Ram¨®n Carl¨ªn, el mexicano que gan¨® la primera edici¨®n de la Whitbread Round the World Race
El navegante y empresario sorprendi¨® con su victoria en la vuelta al mundo a vela en 1974
El empresario mexicano Ram¨®n Carl¨ªn, ganador de la primera edici¨®n de la Whitbread Round the World Race en 1974, la vuelta al mundo a vela, falleci¨® el 6 de mayo a los 92 a?os. Criado en una familia sin tradici¨®n marinera, era un hombre acostumbrado a tierra firme que se dej¨® llevar por su instinto de libertad y abandon¨® todo para hacerse a la mar.
Carl¨ªn naci¨® en 1923 en Puebla, al este de Ciudad de M¨¦xico, donde se cri¨®. Aunque su madre era profesora, nunca termin¨® la escuela secundaria. En la adolescencia comenz¨® a trabajar en una f¨¢brica de jab¨®n despu¨¦s de la muerte de su padre. Se cas¨® a los 16 a?os. Un a?o despu¨¦s nac¨ªa el primero de sus 10 hijos. Decidido emprendedor, a finales de los a?os cuarenta vend¨ªa peque?os art¨ªculos para el hogar ¡ªutensilios de cocina, vasos, peque?os electrodom¨¦sticos, puerta a puerta¡ª y en 1960 fund¨® Comercial Dom¨¦stica, un pr¨®spero negocio de venta de lavadoras y otros aparatos electrodom¨¦sticos.
La pasi¨®n por el mar lleg¨® cuando ten¨ªa m¨¢s de 40 a?os. Todo comenz¨® cuando su hermano le propuso comprar una peque?a embarcaci¨®n en la que ambos comenzaron a participar en algunas regatas en Acapulco. Su esp¨ªritu aventurero le llev¨® en 1973 a participar en la primera vuelta al mundo a vela por equipos y con escalas sin casi experiencia. El empuj¨®n definitivo para lanzarse al desaf¨ªo de la Whitbread, ahora conocida como la Volvo Ocean Race, fue un anuncio en un peri¨®dico. ¡°Lo que me enganch¨® fue la aventura. Nadie sab¨ªa qu¨¦ hacer. Era la primera vez que se iba alrededor del mundo con una tripulaci¨®n completa y la competici¨®n iba en serio¡±, explic¨® despu¨¦s.
Dar la vuelta al mundo se convirti¨® en un reto para ¨¦l. Compr¨® un Swan 65 construido por la naviera finlandesa Nautor¡¯s Swan, no sin alg¨²n problema. El velero estaba reservado por un alem¨¢n que finalmente no pudo adquirirlo. En octubre de 1972, Carl¨ªn se convert¨ªa en el due?o legal del barco, que le fue entregado en junio en 1973, tres meses antes del inicio de la regata. Muchos consideraban que el Sayula II, nombre con el que fue bautizado el barco por la ciudad del Estado de Jalisco donde naci¨® su mujer, era la embarcaci¨®n ideal para la competici¨®n, aunque nadie apostaba por el triunfo de un patr¨®n inexperto y una tripulaci¨®n poco adecuada. El Sayula II era el ¨²nico velero no europeo en la l¨ªnea de salida de una prueba que era un pulso entre Inglaterra y Francia, las dos grandes potencias de la navegaci¨®n de la ¨¦poca. Antes de la salida los mexicanos fueron objeto de burla en los medios de comunicaci¨®n ingleses, que no dudaron en ilustrar sus vi?etas con los tripulantes de la embarcaci¨®n en actitud perezosa, con grandes sombreros mexicanos, empu?ando botellas de tequila y bebiendo bajo las velas remendadas.
Sin embargo, la excepcional dote de liderazgo del mexicano consigui¨® transformar una tripulaci¨®n de amigos y familiares, entre ellos su mujer Paquita y su hijo adolescente, en los ganadores de una dur¨ªsima competici¨®n, en la que participaron 19 barcos y fallecieron tres marineros. En el Sayula II todo fue bien, salvo para Paquita, la mujer del patr¨®n, que tuvo que ser inscrita a ¨²ltima hora por falta de un tripulante para poder competir. Ella no par¨® de quejarse durante los 44 d¨ªas que dur¨® la primera etapa entre Portsmouth (Inglaterra) y Ciudad del Cabo (Sud¨¢frica), lloraba y dec¨ªa: ¡°Ram¨®n, ?por qu¨¦ me trajiste?¡±.
En la embarcaci¨®n se hac¨ªan algunas cosas de manera diferente: ¡°Nuestro cocinero nos sirvi¨® filetes, pollo y hamburguesas durante toda la traves¨ªa¡±. El congelador fue un regalo del cielo. Cuando un grupo de periodistas visit¨® el barco en Ciudad del Cabo, se quedaron sorprendidos al descubrir que todav¨ªa quedaban 11 tarros de caviar despu¨¦s de 44 d¨ªas en el mar, explicaba Butch Dalrymple-Smith, jefe de guardia del Sayula II. ¡°Y luego estaba la bebida, no solo la cerveza [de la que consumimos alrededor de 250 latas por etapa], tambi¨¦n una media de seis botellas de vino al d¨ªa. Aunque tambi¨¦n cay¨® alguna bebida espirituosa. Tras seis horas de guardia diarias, a los que bajaban de la cubierta se les daba un ron con t¨®nica, o un vodka o ginebra seg¨²n descend¨ªan por escalerilla¡±. Todo por cortes¨ªa del se?or Carl¨ªn, conocido como El Rey de la vela, y sus patrocinadores.
El lado m¨¢s an¨®nimo
El empresario y navegante que decidi¨® dar un golpe de tim¨®n a su vida pudo presumir de ser el primer patr¨®n en inscribir su nombre en el trofeo de la vuelta al mundo a vela. Carl¨ªn se convirti¨® en una leyenda al ganar contra todo pron¨®stico a grandes figuras de la vela oce¨¢nica de la ¨¦poca, como el franc¨¦s ?ric Tabarly y el escoc¨¦s Chay Blyt.
Tras su triunfo, Carl¨ªn no volvi¨® a participar en un proyecto de similar envergadura, prefiri¨® volver al lado m¨¢s an¨®nimo de la vela. Desde entonces, ning¨²n mexicano ha vuelto a ganar la competici¨®n. Su incre¨ªble haza?a se narra en la pel¨ªcula The Weekend Sailor (2016), dirigida por el mexicano Bernardo Arsuaga, que gan¨® recientemente el premio al mejor director del San Francisco International Ocean Film Festival. En el filme, Carl¨ªn repasa los recuerdos de aquel navegante dominguero que toc¨® la gloria.
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