El Mirand¨¦s agranda su mito en la Copa al eliminar al Deportivo

El Mirand¨¦s est¨¢ dispuesto a convertirse en una leyenda contempor¨¢nea de la Copa del Rey, competici¨®n de la que fue semifinalista en 2012. Ahora vuelve a estar entre los ocho ¨²ltimos supervivientes de la competici¨®n tras eliminar a dos equipos de la m¨¢xima categor¨ªa: primero el M¨¢laga y ahora al Deportivo, que firm¨® una actuaci¨®n rid¨ªcula que vaci¨® su estadio bastantes minutos antes del final.

Al equipo que entrena V¨ªctor S¨¢nchez del Amo se le vio el cart¨®n. Su primera vuelta en la Liga ha sido excelente, quiz¨¢s con m¨¢s puntos que juego si se considera el f¨²tbol como un ejercicio est¨¦tico. Como a nivel profesional no lo es habr¨¢ que ponderar sus bondades, las de un equipo esforzado que en muchos partidos apenas ha concedido facilidades a los rivales para que golpeen su porter¨ªa. Con ese trabajo, que no es menor, y dos futbolistas descollantes como Mosquera y Lucas P¨¦rez, que lleva unos cuantos goles forjados en la nada, le da al Deportivo para andar con m¨¢s desahogo del de sus ¨²ltimas experiencias entre los grandes. De manejo, de capacidad para tocar y dominar los partidos desde el control de la pelota, ya pueden cantar algunos juglares excelencias y valent¨ªas en granados escenarios, anda bastante justo.

Ayer el Deportivo comenz¨® en ventaja tras el empate a uno de la ida en Anduva y matiz¨® todas sus fortalezas hasta difuminarlas por completo. Hasta que estuvo en desventaja de tres goles ni una vez oblig¨® al portero del Mirand¨¦s a estirarse. Tanta inacci¨®n consigui¨® activar a un equipo probo, al que tambi¨¦n se le ve¨ªa el cart¨®n en bastantes detalles, pero pleno de fe. El Mirand¨¦s, bajo la batuta de Carlos Terrazas, que reedita aquel viejo 3-3-3-1 que introdujeron en Espa?a t¨¦cnicos como Toshack o Cantatore, nunca dej¨® de creer y as¨ª abraz¨® un nuevo ¨¦xito en su historia copera a partir de una primera ventaja al filo del descanso, cuando con el Deportivo acostado en su ¨¢rea, permiti¨® un disparo desde la frontal que Dani Provencio pasaport¨® a la red.

El gol del Mirand¨¦s retrat¨® la incapacidad del Deportivo, ese equipo que sali¨® a mover el bal¨®n ante el Real Madrid en el Bernab¨¦u, y ante un Segunda recurri¨® de vuelta a una mezcla en la que prevaleci¨® el env¨ªo en largo que facilitaba el trabajo a la zaga rival. Naufrag¨® el equipo de V¨ªctor, armado a partir de un trivote en el que fracasaron Jon¨¢s y, una vez m¨¢s, Juan Dom¨ªnguez, plagado de futbolistas poco habituales, pero en todo caso muchos de ellos importantes en algunos tramos de la temporada. V¨ªctor trat¨® de enmendarse en el descanso y llev¨® al campo a dos de los titulares los fines de semana, ?lex Berganti?os y Luis Alberto. Sigui¨® con tres hombres en el medio y demasiada distancia hasta Oriol Riera. Con Mosquera por delante de la zaga comenz¨® a fluir la pelota, se llam¨® al ritmo, un par de cambios de juego, alg¨²n leve amago antes del segundo golpe del Mirand¨¦s.

El equipo burgal¨¦s vuelve a golpear contra pron¨®stico: primero liquid¨® al M¨¢laga y ahora al cuadro gallego

Marc¨® Abd¨®n en esa cl¨¢sica falta que si no toca un rematador acaba col¨¢ndose junto al palo. Por ah¨ª entr¨® y en ese instante el Deportivo supo que la eliminatoria que hac¨ªa una hora ten¨ªa ganada precisaba de tres goles. Y ten¨ªa un grave problema, tantas veces repetido incluso en el victoria: el equipo era incapaz de superar l¨ªneas con el bal¨®n y encerrar en los ¨²ltimos treinta metros a su oponente.

El plan del Bernab¨¦u, aquel valeroso inicio acudiendo a buscar al Madrid a su campo y a la postre abri¨¦ndole el camino del contragolpe, no apareci¨® ayer para ir en pos del Mirand¨¦s, siquiera yendo en desventaja en el marcador. El ¨²ltimo recurso fue dar carrete a Lucas P¨¦rez y su proverbial entusiasmo con media hora por jugar. Pero Provencio calc¨® su primer gol y desactiv¨® cualquier ilusi¨®n de remontada local. Fue entonces, con todo el pescado vendido e incluso ya cocinado, cuando el Deportivo olfate¨® la porter¨ªa rival con un disparo de ?lex Berganti?os al travesa?o antes de que el partido expirase en un estadio despoblado, entre la decepci¨®n local y el ¨¦xtasis del muy meritorio Mirand¨¦s, que vuelve a adornar la Copa con su honestidad futbol¨ªstica.