42 a?os para vengar a Luis Aragon¨¦s
La consistencia de Oblak, la picard¨ªa de Griezmann y el oportunismo de Torres alejan el fantasma de Schwarzenbeck
M¨¢s de cuatro d¨¦cadas ha necesitado el Atl¨¦tico para deshacerse de una espina que ten¨ªa clavada en lo m¨¢s profundo, cerca del coraz¨®n, donde las heridas nunca dejan de sangrar. La derrota ante el Bayern en 1974, hace 42 a?os, en la primera final europea, se llen¨® ayer de todo el color que no tienen las pocas im¨¢genes que rememoran un episodio cruel y devastador. Lo fue para una quinta de jugadores entre los que estaba Luis Aragon¨¦s, y al que homenaje¨® la afici¨®n rojiblanca, unos 2.800 seguidores en el Allianz, y su equipo cuando Griezmann anot¨® el gol del Atl¨¦tico. El franc¨¦s ¡ª31 tantos esta temporada, siete en la Champions¡ª, recibi¨® y aprovech¨® el pase de Fernando Torres, otro icono colchonero con m¨¢s de un ¨¢lbum en la estanter¨ªa.
Hoy he tenido suerte en el penalti y seguro que m¨¢s veces no ser¨¢ as¨ª" Jan Oblak
¡°No encontr¨¢bamos la manera de presionarles arriba como quer¨ªamos. Juntaban mucha gente y nos cog¨ªan la espalda, ya se ha visto en el primer tiempo. Lo hemos cambiado en el segundo porque no ten¨ªamos nada que perder y en una de las jugadas ha llegado el gol de Griezmann¡±, asegur¨® Torres. Lo cierto es que, hasta la salida de Carrasco, el Atl¨¦tico no disfrut¨® de espacio suficiente para levantar el cuello y observar la lejan¨ªa m¨¢s all¨¢ de los cordones de sus botas. Con el belga acostado en izquierda, Griezmann y Torres quedaron aliviados de la marca de Javi Mart¨ªnez y Boateng. De ah¨ª que el delantero espa?ol pudiera controlar la pelota y filtrar un pase entre ambos para dejar solo al franc¨¦s ante Neuer.
El penalti
Sin embargo, si hay cola en los alrededores del Calder¨®n para confeccionar una estatua a alguno de sus jugadores, esa es la de Oblak. La duda est¨¢ en la altura de la misma. El portero esloveno apareci¨® de nuevo en Alemania en uno de esos escenarios en los que las figuras, por muy espigadas que sean, tienden a menguar. Pero no es el caso de Oblak, una especie de bloque de hielo con barba pelirroja a la que no hay tempestad que derribe. Tampoco desde el punto de penalti, y si no que se le pregunten a M¨¹ller. ¡°Todo el equipo estuvo jugando bien. Hoy he tenido suerte en el penalti y seguro que m¨¢s veces no ser¨¢ as¨ª. Lo que importa es todo el partido, no solo un tiro¡±, confes¨®, modesto, Oblak.
El Bayern acept¨® que en el partido del Vicente Calder¨®n no interpret¨® como deb¨ªa a su rival. Pens¨® que complicar¨ªa al Atl¨¦tico jug¨¢ndole con extremos, y ayer observ¨® que la ¨²nica manera de romperle el espinazo era manejarse por dentro. No a base de tocar, sino de empujarle hacia atr¨¢s, intercambiando el golpeo en largo con la rapidez en la transici¨®n. Moverle de un lado al otro para que las ramas acabasen por doblarse y florecieran los espacios. Y aparecieron, aunque no el tiempo suficiente.
Guardiola suma una nueva derrota europea ante un equipo espa?ol. Tras su fichaje por el Bayern, en la temporada 2013-2014 cay¨® ante el Madrid de Ancelotti en semifinales; la temporada siguiente ante el Barcelona y ayer consum¨® el mismo final ante el Atl¨¦tico. ¡°Tenemos que tener los pies en el suelo. Nos tenemos que centrar en lo que queda de Liga y cuando acabe ya tendremos tiempo de pensar en la final¡±, asegur¨® Griezmann tras el partido. Esa final que Luis Aragon¨¦s observar¨¢ desde el palco preferencial de la tribuna m¨¢s alta.
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