El canguelo
El pesimismo sigue siendo la gran se?a de identidad cul¨¦, a pesar del cruyffismo
Hay varias maneras de caminar hacia el estadio y yo, snif, las he visto todas, lo que me permite apuntar que el r¨ªo humano que se acerca al Camp Nou camina con canguelo. El canguelo sigue siendo la gran se?a de identidad cul¨¦, a pesar del cruyffismo. Es un pesimismo propio del ¨²nico gran estadio europeo que tiene un cementerio al lado ¡ªSalinas, solo frente a puerta y en un d¨ªa especialmente fino, podr¨ªa haber enviado la bola al Cementiri de Les Corts¡ª. Ese estado de ¨¢nimo es, en fin, lo que diferencia la afici¨®n local de la afici¨®n offshore, esa que vive en para¨ªsos exteriores, en los que el canguelo es un exotismo no previsto. Hola. Empieza el partido. Silencio. Canguelo.
Hace un tiempo que no vengo al estadio. En ese tiempo, observo que ha desaparecido ¡ªo ha accedido a la grada superior, que es lo mismo¡ª, un tipo de aficionado, econ¨®micamente m¨¢s enclenque. Ha sido substituido por otro que trae tanto merchandising a cuestas que en Catar se le invitar¨ªa a una copa, si bien en cualquier otro pa¨ªs se le internar¨ªa tras el test preceptivo. Observo la tribuna. La tribuna pocha de siempre, una tribuna que se muere por hacer fracking y no le dejan, por lo que tiene que conformarse con otros negocios. Es decir, con nosotros. Tras el aggiornamento de la era Laporta, han desaparecido las mujeres. La tribuna parece, as¨ª, un partido en el trance de refundarse: t¨ªos mayores y hartos de verse desde P3. Ha venido el Presi Puigdemont. El trabajo de un Presi de un gobierno intervenido es seguir estando en la tribuna de cualquier sitio. Observo los anuncios del estadio. Siempre han sido raros en Can Bar?a. Deber¨ªan ser anuncios de bienes de consumo de masas ¡ªcerveza, bancos que te ofrecen sartenes¡ª, pero hace a?os que no lo son. Durante el pelotazo se anunciaban marcas de cemento. Ahora, por lo que veo, firmas financieras, y empresas de telecomunicaciones de Arabia Saud¨ª o de los Emiratos.
La rivalidad
El partido. Messi disipa el canguelo, y el estadio gana luminosidad. La rivalidad entre el Bar?a y el Espanyol ha quedado devaluada con el paso del tiempo. Hasta el punto de que, si hubiera elecciones futbol¨ªsticas, Bar?a y Espanyol podr¨ªan formar un Junts pel S¨ª, y las escasas diferencias que a¨²n les separaran podr¨ªan colar en el TN como horizontalidad. Para este partido se ha tenido que cultivar la rivalidad. El Presi del Bar?a ha pasado de la comida habitual, y uno del Espanyol ha declarado que mejor que gane la Liga un equipo madrile?o. Quiz¨¢s eso ha disimulado lo importante. Que hasta el Espanyol te pueda complicar la vida. El canguelo.
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