Paso de gigante del Betis
El equipo de Merino firma media salvaci¨®n tras derrotar a un digno Granada, que no supo aprovechar su superioridad num¨¦rica por la expulsi¨®n de Vargas
El salto de N'Diaye y su remate de cabeza le permiten al Betis dar un salto gigantesco. Un salto hacia la salvaci¨®n en una ma?ana especial, con m¨¢s de 40.000 b¨¦ticos en las gradas y con homenaje a la mujer, camiseta rosa incluida. Un triunfo forjado en la valent¨ªa de su t¨¦cnico, Juan Merino, y el sacrificio de un bloque que se sobrepuso a la expulsi¨®n de Vargas en el minuto 53. El Betis gestion¨® de manera perfecta el encuentro a pesar de su inferioridad y el Granada fue incapaz de aprovecharla. Complicada la situaci¨®n del cuadro de Jos¨¦ Gonz¨¢lez, que seguir¨¢ en descenso y ve cortada su racha de dos victorias seguidas. Le falt¨® f¨²tbol para superar al Betis en una segunda parte definida por el remate de N'Diaye, que rompi¨® un cero a cero que parec¨ªa gustar a ambos equipos. Hasta que lleg¨® el salto del senegal¨¦s. El Villamar¨ªn explot¨® y fue una fiesta tremenda. El Betis saborea la salvaci¨®n y el Granada tendr¨¢ que seguir peleando, Le falt¨® un punto de ambici¨®n y ciertas dosis de suerte. Gan¨® el Betis, que suma seis partidos sin perder y mostr¨® madurez tras la inocente expulsi¨®n de Vargas.
La zona de abajo est¨¢ que arde. A pesar de lo mucho que hay en juego, resulta gratificante observar equipos al alza, caso del Betis y del Granada. En el Betis es digno de alabar el car¨¢cter de un entrenador, Merino, capaz de alterar el dise?o de su equipo con un cambio a los 30 minutos, el de Jorge Molina por Cejudo. Una acci¨®n a lo Paco J¨¦mez que revela un hecho cierto: la gran calidad de los j¨®venes entrenadores espa?oles. En ese mismo Betis, un tr¨ªo de chavales le da un mont¨®n de aire fresco a un equipo que intenta huir de la quema: Ceballos, Fabi¨¢n y Musonda, este ¨²ltimo una aut¨¦ntica gacela africana. El Granada sabe bien a lo que juega. Otro joven t¨¦cnico, Jos¨¦ Gonz¨¢lez, lo ha hecho rocoso, bien apuntalado por veteranos como Ricardo Costa o Rub¨¦n P¨¦rez. En la espl¨¦ndida ma?ana sevillana, estos dos equipos al alza se mostraron precavidos, con escasa construcci¨®n de juego y algo de miedo.
Al Betis le cost¨® un mundo superar el entramado del Granada, que tampoco era capaz de acercarse con peligro, pues El Arabi y Pe?aranda estaban muy desconectados. El Betis necesitaba el f¨²tbol de Ceballos, que no flu¨ªa, gracias al buen planteamiento defensivo del Granada. Merino busc¨® alternativas con la entrada de Jorge Molina a la media hora. El Betis se dispuso con dos delanteros y el propio Molina tuvo una buena ocasi¨®n al filo del descanso, cuando se revolvi¨® en el ¨¢rea para que Andr¨¦s realizara una gran intervenci¨®n. Fue la ¨²nica ocasi¨®n de la primera mitad.
El Villamar¨ªn, festivo, lleno de mujeres, se qued¨® helado cuando Vargas, que hab¨ªa visto ya una amarilla, hizo una entrada innecesaria a Rochina. Iglesias Villanueva le mostr¨® la segunda amonestaci¨®n con toda justicia y el peruano dej¨® a su equipo con uno menos. Era el minuto 53 y el Granada ten¨ªa mucho tiempo por delante para agarrar un triunfo vital. Jos¨¦ dio entrada a Barral, que alborot¨® lo suyo. Surgi¨® entonces la figura del meta Ad¨¢n, que salv¨® al Betis en un remate del propio Barral y otro de Rochina. Cuando los dos equipos firmaban el empate, lleg¨® el vuelo de N'Diaye, que conect¨® un fant¨¢stico remate de cabeza tras un saque de esquina botado por Joaqu¨ªn. Revent¨® el estadio b¨¦tico, como lo hizo despu¨¦s, en el descuento, con el segundo gol, obra de Rub¨¦n Castro, de falta. Andr¨¦s hab¨ªa visto una roja injusta y el canario (14 goles ya) bati¨® con inteligencia a Biraghi, improvisado guardameta. El Villamar¨ªn, entonces, fue una fiesta.
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