El ¡®impeachment¡¯ de Dunga
La ausencia de Neymar puede hacerle mucho bien a la selecci¨®n brasile?a en su conjunto
El Brasil que llega a la centenaria Copa Am¨¦rica es un Brasil provisional, que repite, en el bal¨®n, el escenario catastr¨®fico de la pol¨ªtica postgolpe o impeachment, dependiendo del punto de vista.
El t¨¦cnico Dunga, cual un interino presidente Michel Temer, bajo protestas generalizadas, trata de salvarse a toda costa. Le han puesto un precio a su cabeza debido a la p¨¦sima campa?a en las eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018. M¨¢s que eso. Es un profesor, como los brasile?os les llaman a los entrenadores, que no piensa el juego. Dunga no es ni Guardiola ni Simeone. Se parece mucho, en todos los sentidos, al presidente provisional de Brasil. Le falta imaginaci¨®n.
El pa¨ªs muestra su enfado, grita, protesta. No hace falta una encuesta de opini¨®n para saber que el entrenador es el menos preferido entre los brasile?os. Hay un miedo, de hecho, a que la Canarinha se quede por primera vez fuera de una Copa del Mundo.
Sin embargo, la selecci¨®n todav¨ªa consigue ser mejor, infinitamente mejor, que el equipo pol¨ªtico de Brasilia. No es aquel Brasil acostumbrado a encantar al mundo; pero, con las sandalias de la humildad ¡ªen vez de la patria con las elegantes botas que limpiaba el ni?o Pel¨¦¡ª puede sorprender, mediante la desobediencia civil, al t¨¦cnico Dunga.
Somos un pa¨ªs que solo triunfa por error. Qui¨¦n sabe; ?no ser¨¢ Ganso, el mejor jugador, llamado solo a ¨²ltima hora por la falta de condiciones f¨ªsicas de miles de futbolistas normales, esa pieza bossa nova? Es el m¨¢s exquisito de nuestros seleccionables. Y el ¨²nico capaz de poner a un delantero descaradamente frente a la porter¨ªa.
Si Brasil quiere olvidarse de Dunga, puede hasta pellizcar el trofeo de la centenaria Copa Am¨¦rica. Los chicos saben lo que es un bal¨®n. Los chicos no tendr¨¢n la sombra y la dependencia de Neymar Jr., un excelente jugador del Santos y del Barcelona que a¨²n no ha brillado tanto en el equipo nacional.
La ausencia del 10, que no es Pel¨¦ ¡ªest¨¢ a 20.000 leguas submarinas de eso¡ª, puede hacerle mucho bien al conjunto. Ganso, que sabe pensar y tiene algunos arrebatos de nuestro fil¨®sofo S¨®crates, qui¨¦n sabe, puede reinventar un equipo perdido en el tiempo. Dos hijos de la selva amaz¨®nica; dos de Par¨¢.
S¨®crates, amigo m¨ªo y colega en el banco del programa Cart?o verde (TV Cultura), siempre me dec¨ªa: ¡°Si quiere, este tipo va a ser mejor que todos nosotros, junta a Zico y Zidane en las mismas zancadas¡±. Se refer¨ªa a Ganso.
En el banquete socr¨¢tico, creo, Neymar funciona en una orquesta ya lista, como el Bar?a; pero ha sido incapaz, hasta ahora, de saber repensar Brasil como idea futbol¨ªstica.
Ganso tiene que ser ese tipo. Est¨¢ libre esa plaza de pensador de f¨²tbol. Que el chico amaz¨®nico la aproveche y la disfrute. A pesar de Dunga. A pesar de la Confederaci¨®n Brasile?a de F¨²tbol (CBF), tan corrupta que su presidente, Del Nero, no viaja al extranjero por miedo a ser detenido. Y a pesar de tantos brasiles reaccionarios y golpistas, en el f¨²tbol siempre hay alguna locura a hacer con la idea de cierta bossa nova jo?ogilbertiana. Qui¨¦n sabe si los chicos deciden ignorar, sutilmente, a Dunga y la idea carca del Brasil de hoy.
Qui¨¦n sabe: es en esos momentos de crisis del pensamiento cuando un pa¨ªs resurge. Que vengan los desobedientes a los esquemas t¨¢cticos y a los berridos tontos desde el banco, como los insurgentes Jo?es Gilbertos y sus banquitos con voz propia. Ganso, si se pone, puede ser ese tipo. Eso esperamos; Dios m¨ªo, eso esperamos.
Brasil tiene que ser repensado. Por eso estamos nosotros aqu¨ª, de guardia y vi¨¦ndonos en la Copa Am¨¦rica.
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