La mutaci¨®n del Bar?a
El pacto por el que el Bar?a paga una multa por el fichaje de Neymar reabre el debate sobre la directiva de Bartomeu
Quiz¨¢ porque Rosell todav¨ªa vive de Ronaldinho, Bartomeu se ha encadenado a Neymar. El proceder de ambos invita a pensar que tienen una idea del negocio, de los contratos y del mercadeo, y por el contrario desconocen los condicionantes que supone dirigir un club que no sea una SAD como el Bar?a. No hay mejor manera para entender c¨®mo funciona la directiva que observar el comportamiento de los jugadores. Nadie duda de su compromiso con el equipo y, sin embargo, son esc¨¦pticos con la pol¨ªtica de la junta, sin que haya m¨¢s v¨ªnculo que el mercantil, como se ha apreciado en la salida de Bartra, la renovaci¨®n de Busquets o las dudas de Mascherano.
Los muchachos de Luis Enrique cobran por ganar muchos trofeos mientras los directivos no penalizan por perder muchas causas, la ¨²ltima sangrante porque han pasado la factura al FC Barcelona. Cuando se pleitea por tantas cosas, acostumbra a pasar que al final no se diferencian las importantes de las banales, lo grave de lo intrascendente, los errores de las decisiones que no tienen perd¨®n de Dios. A todas le ponen la misma cara. Ha llegado un punto en que Qatar parece lo mismo que Unicef. Se empieza por manchar la camiseta y se acaba por ensuciar el escudo despu¨¦s de pagar por ense?ar la estelada La carga simb¨®lica del Bar?a va desapareciendo mientras se anuncia un estadio que podr¨ªa acabar siendo la continuaci¨®n de Les Rambles.
La competencia exige imaginaci¨®n y la singularidad demanda talento, y el Bar?a se est¨¢ quedando a mitad de camino, presa a menudo de la mediocridad, v¨ªctima a veces de la arrogancia y el cinismo y en otras de la ignorancia, expuesto siempre a la peor de las condenas, como se vio en la sanci¨®n de la FIFA por la Masia y ahora en el pacto Neymar. La salida de la directiva va contra la carta de naturaleza de la entidad y su condici¨®n de m¨¦s que un club. Supone una traici¨®n a los valores con los que se identifica parte de la masa social. Tener antecedentes penales y haber estado castigado por el fichaje de menores de edad no son precisamente las mejores credenciales para vender la marca a partir del relato tan bien construido por el Bar?a.
La salida de la directiva va contra la carta de naturaleza del club y supone una traici¨®n a los valores con los que se identifica parte de la masa social
Al fin y al cabo, la barrera ente lo aceptable y lo intolerable ¡ªpara no incidir en lo conveniente¡ª, la pusieron Rosell y Bartomeu cuando emprendieron una acci¨®n de responsabilidad contra Laporta despu¨¦s de hacerle la vida imposible cuando era presidente. As¨ª que ahora parece de recibo pedir responsabilidades a la directiva por contravenir su propia ley. No basta con despedir a asesores y ejecutivos. Otra cosa es que qui¨¦n debe ejercer de fiscal o c¨®mo se debe canalizar la queja cuando se sospecha que la asamblea es f¨¢cil de llevar para los que mandan, diligentes tambi¨¦n en el control de las pe?as y los medios, h¨¢biles en la exposici¨®n de que sus propuestas son tan democr¨¢ticas que el consejo no las vota por unanimidad.
El club ha mutado de un c¨ªrculo virtuoso a uno vicioso, porque, justificadamente o no, Bartomeu, Rosell y Laporta ¡ªy ahora Freixa¡ª se mueven a menudo por rencor y revanchismo, hasta el punto que las victorias y las derrotas se explican por oposici¨®n entre los tres. No es f¨¢cil por tanto enjuiciar el problema. La cuesti¨®n es que, puestos a librarse siempre del mal, Rosell y Bartomeu cargan esta vez el muerto a la entidad tras haber vendido el contrato de Neymar como una obra de ingenier¨ªa financiera. La pr¨®xima noticia ser¨¢ la renovaci¨®n del brasile?o. La industria del f¨²tbol no repara en el alma, la credibilidad y la dignidad. La sensaci¨®n es que a Rosell le interesaba sobre todo el negocio y a Bartomeu solo le interesa lo que le interesa a Rosell. Que no les falten los goles de Messi.
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