido en dos errores a puerta vac¨ªa de Luis Su¨¢rez. La tensi¨®n no la pudo frenar ni el ¨¢rbitro, que estuvo mal en un encuentro dif¨ªcil, ni la gente de buena fe que quiso mediar en los vestuarios, ni los Reyes Magos. Tres derbis seguidos son muchos con independencia de que se juegue la Liga o la Copa. Y m¨¢s si median jugadores como Pau y Piqu¨¦, que llevan hasta extremos irracionales la rivalidad Bar?a-Espanyol, y presidentes como Collet. El Bar?a aprendi¨® del partido del s¨¢bado en la Liga y ahora le toca responder el mi¨¦rcoles al Espanyol.
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