Correr, pegar
Si alguien escribe en Youtube ¡°gareth bale inter de mil¨¢n¡± puede ver un partido de Bale en su m¨¢xima expresi¨®n, que es parad¨®jicamente la econom¨ªa de gestos: la austeridad art¨ªstica, la sencillez del plano. Es posible que tambi¨¦n aparezca un partido en el que Bale le marca tres goles al Inter; ¨¦se no interesa. Al que me refiero es otro, el partido de vuelta. Bale a¨²n juega con el tres a la espalda. En ese partido casi de ciencia ficci¨®n Bale ejecuta a Maicon como se ejecutaba a los enemigos en los recreos: corriendo m¨¢s que ¨¦l. Corriendo m¨¢s que ¨¦l todo el rato.
El pragmatismo de Bale distingue al f¨²tbol con una enso?aci¨®n casi eugen¨¦sica: hombres fabricados con energ¨ªa at¨®mica
El debate sobre Bale gira a menudo sobre si lo que hace es f¨²tbol. El caso es que Bale, para regatear a Maicon, adelantaba la pelota y echaba a correr. Le ganaba el esprint, llegaba solo al ¨¢rea, centraba y los Spurs marcaban gol. Los hinchas enloquec¨ªan y el gol, en principio, se celebraba. Hubo m¨¢s jugadas de esas en aquel partido, alguna en concreto espectacular, lanzando el bal¨®n al punto exacto desde donde ten¨ªa pensado disparar, como hizo el s¨¢bado en Vallecas.
Gulliver entre liliputienses
Contra el Rayo, Bale lo primero que hizo fue buscar la autopista. Una vez dentro, le dio igual partir por detr¨¢s del defensor; siempre lo supera, a veces de forma obscena. Encarrilado, coloca la pelota en el lugar elegido para el lanzamiento y viaja detr¨¢s de ella. Esto a veces, por las circunstancias del juego actual del Bar?a, que exigen que Messi se ponga a fabricar las jugadas, lo hace tambi¨¦n el argentino. Pero como no llega, manda a Su¨¢rez a rematar por ¨¦l, con lo cual el juego es m¨¢s exuberante.
El pragmatismo de Bale, como el de las m¨¢quinas, ahorra trabajo y distingue al f¨²tbol con una enso?aci¨®n casi eugen¨¦sica: la creaci¨®n de zancadas m¨¢s fuertes, m¨¢s r¨¢pidas, en hombres fabricados con energ¨ªa at¨®mica. En ese partido contra el Inter Bale parece Gulliver esquivando liliputienses. De ah¨ª que a veces su juego m¨¢s espectacular escape del patr¨®n purista del Estado del Bienestar.
Por la izquierda, cuando Bale enterraba las piernas de Maicon en un pantano, Bale llegaba solo y centraba. En el Madrid, donde juega en la derecha, Bale no esprinta tanto y centra peor, pero gana ¨¢ngulo de tiro, o sea poder de amenaza, que le coloca a dos en la labor de zapa: uno por si quiere correr y otro por si quiere pegar. El resultado es que tiene n¨²meros para retratar a todos, los que le ven ego¨ªsta y los que le ven cojo. Bale, por tanto, tambi¨¦n es fot¨®grafo.
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