Bale rescata al Real Madrid ante el Rayo
El gal¨¦s, con dos goles, sella la remontada madridista en Vallecas ante un rival que hizo lo mejor y lo peor
Sin Cristiano, Bale. Era su turno y esta vez, el gal¨¦s, que no siempre ha cargado con la mochila de estrella, tir¨® de galones y dio vida al Madrid en la Liga. Lo hizo en un partido que se le puso crudo, con el Rayo con 2-0 y a pecho descubierto, bizarro como es este singular club. Este es el Rayo Vallecano aut¨¦ntico, tan capaz de lo mejor y de lo peor, un tiro al aire. No enga?a, con ventaja o sin ella, ni con el abismo del descenso se amarra y lo mismo se regala un brindis que obsequia al rival con pase¨ªllos hacia el gol. Como juega sin red, de todo hizo contra el Real Madrid, que espabil¨® a tiempo con Bale e Isco a la cabeza y sell¨® la remontada cuando la Liga se le escapaba entre los dedos.
Zidane, con el City a la vista, movi¨® la rama y cosi¨® el equipo con unos cuantos reservistas. Ausentes Cristiano y Casemiro, tambi¨¦n dej¨® a la sombra a Sergio Ramos y Modric, y antes del intermedio perdi¨® a Benzema por lesi¨®n. El Madrid que con el plan A poco a poco se hab¨ªa ido formateando en las ¨²ltimas semanas no tuvo continuidad con el plan B. Desarmado de entrada, el encuentro le oblig¨® a apelar al car¨¢cter, lo que tuvo en el segundo acto, cuando Isco fue Trashorras y Trashorras ya no pudo ser el mismo. A caballo de su eterno capit¨¢n, un catedr¨¢tico del f¨²tbol que mejora cada curso, el Rayo arranc¨® con ese desparpajo que le identifica. Le importan un bledo los miedos, no se tiene por equipo de barrio, no mira etiquetas. Jam¨¢s recurre a la racaner¨ªa como coartada de la eficacia. Sin importarle la hidalgu¨ªa de su adversario, ante el Madrid se lanz¨® a la aventura desde el inicio. Beb¨¦ hizo descarrilar a Danilo, sac¨® dos ruedas a Pepe y su centro lo caz¨® Embarba. Vallecas en ¨¦xtasis, ese es su Rayo.
El gol dej¨® noqueado al Madrid, que se hab¨ªa puesto en escena con un zurdazo de Bale al poste izquierdo de Juan Carlos. No fue una se?al de humo, en esta oportunidad Bale no fue un fulgurante cometa. El Madrid precis¨® de ¨¦l como nunca, sin CR, con Benzema lastimado y con un Rayo envalentonado. M¨¢xime con un segundo tanto antes del cuarto de hora, un c¨®rner lanzado por Trashorras. Echaron un pulso dos p¨¦rtigas como Varane y Amaya, pero la pelota ni para ti ni para m¨ª. El bal¨®n qued¨® suelto y Miku, ariete con olfato, caz¨® la presa. La Liga era mucho m¨¢s que una quimera para el Madrid. El descenso se alejaba para los rojiblancos, que tuvieron el tercer tanto al alcance de Beb¨¦ y Embarba.
Aturdido, el Madrid no encontraba respuestas, no era capaz de imponer su modelo, el que fuera, pero suyo. Se jugaba a lo que quer¨ªa el Rayo, a lo que le daba la gana a Trashorras. Hasta que Bale se activ¨® por aire, porque tambi¨¦n es un gran volador. A los de Paco J¨¦mez, que defienden en zona, les fallaron todos los radares en un saque de esquina ejecutado por Kroos. Cada zaguero defend¨ªa una parcela de c¨¦sped, pero nadie se ocup¨® de Bale, que cabece¨® con la potencia y precisi¨®n que acostumbra. Un gol con ox¨ªgeno para los visitantes.
El Rayo digiri¨® tan mal el gol en contra como el intervalo. De vuelta al juego, se deshilach¨® por completo. Ya no encontr¨® a Trashorras, el faro, y Beb¨¦ y Embarba, dos pu?ales al principio, se quedaron en puro fogueo. Como no es un equipo trazado para administrar quiso seguir a lo suyo pero ya sin argumentos. Lo interpret¨® el Madrid, que apret¨® los dientes y acept¨® ese partido loco que suelen proponer los de Vallecas. De alguna forma, el Rayo contagia ese f¨²tbol sin dobleces, frontal, en el que el pelotazo condena a la hoguera.
En medio de un partido ya desabrochado irrumpi¨® Isco, tan activo por todos los sectores que a Zidane no le import¨® darle el hueco del falso ariete tras retirar a Jes¨¦ y dar carrete a Modric. El malague?o interpret¨® como nadie los boquetes que dejaban sus adversarios, m¨¢s contrariados a¨²n al no vislumbrar a un delantero rival como referencia. Como no hay quien tape a este Rayo, hasta Danilo encontr¨® pista. Un centro suyo fue cabeceado por Lucas V¨¢zquez, que no es precisamente un p¨ªvot. El Rayo, temerario como es, defiende a lo Rayo. Con el empate le tocaba morder para rescatar un punto de Primera. Pero el Rayo, audaz como es, no sabe de escudos, en cualquier situaci¨®n pretende mimar la pelota. Lo intent¨® Embarba, en el medio campo, sin gran oposici¨®n. El chico dio un pase retorcido a Amaya, al que le pill¨® Bale en carrera y le dej¨® a varias cuadras, con Juan Carlos, el portero, en la cueva, bajo el larguero, hasta la resoluci¨®n final del brit¨¢nico, que lleg¨® al ¨¢rea como una manada. Era su d¨ªa, le tocaba ser CR, como demanda su cartel, su supuesta jerarqu¨ªa. Y lo fue, por goles y actitud. Puntual, ¨¦l sostuvo al Madrid en la Liga. Y nadie contuvo al Rayo en Primera. Baje o se quede, ser¨¢ el Rayo, ese entra?able Rayo
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