?Habr¨¢ mayor desatino? ?Traspasar Peir¨® al Torino!
As¨ª como ahora nuestro f¨²tbol hoy es como el coco, feroz depredador de las mayores figuras que surjan por ah¨ª, en los sesenta aquel papel correspond¨ªa al calcio. En poco tiempo se nos llev¨® a Luis Su¨¢rez, Luis del Sol y Joaqu¨ªn Peir¨®. La m¨¢s traum¨¢tica fue la salida de este.
Luis Su¨¢rez sali¨® para el Inter al final de la 60-61. Su ¨²ltimo partido con el Bar?a fue la desdichad¨ªsima final de Copa de Europa de Berna, la de los cuatro postes. El Bar?a estaba en apuros econ¨®micos, lo dirig¨ªa una gestora, Helenio Herrera se hab¨ªa ido al Inter, desde donde ech¨® su red y un sector del barcelonismo nunca lleg¨® a encari?arse del todo con Luis Su¨¢rez, al que vieron como competidor de Kubala. Adem¨¢s, aquel traspaso, 250 millones de liras, 25 millones de pesetas, estableci¨® un r¨¦cord absoluto en la historia del f¨²tbol, as¨ª que la operaci¨®n no fue tan mal vista.
Luis del Sol dej¨® el Madrid, tambi¨¦n por motivos econ¨®micos, al final de la 61-62, tras el Mundial de Chile. Fue vendido al Torino, pero all¨ª se encontr¨® la hinchada encrespada. Culpaban al presidente, Filippone, de gastar 220 millones de liras en un fichaje cuando las familias de los fallecidos del Grande Torino (el equipo que se estrell¨® en accidente de avi¨®n en Superga en 1949, sin supervivientes) pasaban dificultades. La operaci¨®n se salv¨® porque la Juventus se hizo cargo del acuerdo con el Madrid y con el jugador y ¨¦ste se qued¨® en Italia, en Tur¨ªn¡ pero en la Juve. El madridista quer¨ªa mucho a Del Sol, pero s¨®lo hab¨ªa estado dos a?os y medio. Y al fin y al cabo, segu¨ªan Di St¨¦fano, Puskas y Gento. Y ven¨ªa de La Coru?a un tal Amancio, del que hablaban maravillas. Doli¨®, pero se soport¨®.
En Tur¨ªn se volvieron las tornas. La operaci¨®n hab¨ªa acabado reforzando a la Juve, el rival odiado. En torno a estos dos clubes se da un caso curioso: la Juve es el gran club de Italia, pero en Tur¨ªn apenas tiene hinchas, y entonces a¨²n menos que hoy..
As¨ª que Filippone se vio libre para fichar y se tir¨® por Joaqu¨ªn Peir¨®, interior del Atl¨¦tico, jugador de ciencia, zancada y gol. El Galgo de Cuatro Caminos. La mitad del ala infernal, Peir¨®-Collar, que enloquec¨ªa a los atl¨¦ticos. Fichado de la Ferroviaria, completado en un cesi¨®n al Murcia, junto a Collar. Muy querido por la afici¨®n. Para entonces ten¨ªa 26 a?os. Estaba en lo mejor de su carrera.
El Atl¨¦tico arranc¨® esa temporada como un tiro, con Peir¨® marcando muchos goles
El Atl¨¦tico empez¨® la 62-63 como una moto. Del curso anterior se hab¨ªa dejado un compromiso aplazado: el desempate de la final de la Recopa ante la Fiorentina. Hab¨ªan empatado 1-1 en el primer envite, antes del Mundial. La proximidad de ¨¦ste hizo que el nuevo partido se dejara para la vuelta de las vacaciones. Fue el 5 de septiembre, en Stuttgart, y gan¨® el Atl¨¦tico, 3-0. Era el primer t¨ªtulo europeo del club. Peir¨® marc¨® el tercero, como hab¨ªa marcado el ¨²nico gol del Atl¨¦tico en la final empatada.
El comienzo de la Liga, el 16 de septiembre, fue tremendo, porque el Atl¨¦tico recib¨ªa al Valencia, campe¨®n de la Copa de Ferias tras haber batido al Bar?a 6-2. ?Atl¨¦tico-Valencia, dos campeones de Europa frente a frente! Gana el Atl¨¦tico 5-1, con dos de Peir¨®. Esa misma ma?ana ha sido la Asamblea del Club, presidida por el trofeo de la Recopa. Todo es euforia entre los socios, que no prestan atenci¨®n a la situaci¨®n econ¨®mica, dram¨¢tica. Ni saben que el Torino viene a por El Galgo.
No ten¨ªa nada de extra?o. Peir¨® hab¨ªa llamado la atenci¨®n en Italia desde sus tres goles en un Espa?a-Italia de selecciones B, en el 58. Hab¨ªa brillado en las dos finales de Copa 60 y 61, ganadas al Madrid en el Bernab¨¦u, como en la doble final ante la Fiorentina. Y hab¨ªa sido mundialista en Chile. Tambi¨¦n le quer¨ªa el Mantova.
Pero el socio era ajeno a ese inter¨¦s. El segundo partido de Liga iba a complicar m¨¢s las cosas. El Atl¨¦tico se desplaz¨® a Sevilla, donde gan¨® 2-4, ?los cuatro de Peir¨®! La euforia sube al comp¨¢s que sube la oferta del Torino, de la que ya empieza a haber rumores. Se oye, se dice, se comenta¡ Que si ofrecen tanto m¨¢s cuanto. El club tiene comprados los terrenos del Manzanares pero no hay dinero para las obras, atascadas. Se dice que los jugadores no cobran. Se recuerda que en la asamblea el tesorero hab¨ªa descartado que se traspasara a ning¨²n jugador, ¡°salvo una situaci¨®n agobiante y para salvar al equipo, porque el equipo vale m¨¢s que un solo jugador¡¡± Se dice, se dice, se dice¡
El domingo 30 hay nueva salida, a La Coru?a. El Atl¨¦tico empata 1-1. No marca Peir¨®, pero juega igual de bien y es Pichichi con sus seis goles anteriores. El equipo regresa en coche cama. Al apearse en el and¨¦n, a Peir¨® le espera un directivo:
Al jugador le fue bien en Italia, al igual que a Su¨¢rez y Del Sol
¡ªJoaqu¨ªn, esta tarde p¨¢sate por el club. Tenemos que hablar del Torino.
El martes 1 de octubre, aparece en prensa una nota del club desmintiendo que hubiera negociaciones, pero ya no hay quien pare la agitaci¨®n de los socios. El 2 est¨¢ a punto de culminarse el traspaso, tanto que Peir¨® llega a tener los billetes de avi¨®n para el mi¨¦rcoles 3, pero un grupo de notables del club presiona para que se quede. Aseguran tener un cr¨¦dito puente para salvar la crisis econ¨®mica. El mismo d¨ªa 3, la directiva se re¨²ne en la sede del club, en Barquillo, 22. Cientos de aficionados cortan la calle. En el n¨²mero 5 de la misma, vive el presidente, Barroso, que mantiene ese d¨ªa una conversaci¨®n con Peir¨®, que le pide que acepte. Va a ganar cinco veces m¨¢s. Y los 25 millones que ofrecen al club aliviar¨¢n la situaci¨®n econ¨®mica. Peir¨® sabe que sus propios compa?eros ven en su salida la soluci¨®n a los atrasos.
La directiva prolonga la decisi¨®n hasta entrada la noche, quiz¨¢ esperando que se disolvieran los aficionados. Por fin aparece la nota inexorable: Peir¨® se va.
El revuelo entre los atl¨¦ticos es enorme. El trueno de los a¨²n recientes cuatro goles de Peir¨® en Sevilla hace a¨²n m¨¢s dolorosa su salida, que corta de ra¨ªz la euforia y desmonta una hermosa delantera que a¨²n se recita: Jones, Adelardo, Mendon?a, Peir¨® y Collar. El domingo, el Atleti recibe al Zaragoza en el Metropolitano. El ambiente es de dolor. Una gran pancarta reza: ¡°?Habr¨¢ mayor desatino? ?Traspasar Peir¨® al Torino!¡±. El Atl¨¦tico gana 2-1, pero no hay consuelo. Es demasiado fuerte la nostalgia por la ausencia del n¨²mero diez, el querido interior de las medias ca¨ªdas. El de los cuatro en Sevilla.
A Peir¨® le fue bien en Italia. Tras dos cursos en el Torino pas¨® al Inter de Luis Su¨¢rez y Helenio Herrera, con los que gan¨® consecutivamente dos Copas de Europa y dos Intercontinentales. As¨ª que form¨® parte de los dos mejores a?os de ese club, donde le apodaron Il Rapinatore, por un c¨¦lebre gol al Liverpool, hurt¨¢ndole el bal¨®n al portero cuando lo botaba¡ Luego pas¨® cuatro cursos en el Roma, donde se retir¨®, con la Copa de Italia de 1970. Ten¨ªa 34 a?os. Por su parte, Luis Del Sol, tuvo una larga y feliz estancia de ocho a?os en la Juve, donde la apodaron Siete pulmones. En el 70 pas¨® al Roma, tras la baja de Peir¨®, donde estuvo dos a?os. Y a¨²n apur¨® su carrera en el regreso a Espa?a, en su Betis, donde hab¨ªa arrancado, antes de ir al Madrid. All¨ª se retir¨®, con 38 a?os. Luis Su¨¢rez, tras nueve a?os en el Inter, se fue, tambi¨¦n en el 70, a la Sampdoria, donde se retir¨® al cabo de tres temporadas, ya como l¨ªbero cient¨ªfico. Tambi¨¦n ten¨ªa 38 a?os cuando lo dej¨®.
Los tres triunfaron. No s¨®lo ganaron dinero: nos hicieron quedar bien.
Aqu¨ª, cada noche de domingo, las radios nos contaban sus peripecias, que segu¨ªamos con inter¨¦s y emoci¨®n. Sobre todo los atl¨¦ticos, para los que Peir¨® fue tan especial.
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