El M¨¢laga hunde al Sporting
Los asturianos merecieron el empate con un buen segundo tiempo y reclamaron penalti por una mano de Pablo Fornals en el descuento
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Abelardo, un t¨¦cnico de lo m¨¢s competente, podr¨¢ enfadarse mucho despu¨¦s de ser perjudicado por alguna decisi¨®n arbitral. Como consecuencia de ese cabreo, tras el partido contra el Granada, lleg¨® a proclamar que el Sporting se iba a salvar seguro del descenso a Segunda. Complicado lo tiene este muy digno Sporting, lleno de j¨®venes futbolistas que tocan bien el bal¨®n y ponen el alma en cada disputa. Incluso con actuaciones tan estimables como el segundo tiempo que hizo en La Rosaleda, donde super¨® a un dormido M¨¢laga y mereci¨® el empate ante los de Gracia. Adem¨¢s, en el palco donde fue ubicado, a Abelardo se le debi¨® de retorcer el alma cuando en el minuto 92 Fornals cort¨® con el brazo dentro del ¨¢rea un centro de Halilovic. El ¨¢rbitro, De Burgos Bengoetxea, no vio la acci¨®n porque estaba mirando al ¨¢rea. Su asistente no debi¨® observar voluntariedad en la acci¨®n, pero la mano fue clara y evidente. El M¨¢laga volvi¨® a ganar cinco partidos despu¨¦s y est¨¢ pr¨¢cticamente salvado. A partir de ahora podr¨¢ dedicarse a buscar la s¨¦ptima plaza, que dar¨¢, seguramente, un billete europeo.
El M¨¢laga, a diferencia del Sporting, tiene mucho m¨¢s elementos a su favor para permanecer en Primera. Por ejemplo, defensas como Albentosa o Weligton, duros y experimentados. Tambi¨¦n todo un portero internacional por M¨¦xico, Ochoa, de titular despu¨¦s de dos a?os de suplente. Por supuesto, futbolistas de la calidad de Juanpi, que defini¨® con una excepcional jugada un primer tiempo donde el M¨¢laga jug¨® al ralent¨ª y el Sporting, que comenz¨® desatado, se fue difuminando por su impericia y falta evidente de pegada. D¨¦bil en las dos ¨¢reas, el equipo del sancionado Abelardo (al igual que Javi Gracia) est¨¢ condenado a un triste destino.
67 jornadas despu¨¦s de su fichaje, Ochoa pudo hacer su primera parada como portero titular del M¨¢laga. Fue a los 20 segundos, cuando desvi¨® de rodillas, muy al estilo suramericano, un disparo de Sanabria. El Sporting, con siete partidos sin ganas a sus espaldas, inici¨® el partido a un alto ritmo. Sin embargo, solo goz¨® de esa ocasi¨®n de Sanabria. El M¨¢laga, que empez¨® a un ritmo muy bajo, se fue entonando. Realmente, no necesit¨® demasiado para doblegar al Sporting. En el minuto 25, una excepcional jugada de Juanpi desnivel¨® el partido. El recorte y la definici¨®n del centrocampista venezolano est¨¢n al alcance de muy pocos futbolistas. Juanpi dedic¨® el gol a una prima recientemente fallecida. El Sporting acus¨® el golpe, incapaz de llegar con peligro a la meta de Ochoa, echando de menos la habilidad y el f¨²tbol de Halilovic.
La primera opci¨®n de Abelardo no fue el fino extremo croata, sino el pele¨®n Carlos Castro, en medio de dos gigantes como Weligton y Albentosa. El M¨¢laga se relaj¨® mucho y el Sporting tuvo una gran ocasi¨®n en un remate de Sanabria que sac¨® muy bien Ochoa. Lo siguiente que hizo Abelardo fue quitar a Sanabria, que hab¨ªa tenido las dos ¨²nicas ocasiones del Sporting, para, por fin, dar entrada a Halilovic. Fue mejor el conjunto asturiano ante un M¨¢laga dormido. Carlos Castro tuvo la ocasi¨®n m¨¢s clara de su equipo en un lanzamiento despu¨¦s de una parada del portero mexicano que se fue al palo. El Sporting busc¨® con insistencia el empate y no lo encontr¨®. Influyeron su falta de pegada, la solvencia defensiva del M¨¢laga y la decisi¨®n del asistente de no ver voluntariedad en la clara mano de Fornals. Tiene poco para quedarse en Primera el Sporting, pero su esfuerzo y dignidad son encomiables. El M¨¢laga, m¨¢s equipo, se llev¨® un triunfo vital, que lo tranquiliza de forma casi definitiva.?
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