De Colo propulsa al CSKA a la final
El franc¨¦s junto a Teodosic derrota a un Lokomotiv que pag¨® su mal primer cuarto
Le cost¨® al Lokomotiv entrar en el partido y pag¨® con creces el retraso. Conocidos son los desvanecimientos del CSKA cuando siente el airecillo de la felicidad, pero el Loko le dio tanto aire que le permiti¨® respirar incluso cuando se asfixiaba. Y cuando eso ocurr¨ªa ah¨ª estaba Nando De Colo para atizar el fuego. Y si no Teodosic, para darle aire al molino. Gracias a su primer cuarto (23-12), el CSKA vivi¨® tranquilo y alcanz¨® la final del domingo con m¨¢s sobriedad que belleza, con menos diferencia que juego, con el peligro que pueden producir los fuegos artificiales.
CSKA, 88- LOKOMOTIV, 81
CSKA (23+24+21+20): De Colo (30), Higgins (7), Kurbanov (4), Vorontsevich (9), K. Hines (8) -cinco inicial-, Teodosic (8), Khryapa (9), Fridzon (13), Jackson (0).
Lokomotiv (12+25+22+22): Delaney (26), Broekhoff (10), Claver (2), Randolph (13), Voronov (0) -cinco inicial-, Janning (7), Draper (17), Bykov (0), Singleton (6), Zubkov (0).
?rbitros: Lamonica (ITA), Lottermoser (GER), Javot (SLO). Sin eliminados.
11261 espectadores en el Mercedes Benz Arena de Berl¨ªn
La lucha era desigual. Ten¨ªa nombres propios en un duelo de bases, de tiradores, de pensadores, de tipos fr¨ªos Y entonces siempre resplandece la figura de De Colo que cerr¨® la eliminatoria con 30 puntos conseguidos desde todas las distancia y siempre en los momentos oportunos. El base franc¨¦s nunca dispara al aire ni por placer: siempre tiene un objetivo. Siempre piensa en el mejor momento para acertar con la diana. Lo mismo le ocurre a Malcom Delaney, su opositor en el Lokomotiv, un tipo duro que sabe que se la tiene que jugar en los momentos importantes. Busca y busca, tira y tira porque le pagan para que resuelva los conflictos internos cuando el partido va mal.
De Colo fue una ametralladora que malgast¨® pocas balas. Su mejor ayudante en la realizaci¨®n fue Fridzon, un veterano ruso que fue capaz de sorprender al Lokomotiv con 13 puntos, siendo el hombre inesperado, la alternativa cuando la defensa agarrotaba a los jerarcas. Delaney, por su parte, cont¨® con la doble colaboraci¨®n de Dreiper y Randolph: entre los tres hicieron 56 de los 81 puntos de su equipo. El resto se afan¨® en la tarea, pero no afan¨® canastas.
El primer cuarto rompi¨® el encuentro. El CSKA puso su bandera y la rode¨® de autoridad. Tanta que el Lokomotiv nunca pudo ponerse por delante en el marcador. El cintur¨®n de seguridad del equipo de Mosc¨² fue lo suficientemente fuerte para resistir las tijeras del Lokomotiv que igualo o casi todos los dem¨¢s cuartos. Puso intensidad y emoci¨®n, dio la sensaci¨®n de parecer que pod¨ªa, pero entonces aparec¨ªa el oremus de Teodosic y la punter¨ªa de De Colo para helarle el aliento. Su debut en la competici¨®n fue m¨¢s que notable. Pero hace falta algo m¨¢s que Delaney y Randolph para asaltar el castillo de Mosc¨². Lleg¨® hasta la almena y cay¨® despacio, desmayado, emocionado.
Ocurre a menudo que las grandes plantillas se hacen muy grandes para el rival, mas aun cuando igualan o superan tus individualidades. Y el Lokomotiv tiene media plantilla, la que asume todos los roles, mientras la otra media le permite descansar un rato. El CSKA, con el mayor presupuesto europeo, rota por otros motivos. Y adem¨¢s cuenta con De Colo y Teodosic, dos tipos a los que puedes acudir siempre en ayuda o solicitud de gesti¨®n. El base franc¨¦s es un espect¨¢culo en s¨ª mismo. As¨ª lo festeja el p¨²blico, as¨ª lo lamentan los rivales. La gloria le espera al DSK; el Lokomotiv, en su debut, se qued¨® con el honor como garant¨ªa
Animar al otro
El pabell¨®n Mercedes Benz Arena no se llen¨®, pero mostraba los colores mayoritarios del Baskonia y el Fenerbah?e, los dos equipos que jugaban despu¨¦s. El amarillo y negro de la marea turca sobresaltaba el pabell¨®n donde tambien imperaban el rojo y azul de los baskonistas. La colonia turca en Alemania se hizo notar. Ambas aficiones pensaban los mismo: que ganase el Lokomotiv. Animar al pobre, s¨ª, pero animar al m¨¢s d¨¨bil que te puede tocar en la final. Entre la caridad y el inter¨¦s mediaban los aplausos. No todo era sentimiento. Por eso animaban al otro. Esa extra?a sensaci¨®n.
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