El Rayo pierde en Anoeta y necesitar¨¢ una carambola
La Real vence y deja a los de Paco J¨¦mez al borde del descenso
Acostumbrado a sufrir, el Rayo se enfrenta a la agon¨ªa de la ¨²ltima jornada porque nada le sali¨® bien ni en Anoeta ni en los otros campos donde su presencia era tan virtual como interesada. La Real no se jugaba nada que tuviera mayor beneficio que la obligaci¨®n y el disfrute de la victoria; el Rayo se lo jugaba casi todo. Y los dos jugaron como lo hacen habitualmente.
El equipo de J¨¦mez con esa pasi¨®n por hacerlo a pecho descubierto y la Real disfrutando de los espacios abiertos. No extra?aba la blandura del Rayo en defensa, siempre m¨¢s preocupado por invadir la casa ajena que por proteger la propia. Los laterales sufr¨ªan en defensa y aportaban poco en ataque. Solo Embarba se prodigaba en el remate aunque la fortuna y Rulli le dieron la espalda en cuatro ocasiones, solo en la primera mitad. Para entonces ya hab¨ªa marcado Oyarzabal en una jugada extra?a con un remate extra?o pero preciso que Juan Carlos no debi¨® ver venir.
A partir de ah¨ª, lleg¨® el mon¨®logo de Rayo, pero solo con Embarba como ¨²nico justiciero, vista la poca presencia de Bebe -un solo disparo al cielo de Anoeta- y de Miku, m¨¢s activo pero igual de inoperante que su compa?ero. La Real contemporizaba con el resultado a la espera de un disparo definitivo que pudo venir en la primera mitad por una mala cesi¨®n de Tito que Vela, s¨ª Carlos Vela, no supo culminar tras sortear al portero por una lentitud cercana a la apat¨ªa. Tambi¨¦n pudo llegar eal iniciarse la segunda con un cabezazo de Zurutuza que ataj¨® Juan Carlos. Y lleg¨® por obra y gracia de otro contragolpe construido por los dos futbolistas m¨¢s j¨®venes de la Real, Oyarzabal y Bautista (que hab¨ªa sustituido al mexicano). El primero midi¨® el centro y el segundo lo puso en el palo contrario con precisi¨®n de francotirador.
Mor¨ªa el Rayo mientras sus rivales resucitaban en los otros campos. Paco J¨¦mez aline¨® a sus tres delanteros centros (Miku, Javi Guerra y Manucho) en busca de un bombardeo, aunque fue el segundo quien enganch¨® un disparo precioso para batir a Rulli. Volv¨ªa la ¨¦pica del Rayo, m¨¢s aun cuando el ¨¢rbitro expuls¨® a Granero por una entrada a Trashorras. Acostumbrado a sufrir, el Rayo tambi¨¦n est¨¢ acostumbrado a los milagros. Quedaba casi media hora, pero el Rayo no entendi¨® el mensaje de su t¨¦cnico: con tres torres en el campo, sigui¨® raseando el juego, jugando como siempre cuando quiz¨¢s deb¨ªa hacerlo como nunca. Y solo consigui¨® un cabezazo de Manucho que no encontr¨® la red.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.