Adi¨®s a Parra, la ¨²ltima leyenda espa?ola de Brasil 50
Fallece a los 90 a?os el ex jugador periquito, elegido en el once ideal de aquel Mundial
En la sala de prensa del RCDE Stadium hay un muro reservado a las grandes leyendas del Espanyol. Una pared para no olvidar a aquellos futbolistas que, vestidos de blanquiazul, rompieron fronteras y fueron citados para jugar con la selecci¨®n espa?ola. All¨ª est¨¢n colgadas, entre otras, las fotograf¨ªas de Ricardo Zamora, Rafa Mara?¨®n, Javier Urruticoechea, Iv¨¢n De la Pe?a y Ra¨²l Tamudo. Y en medio de esa colecci¨®n de h¨¦roes hay un retrato, en un blanco y negro, gastado por el paso del tiempo, que destaca sin destacar; es la foto de Josep Parra i Mart¨ªnez. Era un central de pie fino y porte elegante, ¨²nico espa?ol elegido en el once ideal del Mundial de Brasil de 1950, y el ¨²ltimo superviviente de La Roja que alcanz¨® la cuarta plaza en el Maracan¨¢. Parra falleci¨® el lunes a los 90 a?os.
¡°Parra es el mejor defensor al que me enfrent¨¦ en mi carrera. Nunca hab¨ªa visto nada igual¡±. La frase lleva la firma de Alfredo Di St¨¦fano. Durante 12 temporadas, entre 1947 y 1959, Parra disput¨® 231 partidos con la camiseta del Espanyol. En su cruzada blanquiazul tuvo que intentar detener a La Saeta Rubia, cuando el Madrid aparec¨ªa en el camino del Espanyol, y a Ladislao Kubala, en tiempos en los que el derbi catal¨¢n paralizaba Barcelona. ¡°Todav¨ªa tengo un codazo de Kubala marcado en las costillas¡±, bromeaba Parra.
Es el mejor defensor al que me enfrent¨¦ en mi carrera. Nunca vi nada igual. Alfredo Di St¨¦fano
De padres murcianos, naci¨® en Blanes y se cri¨® en el barrio barcelon¨¦s del Poble Sec. Dej¨® la escuela para trabajar de aprendiz en una farmacia y luego pas¨® por una f¨¢brica de pu?os de paraguas y otra de tejidos. Pero a Parra le gustaba la pelota. Para arrancar en el mundo del f¨²tbol, toc¨® la puerta del J¨²piter, despu¨¦s se llev¨® sus botas para el Poble Sec y llam¨® la atenci¨®n de la directiva de Espanyol cuando jugaba en el Terrassa. A Sarri¨¤ lleg¨® con 22 a?os y, como comenz¨® su carrera como delantero centro, cuando se retras¨® a la zaga se convirti¨® en un central habilidoso con el bal¨®n. Un pionero, en una ¨¦poca de defensas duros. ¡°Ves, eso que hace Beckenbauer era lo que quer¨ªa hacer yo cuando jugaba. La gente no me entend¨ªa, a la pelota hay que acariciarla¡±, le dec¨ªa Parra a su hijo Josep Llu¨ªs.
Gracias a uno de esos gui?os del destino, Parra aterriz¨® en la selecci¨®n. Con el defensa titular Riera en la enfermer¨ªa, los entrenadores, Eizaguirre y D¨ªaz, le dieron al central, que entonces se luc¨ªa en el Espanyol, la oportunidad de estrenarse con Espa?a frente a Portugal en el partido decisivo por la clasificaci¨®n rumbo al Mundial de Brasil. Ese fue el primero de los siete encuentros en que defendi¨® la camiseta de la selecci¨®n. Su rastro cal¨® hondo.
Un a?o despu¨¦s de Maracan¨¢, cuando un buque de la armada brasile?a atrac¨® en Barcelona, un grupo de marineros se acercaron al estadio de Sarri¨¤ para regalarle al defensa banderines de diferentes clubes y dejarle una placa conmemorativa.
No fue la ¨²nica sorpresa con aficionados que se guard¨®. ¡°Estimado se?or Parra: soy un gran admirador suyo. Le env¨ªo algunas fotos que me encantar¨ªa que me las devolviera firmadas. Me alegrar¨ªa mucho de que pudiera cumplir con mi deseo y, por supuesto, quiero agradecerle de antemano todas las molestias que se tome. Le deseo todo lo mejor para su futuro. Saludos cordiales¡±. Con estas palabras una carta de un aficionado alem¨¢n lleg¨® al buz¨®n de Parra en febrero de 2014. A Parra lo honra el mundo del f¨²tbol. Y lo homenajea el club blanquiazul: ¡°Descansa en paz, leyenda. ?Gloria a los h¨¦roes del Espanyol!¡±.
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