Messi despierta al Bar?a
El buen partido del argentino y los cuatro goles de Luis Su¨¢rez condenaron a un Sporting que se bati¨® con entereza durante una hora en el Camp Nou
Al Bar?a le sent¨® como un tiro jugar despu¨¦s del Madrid y del Atl¨¦tico. Actu¨® de manera apesadumbrada, afectado por las esforzadas victorias de sus perseguidores, como si hubiera confiado en un gol a ¨²ltima hora del Rayo y del M¨¢laga, convencido de que hab¨ªa perdido el liderato y era el tercero de la Liga de forma irremediable, con independencia del partido contra el Sporting. No tuvo autoridad ni personalidad, entregado a Messi, el ¨²nico futbolista al que no le temblaron las piernas en una jornada de alta carga emocional por el homenaje a Quini, por la festividad de Sant Jordi y por la ausencia de Manel Vic, la voz del Camp Nou. El estadio fue presa de una sorprendente tristeza hasta que compareci¨® Luis Su¨¢rez para rematar el partido con el mismo martillo que exhibi¨® en A Coru?a. El charr¨²a suma ocho goles en dos partidos y quiere disputar el Pichichi (34) y la Bota de Oro a Cristiano. A falta de juego, goles son amores en el Bar?a, tambi¨¦n en el Camp Nou, un estadio del que han salido ganadores el Real Madrid y el Valencia
El Sporting, en cambio, fue un equipo vencido desde que sali¨® de Gij¨®n y prescindi¨® de futbolistas como Jony. Abelardo no quiso correr riesgos con jugadores que est¨¢n amenazados de sanci¨®n ante los partidos decisivos que le quedan para la permanencia con equipos como Eibar, Getafe y Villarreal. No tiraron el partido sino que compitieron en inferioridad,flojos en las ¨¢reas, como qued¨® constatado nada m¨¢s empezar el choque al comp¨¢s de Messi. Alex Men¨¦ndez remat¨® sin fe ante el espabilado Bravo una asistencia de Guerrero, excelente en el quiebro a Piqu¨¦, y, poco despu¨¦s, el 10 cabece¨® a c¨¢mara lenta, con un golpeo t¨ªpico de vaselina, un bal¨®n mal despejado por Cu¨¦llar. Iniesta pic¨® el cuero, el portero sali¨® con los pu?os, encogido y d¨¦bil, doblado ante el empuje de Su¨¢rez, y el bal¨®n qued¨® como un sombrero para la testa de Messi.
El gol, que fue asumido sin rechistar por el Sporting, atont¨® al Barcelona. Hubo un momento en que pareci¨® ofrecer al Sporting la posibilidad de dar por terminado el partido en el minuto 15 si acced¨ªa Clos G¨®mez. Ning¨²n azulgrana estaba por el encuentro, la mayor¨ªa jugaba con desidia y no se ten¨ªa en pie Neymar. Tampoco hab¨ªa noticias de Su¨¢rez y solo correteaba con sentido Messi.
No se contaban ocasiones en el marco del Sporting ni hab¨ªa profundidad ni velocidad de bal¨®n en el Bar?a. Los medios no elaboraban, no tiraban desmarques los delanteros y hasta ten¨ªan dificultades para sostenerse los defensas ante el asombro del Camp Nou. La hinchada acab¨® la paciencia con Neymar. Atolondrado, serpenteaba por la cancha hasta que se regateaba a s¨ª mismo y perd¨ªa el ¨¢ngulo de tiro para suerte de centrales y porteros como Cu¨¦llar. El brasile?o marr¨® dos remates de gol sencillos antes de que el Sporting perdonara el empate en dos disparos consecutivos que sacaron Mascherano y Piqu¨¦ cuando ya estaba vencido Bravo. Los muchachos de Abelardo reclamaron sin ¨¦xito penalti de Piqu¨¦.
Tres penaltis
La falta de tensi¨®n defensiva, de intensidad y de control de juego azulgrana envalentonaron al Sporting, que empez¨® a apuntar al colegiado como responsable de la ventaja del Bar?a. Ni siquiera el descanso despabil¨® al plantel de Luis Enrique, v¨ªctima de un ataque de nostalgia, apagado incluso con el dicharachero Dani Alves en el campo despu¨¦s de sustituir a Sergi Roberto. No quedaba ni rastro del buen f¨²tbol asociativo del partido contra el Valencia.
Nadie hubiera dicho que el Bar?a ganaba el partido si se atend¨ªa al porte de los futbolistas de Luis Enrique. No hab¨ªa m¨¢s futbolista azulgrana en la cancha que Messi. El 10, sin embargo, no encontraba la porter¨ªa, el partido se consum¨ªa de mala manera y la afici¨®n tiritaba en la grada del Camp Nou. Ning¨²n jugador simbolizaba mejor el agarrotamiento colectivo barcelonista que Neymar. Al brasile?o le entr¨® el miedo a chutar mientras Vranjes se marcaba una zamorana en el ¨¢rea con el consentimiento de Clos G¨®mez.
El Bar?a tard¨® m¨¢s de una hora en resolver un partido de guante blanco contra el Sporting. Necesit¨® el equipo de la aceleraci¨®n de Messi, el pase de Iniesta y el gatillo de Su¨¢rez. El uruguayo remat¨® a la red el 2-0 ¡ªdedicado a Candela y los afectados por la PKU¡ª y ya no par¨® de meter goles, hasta cuatro, para dejar en el marcador el 6-0. Al ¨¢rbitro le dio por pitar penaltis y no perdonaron ni el 9 ni Neymar. El final del partido fue tan disparatado como anodino result¨® el inicio despu¨¦s de las victorias del Madrid y el Atl¨¦tico. No hubo m¨¢s hilo conductor que Messi. El liderazgo del 10, activo y generoso, y la contundencia del 9, aliviaron a un equipo sin chispa, paralizado desde que se vio tercero en la tabla; tiene una semana para creerse l¨ªder de la Liga.
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