La mente como enemigo de Colombia
Per¨², el pr¨®ximo rival de Los Cafeteros, no ser¨¢ la Holanda del 74, pero tampoco es buena idea minimizarlo
Nadie quiere que jueguen con su mente. Y Colombia en general se sinti¨® mal de la cabeza al ver que su selecci¨®n se mostraba desconocida y perd¨ªa contra Costa Rica. Hab¨ªa un motivo que pesaba: ese resultado en contra determinaba, en teor¨ªa, enfrentarse a Brasil en los cuartos de la Copa Am¨¦rica. Ah¨ª empezaron a sumarse los factores de desequilibrio, de miedo al futuro sin que siquiera el presente se terminara de escribir: el trauma de la eliminaci¨®n durante el Mundial 2014, las pocas victorias frente a ellos, las eternas luchas perdidas del que se resigna a sucumbir frente al peso de la camiseta rival¡ Eran muchos elementos de desestabilizaci¨®n previa ante el inminente duelo frente a los de Dunga.
Pero cuando Brasil perdi¨®, todos los escenarios fatalistas quedaron enterrados. El adversario que se asom¨® inesperadamente fue Per¨², que para algunas cabezas parece un sencillo tr¨¢mite de resolver. Las muecas amargas y las voces disonantes de ciertos sectores de la cr¨ªtica se apagaron por un instante porque en el camino hacia semifinales ya no estaba el Scratch, sino Per¨². Como si los de Ricardo Gareca fueran f¨¢cil presa. Como si Per¨² no estuviera pensando en enderezar su propio camino. Como si Per¨² fuera cualquier cosa.
En la historia de la Copa Am¨¦rica, Per¨² casi siempre ha tenido esa precisi¨®n de sastre para saber, sin necesidad de tener metro y dedal, cu¨¢l es la talla de nuestra propia camisa de fuerza. Y, en silencio, casi sin darnos cuenta, terminamos maniatados ante un rival que no supon¨ªamos capaz de esposarnos. Desde la primera actuaci¨®n de Colombia en el torneo (1947) a hoy, de 15 enfrentamientos Colombia solamente gan¨® dos. Los de la banda cruzada se impusieron en siete ocasiones.
Hubo derrotas que dolieron mucho, como la del 75, cuando Per¨² y Colombia aparecieron en la final del campeonato y hubo que disputar tres partidos para conocer al ganador. Hugo Sotil, figura del Barcelona, tom¨® un avi¨®n a escondidas y jug¨® aquel partido escap¨¢ndose de la disciplina del club catal¨¢n porque no ten¨ªa permiso. Algo similar le ocurri¨® a Te¨®filo Cubillas, que andaba en el Oporto. Los dos estuvieron en la cancha y Sotil, en el estadio Ol¨ªmpico de Caracas ¡ªescogido como sede neutral para dirimir el torneo¡ª, le dio el triunfo a Per¨² con un gol solitario que frustr¨® el sue?o de abrazar el trofeo por primera vez.
Ni hablar de 2011 en Argentina. Las figuras que hac¨ªan parte de esa formaci¨®n ¡ªFalcao Garc¨ªa, Adri¨¢n Ramos, Te¨®filo Guti¨¦rrez, Mario Yepes¡ª no mostraban alegr¨ªa en su juego por cuenta de la extrema cautela del entrenador Hern¨¢n Dar¨ªo G¨®mez al momento de ubicar las fichas en el campo. Pero en ese encuentro Colombia parec¨ªa ser m¨¢s ¡ªen realidad no mucho, apenas un poco¡ª, sin importar que t¨¢cticamente los peruanos se esforzaron en encerrarse dentro de una inexpugnable madriguera, lo que deriv¨® en ver una lucha insabora entre quien no quer¨ªa ser agredido (Per¨²) y quien no quer¨ªa agredir (Colombia). Un penal fallado por Falcao y un remate en el palo de Guar¨ªn quedaron en medio de las evocaciones del que pudo ser y no se decidi¨® a serlo. En medio de esas divagaciones Per¨², con Lobat¨®n y Vargas, aprovech¨® tantas indecisiones propias y se col¨® a semifinales.
Algunos empates tambi¨¦n fueron pesadillas. El a?o pasado, en la lluviosa Temuco, Colombia firm¨® un sufrido endoso de su propia clasificaci¨®n por cuenta del 0-0 con el que se dirimi¨® el juego contra Per¨². Ese marcador obligaba a que Brasil derrotara a los venezolanos si es que se quer¨ªa entrar a cuartos como mejor tercero. Al final gan¨® 2-1 Brasil con no poco sufrimiento y Colombia se quit¨® con un dedo las gordas gotas de nervioso sudor por haber dejado en poder de otras manos la tarea clasificatoria que ellos mismos tuvieron que solucionar por anticipado. Peor suerte se corri¨® en 1989, cuando la confianza exacerbada de un grupo naciente que luego har¨ªa historia en Italia 90 se vio frenada en seco por un inesperado 1-1, de nuevo contra Per¨², que dej¨® eliminados a los hombres de Maturana del cuadrangular final.
Por eso nunca hay que sentirse triunfador sin saber para qu¨¦ lado del destino va a rodar la pelota. Per¨² no ser¨¢ la Holanda del 74 pero tampoco es buena idea minimizarlo, no olvidar que los peruanos fueron capaces de vencer a Brasil, ese equipo que nadie quer¨ªa encarar.
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