Estatuas
Una de las figuras centrales del final de temporada es el lesionado, que suele ser el mejor jugador de la plantilla; cuando no es ¨¦l, es el que en mejor forma est¨¦. Por eso cuando se acercan las finales el p¨²blico desarrolla una tensi¨®n privada, muy ¨ªntima, que tiene que ver con la salud de los jugadores. Cada mano a la pierna, cada escorzo o cada entrada tiene la misma dimensi¨®n de un ataque contrario.
Es famoso el silencio del Camp Nou cuando Messi se queda tumbado en el campo; esos segundos en los que de repente al aficionado cul¨¦ se le pasa la vida por delante mientras al madridista se le pasa por detr¨¢s. Hace unas semanas el portero del Betis sali¨® a por un bal¨®n a¨¦reo dirigido a Messi, lleg¨® con los pu?os y lanz¨® la pelota lejos del ¨¢rea; Messi fue arrollado.
Una de las figuras centrales del final de temporada es el lesionado, que suele ser el mejor jugador de la plantilla
Fue tal la conmoci¨®n del Camp Nou (cada vez que Messi se va al c¨¦sped hay un silencio de funeral de dictador, como si pudiese levantarse y tomar nota de quien habla) que nadie repar¨® en que se hab¨ªa pitado penalti. El argentino tard¨® en levantarse: cuando lo hizo marc¨® gol. Tambi¨¦n a Stalin, cuando se encontraba en su lecho del muerte, sus colaboradores se acercaban a la cama aprovechando que ca¨ªa inconsciente para llenarlo de insultos; cuando recuperaba la consciencia, Stalin no tiraba un penalti pero firmaba sentencias de muerte, que es parecido.
Contra el City, la cr¨®nica de los primeros 45 minutos empez¨® a girar sobre Benzema y su parsimonia antinatural en el campo, producto de las molestias. Es entonces cuando el aficionado, que ha pasado la semana siendo experto de todos los asuntos de actualidad, deja al entrenador que tiene dentro y saca de urgencia al m¨¦dico. Un m¨¦dico sin paciente, o sea un m¨¦dico de la hostia, que calcula desde la barra c¨®mo tiene el s¨®leo Benzema, e incluso qu¨¦ es el s¨®leo y cu¨¢nto tiempo le mantendr¨¢ apartado. "Por la forma de caminar", "no salta", "parece que tiene fiebre", "no acaba la primera parte: morir¨¢".
Una vez fuera llega el momento de calibrar la baja y saber a qu¨¦ partido llega. Se activa el protocolo de emergencia, en el club y en el aficionado, y empiezan a levantarse pron¨®sticos y clich¨¦s. Como consecuencia de ello desaparece la preocupaci¨®n por la t¨¤ctica y aspectos meramente futbol¨ªsticos para fijarlos en los sanitarios, que contin¨²an incluso durante el partido. Por eso la baja m¨¦dica no es tan importante como la psicol¨®gica, de ah¨ª que a las estrellas en ocasiones se les saque en carretilla aun cuando no puedan andar: sacan la estatua, para que el adversario la tema aunque corra el riesgo de que le caguen los p¨¢jaros.
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