Barreda: ¡°Se ha ido todo al traste¡±

D¨ªas antes de viajar a Buenos Aires, desde donde arranc¨® el Dakar, el gesto habitualmente serio de Joan Barreda solo desaparec¨ªa cuando se le hablaba de lo que le vivi¨® en Bolivia en 2015. All¨ª perdi¨® todas las opciones de ganar su primer toureg, despu¨¦s de haber mantenido una intensa y preciosa batalla t¨¢ctica con Marc Coma ¨Ca la postre ganador de la carrera-, durante la primera semana de competici¨®n. En Uyuni le pas¨® de todo. Primero el manillar de su moto se parti¨® tras una ca¨ªda ¨Cun compa?ero del equipo Honda South America tuvo que prestarle el suyo-, y despu¨¦s la moto se par¨® como si se hubiera quedado sin aire por culpa de la altitud. Barreda tuvo que ser remolcado por un compa?ero hasta el final de la etapa, lo que le hizo perder cualquier opci¨®n de batalla con Coma, en una odisea de esas en la que te da tiempo a replantearse la existencia.

¡°Es dif¨ªcil olvidar aquello la verdad¡±, aseguraba el espa?ol sin querer retrotraerse demasiado al pasado. Como si le diera miedo verlo de nuevo tan de cerca. Lo cierto es que en su regreso al lugar de los hechos, la imagen se le apareci¨® como quien ve un esp¨ªritu en una sombra de la pared. Solo que en este caso fue real. Una especie de segundo cap¨ªtulo, con el doble de dramatismo.

Hasta la jornada de ayer Barreda solo coleccionaba una serie de peque?os errores ¨Cdos penalizaciones por exceso de velocidad, de uno y cinco minutos-, que le hab¨ªan descolgado en cierta manera de la cabeza, aunque las distancias en la general (no m¨¢s de cuatro minutos) no complicaban en exceso la tarea de asaltar el t¨ªtulo en la segunda semana de competici¨®n, m¨¢s propicia para un piloto experimentado como ¨¦l.

Pero esas peque?as migas fueron una especie de se?uelo ante un mal mayor. En la sexta etapa, ¨ªntegramente disputaba en Bolivia (Uyuni-Uyuni, 723 kil¨®metros, 542 de especial), en la continuaci¨®n de la jornada marat¨®n del d¨ªa anterior (los pilotos no pudieron hacer ninguna reparaci¨®n ni poner a punto sus veh¨ªculos antes de la salida) los fantasmas bolivianos volvieron a aparecer. Su Honda se par¨® de nuevo, esta vez en el kil¨®metro 203. El motor volvi¨® a decir basta sin dar explicaciones. ¡°No se lo qu¨¦ ha pasado. La verdad es que me ha sorprendido mucho porque hasta ahora no hab¨ªa padecido ninguna rotura de este tipo. S¨ª algunos problemas el¨¦ctricos pero el motor siempre nos hab¨ªa dado mucha confianza. Y de repente cuando mejor estaba todo y cuando empezaban las etapas en las que nosotros pod¨ªamos empezar a apretar se ha roto y se ha ido todo al traste¡±, confesaba con un tono de voz que dejaba al descubierto una combinaci¨®n imprecisa de desaz¨®n e ira.

El espa?ol ha decidido no arriesgar y ha abandonado en el mismo lugar en el que un a?o antes nacieron los fantasmas de su mente

El origen de tanta amargura estaba claro, pues una aver¨ªa mec¨¢nica es un factor incontrolable, pero la ira se entiende mejor cuando Barreda relat¨® lo que le ocurri¨® despu¨¦s. Con la moto parada, Paolo Ceci, compa?ero de equipo, apareci¨® como un ¨¢ngel ca¨ªdo del cielo. Con una cuerda amarr¨® su moto a la de Barreda y comenz¨® con ¨¦l un remolque eterno. Tan eterno (242 kil¨®metros de especial todav¨ªa pendientes m¨¢s 170 de enlace hasta el campamento), y polvoriento ¨Cpor momentos el espa?ol no lograba vislumbrar al italiano-, que en un momento del camino a casa Barreda atropell¨® involuntariamente a Ceci. El espa?ol sali¨® disparado de su moto y al caer se hizo da?o en la mu?eca. La lesi¨®n (¡°O el fisio hace un milagro o este no sale¡±, dec¨ªan en su entorno), result¨® m¨¢s grave de lo esperado y tras realizarle las primeras exploraciones ¨Cpor el camino perdi¨® cuatro horas y 53 minutos respecto al ganador, Toby Price-, los m¨¦dicos le aconsejaron no tomar la salida en el d¨ªa de hoy.

Y as¨ª fue. Barreda ha decidido no arriesgar y ha abandonado el Dakar en el mismo lugar en el que un a?o antes nacieron esos fantasmas que empiezan ya a ser multitud en su mente. "Es como ver una pel¨ªcula de todo lo que has hecho este a?o para preparar la prueba, todo lo que has pasado, todo lo que has trabajado, que a lo mejor en el d¨ªa a d¨ªa no lo piensas, no te das cuenta", a?adi¨® el piloto de Torreblanca. "Son momentos muy duros. Ya es el segundo a?o que ves como esta carrera se te escapa en el mismo sitio y da mucha rabia ver que se me ha vuelto a ir el Dakar", zanj¨®.

Es lo que tiene el Dakar, que cuando crees que te ha perdonado te azota. Y si puede ser en el mismo sitio.