Djokovic reduce a Murray y reconquista Madrid

Despu¨¦s de tres a?os de ausencia voluntaria, Novak Djokovic volvi¨® a confraternizar con Madrid y la Caja M¨¢gica, rendida al talento y el tenis del serbio, un superdotado de la raqueta que va camino de pulverizar todos los registros hist¨®ricos de su deporte. En la que fue la 90? final de su carrera ¨Clas mismas que disput¨® el estadounidense Andre Agassi¨C, el de Belgrado redujo al n¨²mero dos del mundo (6-2, 3-6 y 6-3, tras dos horas y seis minutos), en lo que supone el mejor indicativo de c¨®mo est¨¢n ahora mismo las cosas en el circuito de la ATP: Nole, Nole y Nole; y por debajo, a sus espaldas, guerrea el resto.

El n¨²mero uno reconquist¨® una plaza que no tomaba desde 2011 y a la que no acud¨ªa desde 2013, cuando una velada de infausto recuerdo para ¨¦l, abucheado por la grada, le hizo prescindir de Madrid en su calendario. Pero las cosas han cambiado. Djokovic ya no es chico volc¨¢nico y reactivo, sino un hombre mucho m¨¢s reposado, animal insaciable, un deportista m¨¢s centrado que ha dejado los artificios de lado y que solo tiene en mente dejar una profunda huella. Y desde luego que apunta a ello. Venci¨® en la final al anterior campe¨®n y descorch¨® el 64? t¨ªtulo de su carrera, 29? en un Masters 1.000; cifra, esta ¨²ltima, que le permite de nuevo romper la equidad con Rafael Nadal (28) y recuperar la plusmarca.

Doha, Melbourne, Indian Wells, Miami. Ahora Madrid. Cinco t¨ªtulos ya en este 2016. Entonces, ?se asoma el tenis a otra temporada de sometimiento? As¨ª pinta. Luego, el tiempo, har¨¢ y deshar¨¢, pondr¨¢ las cosas en su sitio, pero de momento Djokovic no pisa el freno. Aterrizar¨¢ en Roland Garros (a partir del pr¨®ximo d¨ªa 22) con un reinado categ¨®rico, 200 semanas al frente del ranking. Salvo accidente puntual ¨Cun abandono en Dub¨¢i por una infecci¨®n ocular y un mal d¨ªa contra Jiri Vesely en Montecarlo¨C, resulta una quimera hacerle da?o, porque a lo largo del ¨²ltimo a?o y medio solo Stan Wawrinka, en Par¨ªs, consigui¨® herirle realmente el orgullo.

La insurgencia final de Andy

Esta vez, minimiz¨® a un Murray que tuvo el m¨¦rito de no desengancharse de la final y aportarle un puntillo de picante, lo que ya es mucho, despu¨¦s de un arranque absolutamente demoledor de Nole que a cualquier otro probablemente le hubiera dejado ko. El brit¨¢nico, brillante a lo largo de todo el torneo, encaj¨® una rotura de inicio y el primer parcial se tradujo en una tortura para ¨¦l, maltratado a base de estacazos y bolas inalcanzables. Djokovic, en algunos instantes del set, se divirti¨®. Meci¨® al escoc¨¦s como un p¨¦ndulo, de un costado a otro de la pista; le inst¨® al peloteo, porque el tedio es precisamente lo que hoy d¨ªa puede provocarle el patinazo. Porque Djokovic juega contra los dem¨¢s, pero sobre todo, Djokovic juega contra Djokovic.

Baj¨® el ritmo en la segunda manga y Murray, sacador m¨¢s prol¨ªfico esta edici¨®n (35 aces), tir¨® del servicio para equilibrar el partido, que al fin y al cabo era lo que deseaba el p¨²blico madrile?o. Estir¨® el pulso el brit¨¢nico, fabuloso tenista e insurgente, capaz de levantarse y seguir en la pelea despu¨¦s de que Djokovic le quebrase en dos ocasiones el saque. Tuvo incluso Murray una magn¨ªfica oportunidad, con 5-3 y siete opciones de break, pero el n¨²mero uno tambi¨¦n sabe sufrir, arm¨® su mejor defensa y lo solucion¨®. Ah¨ª termin¨® todo. Despu¨¦s, los fastos de rigor (recibi¨® el trofeo de manos de la alcaldesa Manuela Carmena) y la reconciliaci¨®n con una grada que, a diferencia de hace tres a?os, despidi¨® al campe¨®n con honores y entre aplausos, absolutamente rendida a sus pies. Bien lo merece el rey Nole.