¡°Para Costa Rica ya no hay barreras¡±
Alexandre y Celso Borges Guimaraes, padre e hijo y futbolistas costarrincenses, sostienen un di¨¢logo sobre la participaci¨®n de la selecci¨®n tica en el torneo
Costa Rica ya hace tiempo que dej¨® de ser una mar¨ªa. En el ¨²ltimo Mundial una tanda de penaltis le alej¨® de acceder a las semifinales y alert¨® sobre una evoluci¨®n que no se puede entender sin Alexandre Borges Guimaraes (Alagoas, Brasil; 1959) y su hijo Celso (San Jos¨¦, Costa Rica; 1988), jugador del Deportivo en la Liga espa?ola. El primero estaba sobre el c¨¦sped la primera vez que el f¨²tbol tico se mostr¨® al m¨¢s alto nivel, en 1990 en Italia. Luego dirigi¨® a la selecci¨®n en los Mundiales de 2002 y 2006. Su hijo tom¨® el relevo en el centro del campo en 2014, as¨ª que en las cuatro experiencias mundialistas de Costa Rica estuvo representada la familia. Ahora, antes de la Copa Am¨¦rica m¨¢s exigente, se juntan para hablar de f¨²tbol y de la vida.
Celso Borges. En el ¨²ltimo Mundial nos daban por muertos cuando se supo que jug¨¢bamos contra Uruguay, Italia e Inglaterra. Ahora dicen que tambi¨¦n tenemos el grupo m¨¢s complicado con Paraguay, Estados Unidos y Colombia, pero ya vamos de t¨² a t¨². Tenemos la idea de que no hay barreras y somos autoexigentes aunque conscientes de las dificultades. No nos vamos a volver locos porque en el Mundial nos fue bien. Hemos ganado un estatus y es muy f¨¢cil perderlo. Eso es lo que nos impulsa.
Alexandre Guimaraes. Costa Rica ha recorrido un camino. El Mundial de Italia fue un despertar. ?ramos una inc¨®gnita incluso para nosotros mismos, pero en cuanto ganamos a Escocia el primer partido todo se aclar¨®. Algunos jugadores como Medford o Conejo salieron y jugaron en la Liga espa?ola. Yo ten¨ªa 30 a?os e Italia ya era como una recompensa a mi carrera, sab¨ªa que era dif¨ªcil ir al exterior. Quiz¨¢s ahora hubiera sido diferente.
C. B. Se ha eliminado el amateurismo. El futbolista en Costa Rica ya enfoca su profesi¨®n como una carrera y la experiencia de los que estamos fuera del pa¨ªs influye como referencia. Hay j¨®venes que llegan a la selecci¨®n y ayudan a renovarla.
A. G. Por eso digo que Italia fue esencial para cambiar aquel concepto. Percibimos que se pod¨ªa entender el f¨²tbol de otra manera. Luego lleg¨® una generaci¨®n que ya sali¨® en mayor n¨²mero a otras ligas y que lleg¨® a la madurez entre 2000 y 2006. En Corea y Jap¨®n no pasamos a octavos por un solo gol. Aquel equipo se clasific¨® primero de la Concacaf por delante de M¨¦xico y Estados Unidos.
C. B. Fue la primera vez que Costa Rica gan¨® en el Azteca.
A. G. Jugamos la Copa Am¨¦rica en 2001 y 2004 y las dos veces pasamos ronda, la primera como campeones de grupo y quintos en la clasificaci¨®n final. Luego llegasteis vosotros y quedasteis a 30 segundos de entrar en Sud¨¢frica y al final os elimin¨® Uruguay en la repesca. En Brasil ya el nivel de madurez era importante.
C. B. El otro d¨ªa habl¨¢bamos en casa sobre los diferentes estilos de la selecci¨®n en todo ese trayecto.
A. G. Yo entren¨¦ a un grupo de futbolistas que si los pon¨ªa a defender me pegaban un tiro. Su gen era atacante y quer¨ªan ir a la meta rival a base de combinaciones, que era adem¨¢s la percepci¨®n que yo ten¨ªa del f¨²tbol que conoc¨ª en Costa Rica cuando llegu¨¦ de Brasil siendo un adolescente: un f¨²tbol de estilo sudamericano, de mucho toque y con jugadores muy t¨¦cnicos y h¨¢biles. Pero es interesante que los dos logros mayores, en 1990 y 2014, se hayan alcanzado apart¨¢ndonos de esa idea. A Costa Rica le va mucho mejor en torneos cortos cuando juega al contragolpe.
C. B. En este proceso, que iniciamos despu¨¦s de Brasil, tratamos de llevar m¨¢s la iniciativa sin tener el control del partido esperando. El entrenador nos pide que propongamos y mandemos con la pelota y creo que esta nueva manera de jugar puede ayudarnos a progresar. Yo estoy c¨®modo en ambas, disfruto leyendo el partido, sus situaciones y llegando al ¨¢rea, por supuesto.
A. G. Recuerdo que como futbolista yo era algo parecido a ti en cuanto a concepci¨®n y entendimiento del juego. Tambi¨¦n me gustaba romper l¨ªneas, pero t¨² lo haces mucho mejor. Al menos s¨ª que ten¨ªa ese olfato para anticipar la jugada y llegar a posiciones de remate. Comenc¨¦ de nueve y en el Mundial de Italia ya jugaba como mediocentro. Al final de mi carrera hasta jugu¨¦ de l¨ªbero.
C. B. S¨®lo te vi jugar en v¨ªdeos. ?Recuerdo uno de un gol que marcaste de chilena! Como empec¨¦ en Saprissa, que era tambi¨¦n tu equipo, todos me comparaban y me hac¨ªa una idea de c¨®mo eras como jugador. Nunca me pes¨®, era un orgullo. Igual s¨ª un poco cuando empec¨¦ a ir a las selecciones inferiores porque estabas en la Federaci¨®n y se pod¨ªa entender mal, pero tras jugar el Mundial sub-17 ya no hubo dudas. Luego tener un entrenador en casa me ha ayudado a entender el f¨²tbol de manera diferente a otros compa?eros. Me da otra perspectiva de comportamiento.
A. G. Para m¨ª el sentimiento de haber estado en tres Mundiales y que t¨² lo pudieses jugar en Brasil, en mi tierra, la de mis padres y abuelos, fue algo alucinante. Si alg¨²n d¨ªa me surgiese la opci¨®n de entrenar a alguna selecci¨®n del ¨¢rea de Centroam¨¦rica creo que la declinar¨ªa para no entrar en competencia contigo. S¨ª que me veo m¨¢s en Costa Rica trabajando a nivel federativo como director de selecciones o algo as¨ª. Pero a¨²n tengo cuerda para rato y quiero disfrutar de la experiencia de ser entrenador en cualquier parte del mundo: en oto?o me voy a trabajar al Mumbai, en la India.
C. B. Es importante tener un bagaje, viajar. Mi hermano y yo tuvimos la suerte de hacerlo siempre en familia y aprender sobre otras sociedades. Yo llegu¨¦ al f¨²tbol europeo por Noruega y Suecia. Era el mercado que ten¨ªamos los futbolistas de Costa Rica. Al no clasificarnos para el Mundial de 2010, tuvimos que dar m¨¢s pasos para llegar a las mejores ligas. Fue duro llegar a Escandinavia. Por eso valoro lo que tengo ahora en Espa?a.
A. G. Para un futbolista Espa?a es el sitio ideal para crecer. Me llama la atenci¨®n que, en general, hay un estilo totalmente implantado y una exigencia para respetarlo. Eso es tremendo. Pero incluso en equipos peque?os. Ves jugar estos ¨²ltimos a?os al Rayo y te diviertes porque tiene una propuesta incre¨ªble para un equipo que tiene siempre la pistola en la cabeza.
C. B. Y encuentras futbolistas enormes en cualquier equipo. En el Deportivo tenemos a Lucas P¨¦rez. Y Aduriz me impresion¨® cuando jugu¨¦ contra ¨¦l. Soberbio en su manera de jugar, poderoso, fuerte, domina el juego a¨¦reo como nadie, se gira, juega de espaldas a la porter¨ªa, se sacrifica, sabe siempre lo que pasa cerca de ¨¦l¡
A. G. Lo importante es que haya tres ticos en la Liga [Keylor Navas, Celso Borges y ?scar Duarte] y saber que de los centroamericanos que han venido a Espa?a a la gran mayor¨ªa les fue bien. Hablamos de paname?os como Rommel o Dely Vald¨¦s, hondure?os tras 1982 con Gilberto como estandarte. M¨¢gico Gonz¨¢lez, de El Salvador. Tambi¨¦n los mexicanos. Keylor Navas es campe¨®n de Europa y triunfa en el Madrid y aunque desgraciadamente no estar¨¢ en la Copa Am¨¦rica seguro que la gente estar¨¢ muy pendiente de ese escaparate.
C. B. Al menos yo voy con mucha ilusi¨®n. Me gusta que se juegue en Estados Unidos, de ciudad en ciudad. Hay muchos ticos que nos podr¨¢n ver en directo y vamos a disfrutar de todo eso. Y a competir. Nos hemos ganado el respeto de todos si es que alguna vez no lo hubo.
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