Sa¨²l mantiene la fe del Atl¨¦tico ante el Bayern M¨²nich
El volante canterano da ventaja a los de Simeone con un golazo. El equipo alem¨¢n solo concret¨® su dominio con ocasiones en el segundo tiempo
![Ladislao J. Mo?ino](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F958de5a2-8685-4167-a913-4037a8a1725e.jpg?auth=3bbce1794fa3790f225d6b2df0854abd6cd6ceee1f00a6080690b9e559b12895&width=100&height=100&smart=true)
Un jugador en plena crecida es imprevisible. Un arma traicionera porque es dif¨ªcil calibrar d¨®nde tiene el techo. Un d¨ªa es un pase con el exterior a la cabeza de Griezmann que derrumba al Bar?a y otro es un eslalon pleno de potencia, t¨¦cnica y habilidad como el que traz¨® Sa¨²l. Su prodigioso tanto mantiene la fe del Atl¨¦tico para colarse en la final de Mil¨¢n. Hizo tres disparos entre los palos el equipo de Simeone y viajar¨¢ a M¨²nich con un gol que defender. Un gol solitario, pero detr¨¢s de ¨¦l hubo mucho sudor y mucho trabajo t¨¢ctico para tratar de suplir la inferioridad t¨¦cnica. Corri¨® el Atl¨¦tico y jug¨® lo que pudo el Bayern, v¨ªctima del entusiasmo de un equipo que afronta la vuelta con ese 1-0 que pocos entrenadores gestionan tan bien como Simeone.
Las alineaciones definieron desde d¨®nde uno y otro entrenador quer¨ªan dominar el partido. Nada sorprendente, cada uno en su ley. Guardiola quer¨ªa el mando desde el bal¨®n. Prescindi¨® de M¨¹ller, al que considera un futbolista un tanto an¨¢rquico para engrasar circulaciones, y desliz¨® al tr¨ªo Vidal, Alonso y Thiago, dos extremos abiertos, Coman y Douglas, y Lewandowski como referente. Pura academia del juego tocado. Simeone le contest¨® con su cuarteto de todocampistas, Sa¨²l, Gabi, Augusto y Koke. Una muralla multidisciplinar adiestrada para presionar, barrer mucho y reducir las transiciones y dos estiletes veloces arriba como Griezmann y Torres. Hubo tambi¨¦n en la alineaci¨®n de Simeone un giro hacia la jerarqu¨ªa a la hora de elegir a los centrales. Muy suyo. Sent¨® a Lucas para jugar con la mayores horas de vuelo de Gim¨¦nez y Savic.
Moldeados los dos equipos en el purismo de cada uno de sus t¨¦cnicos: si el Bayern pretend¨ªa amasar, el Atl¨¦tico quer¨ªa arrollar. Si uno quer¨ªa elaborar cada jugada desde atr¨¢s, el otro jugaba a plantarse en el ¨¢rea contraria a chispazos. Sinfon¨ªa contra distorsi¨®n y de inicio gan¨® el ruido rojiblanco. Al Atl¨¦tico no le import¨® que el Bayern saliera por los costados, ni que Thiago y Vidal jugaran muy abiertos. No quer¨ªa Simeone un partido por dentro en el que los volantes de Guardiola progresaran por el medio. Cada vez que lo intentaron se encontraron con Gabi y Augusto, m¨¢s la ayuda de Torres y Griezmann. Los dos pelotazos iniciales que Alaba jug¨® para Lewandowski ya fueron un s¨ªntoma de que al Bayern le iba a costar mucho engarzar juego.
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La ret¨®rica y la sofisticaci¨®n del Bayern fue primero ahogada por un equipo corto, solidario y gremial y despu¨¦s golpeada por la maravilla de Sa¨²l. Rebas¨® a Xabi Alonso a Bernat , el toque hacia adentro para alejarse de Alaba y cargar el tobillo izquierdo para una curva diab¨®lica que viaj¨® precisa hasta la cepa del poste e hizo in¨²til el costillazo de Neuer.
A los jugadores de Guardiola les faltaba precisi¨®n en demasiadas zonas del campo. Los errores en las entregas penalizaban mucho a un equipo que vive de las cadenas de montaje de pases que genera de atr¨¢s hacia adelante. Cada pelota mal dada era un chute de adrenalina para el Atl¨¦tico y para su hinchada.
El paso del tiempo, sumado al gol, radicaliz¨® a¨²n m¨¢s las propuestas. Se fue replegando el Atl¨¦tico y asentando el Bayern, que ya termin¨® el primer acto en campo contrario. Consigui¨® el Atl¨¦tico que las circulaciones de Alonso, Thiago y Vidal, orientadas hacia los extremos, adquirieran ese tono funcionarial del juego sin profundidad. Oblak no fue exigido en todo el primer tiempo, pero su equipo ya empez¨® a transmitir los s¨ªntomas de lo que iba a ser el choque tras la reanudaci¨®n.
Sali¨® el Bayern imperial, dispuesto ya a hacerle el partido muy largo al Atl¨¦tico desde su hegemon¨ªa en campo contrario y con la pelota. Hizo Guardiola el movimiento de meter a Lahm y a Bernat como interiores para que se juntaran con Vidal y Thiago, y Coman y Douglas Costa quedar¨¢n m¨¢s liberados por afuera para el uno contra uno. Empez¨® a hacer pupa el campe¨®n b¨¢varo con esa soluci¨®n que ha sido una de las muescas t¨¢cticas que Guardiola ha dejado en su paso por el Bayern. La carga ya no fue con balas de fogueo en medio de pases intrascendentes. La pelota le corr¨ªa al Bayern y empez¨® a producir. Un zurdazo lejano de Alaba cimbre¨® la escuadra de Oblak. Un cabezazo de Javi Mart¨ªnez, a la salida de un c¨®rner, oblig¨® al meta esloveno a un ejercicio de reflejos y colocaci¨®n. Vidal tambi¨¦n le exigi¨® con un disparo lejano. El Atl¨¦tico ya ten¨ªa claro que todo lo que quedaba por delante era sufrir en la trinchera e intentar cazar una contra. Y la tuvo. La montaron entre Griezmann y Torres, y este se plant¨® ante Neuer tras un recorte a Bernat, al que enhebr¨® un remate cruzado al palo. Ah¨ª pareci¨® morirse el partido en uno y otro sentido. Guardiola meti¨® m¨¢s carga con Ribery y M¨¹ller, pero el Atl¨¦tico se aferr¨® a su gran virtud: minimizar al contrario metido atr¨¢s, cerr¨¢ndole todas las v¨ªas del gol. Con el suyo, otra patata de Sa¨²l en la puerta de la selecci¨®n, le vali¨® para mantener la fe.
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