Nadal, campe¨®n en amor propio
Tras una dura traves¨ªa, el n¨²mero cinco alza su primer gran trofeo despu¨¦s de casi dos a?os e iguala a Djokovic (28) en Masters 1000
Le sali¨® del alma. Traz¨® una derecha paralela, en carrera, que bot¨® casi en el v¨¦rtice; uno de sus golpes con copyright. Liquid¨® as¨ª a un soberbio Gael Monfils, batallador hasta que su dep¨®sito qued¨® vac¨ªo (7-5, 5-7 y 6-0, tras dos horas y 46 minutos), e inmediatamente despu¨¦s apret¨® los pu?os, emocionado, dirigi¨® la mirada al cielo nuboso de Montecarlo e hinc¨® las rodillas sobre el tapiz rojizo del Principado, territorio en el que, con esta ¨²ltima, ha rubricado ya su firma en nueve ocasiones. Fue, de alguna forma, la liberaci¨®n de Rafael Nadal, un deportista que m¨¢s all¨¢ de los trofeos y la epopeya ten¨ªstica ser¨¢ recordado siempre como un gran campe¨®n.
El triunfo, 68? t¨ªtulo de su carrera despu¨¦s de 100 finales, 28? de un Masters 1.000 ¡ªla misma cifra que Novak Djokovic¡ª, tiene una trascendencia may¨²scula para el de Manacor. Termin¨® as¨ª con una sequ¨ªa ganadora de ocho meses ¡ªsu ¨²ltimo premio, menor, databa del pasado mes de agosto, en Hamburgo¡ª, pero por encima de todo, subray¨® la categor¨ªa competitiva de un hombre que en los dos ¨²ltimos a?os ha atravesado por una circunstancia personal de lo m¨¢s compleja, con la ansiedad y la cr¨ªtica siempre de por medio, siempre expuesto.
Durante ese periodo, en el que de forma parad¨®jica sufri¨® la mente y no su cuerpo, el Aquiles que le ha privado de m¨¢s ¨¦xitos, tuvo Nadal la virtud de no volver nunca la cara ni ceder al miedo. La decepci¨®n y la derrota, y en consecuencia el escepticismo, se convirtieron en una da?ina rutina, pero ¨¦l remiti¨® siempre a su voluntad de crecimiento personal y profesional. Nunca nadie crey¨® m¨¢s en ¨¦l que ¨¦l mismo, campe¨®n en amor propio. ¡°Si contin¨²o as¨ª, la recompensa llegar¨¢¡±, advert¨ªa desde diciembre, cuando en su juego ya se adivinaban picos de optimismo.
Trabajo y fe, la receta de siempre
Nadal ha sido siempre fiel a su librillo, al trabajo y a la fe. Y as¨ª, a trav¨¦s de una receta que algunas voces tachan de arcaica, es como vuelve a asomar la cabeza en la victoria. No se adjudicaba una gran cita desde que enlaz¨® su noveno cetro en Roland Garros, julio de 2014; un mes antes, en Madrid, fue la ¨²ltima vez que celebr¨® un Masters 1.000, los torneos de segundo valor en la ATP. Luego, el duro peregrinaje y la devastadora autoridad de Djokovic, con el que siempre evita la comparaci¨®n. El serbio queda todav¨ªa muy lejos, pero con el triunfo en Montecarlo el espa?ol env¨ªa un mensaje: nadie debe descartarle, a¨²n no.
Los 28 M-1000
Indian Wells. 2007, 2009 y 2013.
Montecarlo. 2005, 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011, 2012 y 2016.
Hamburgo. 2008.
Madrid. 2005, 2010, 2013 y 2014.
Roma. 2005, 2006, 2007, 2009, 2010, 2012 y 2013.
Toronto-Montreal. 2005, 2008 y 2013.
Cincinnati. 2013.
No hab¨ªa mejor manera de iniciar la gira europea sobre arcilla que una buena actuaci¨®n en el Principado. All¨ª deja una secuencia en progresi¨®n, con brillos frente a rivales como Dominic Thiem, Stan Wawrinka, Andy Murray o Monfils, que ofreci¨® una resistencia tit¨¢nica y dio lustre al regreso triunfal de Nadal. Toda opci¨®n del franc¨¦s part¨ªa de su heterodoxia, de intentar sorprender desde ese registro camale¨®nico que tiene. No es com¨²n verle al franc¨¦s extenuado, jadear. Lo hizo en esta ocasi¨®n, porque el excelente tono f¨ªsico de Nadal as¨ª se lo exigi¨®.
Pese a la circunstancia, el franc¨¦s es un tipo capaz de jugar con la sonrisa en la boca. Su rendimiento se multiplica conforme crece el ¨ªndice de adrenalina; sin sentir el agua al borde del cuello, no disfruta. Tuvo opciones, pero Nadal las volatiliz¨® en el tercer parcial. ¡°Felicito a Rafa. No solo por el partido, sino por la alegr¨ªa de verle de vuelta al m¨¢s alto nivel y ganando un t¨ªtulo. Di lo mejor de m¨ª, pero ¨¦l fue superior¡±, admiti¨® el parisino. ¡°Este es un lugar especial para m¨ª. Quiero darle las gracias a mi equipo, porque hemos pasado una racha un poco dura¡±, se sincer¨® el espa?ol, que antes de abandonar la pista Rainiero III estamp¨® una sentida frase en una c¨¢mara, en homenaje a su abuelo Rafael, director de la orquesta de Manacor, fallecido hace unos meses: ¡°Va per tu padrinet (va por ti abuelito)¡±.
A un solo t¨ªtulo de Guillermo Vilas
El noveno triunfo de Nadal en Montecarlo supuso adem¨¢s su 48? t¨ªtulo sobre tierra batida. Es decir, el de Manacor figura ahora a tan solo un trofeo de la plusmarca que estableci¨® el argentino Guillermo Vilas; en total, el Toro de las Pampas acumul¨® 62 galardones individuales, mientras que Nadal suma una cifra global de 68. Ahora, con Barcelona, Madrid y Roma por delante, el balear tiene la oportunidad de superarle.
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