Jon Rahm busca confirmarse en la catedral de Oakmont
El vizca¨ªno, a¨²n el mejor amateur del mundo, disputa el Open de EE UU, su primer grande
Oakmont, a las afueras de la deprimida Pittsburgh (Pensilvania), tiene de todo para poder ser considerada una catedral del golf: antig¨¹edad, una atm¨®sfera casi religiosa potenciada por la vastedad del p¨¢ramo en el que se construy¨® y los vientos que soplan silbando sin obst¨¢culos despu¨¦s de que hace 20 a?os se arrancara casi 7.000 ¨¢rboles para devolverle su aspecto original, y un bunker gigantesco, un rect¨¢ngulo de 90 metros por 40 metros atravesado a intervalos regulares por 12 traviesas coronadas de hierba que, vistas en perspectiva aparentan bancadas dispuestas geom¨¦tricamente en la nave lateral de una iglesia protestante. Por eso se le llama el bunker de los bancos de iglesia y es el elemento m¨¢s pintoresco del campo en el que desde el jueves hasta el domingo se disputar¨¢ el Open de Estados Unidos, el segundo grande del a?o, el ¨²ltimo torneo como amateur del vizca¨ªno Jon Rahm, la gran sensaci¨®n del circuito universitario estadounidense los dos ¨²ltimos a?os.
El obst¨¢culo que se alinea a lo largo de las calles de los hoyos tres y cuatro es tambi¨¦n la fotograf¨ªa m¨¢s difundida del recorrido considerado el m¨¢s duro de Estados Unidos, pero no el espacio m¨¢s temido por los jugadores, a los que entran sudores m¨¢s fr¨ªos cuando piensan en el rough enrevesado hasta los tobillos alrededor de unos greens enormes y diab¨®licamente r¨¢pidos dispuestos en laderas que muchas veces se ofrecen al jugador con la parte m¨¢s elevada al frente, al contrario de lo que se estila en el resto del mundo. Tiene tambi¨¦n el campo el par tres m¨¢s largo de la historia del Open de EE UU, el hoyo ocho, 260 metros que dependiendo del viento pueden exigir una madera tres para llegar a green, un par 5 de 600 metros (el hoyo 12) y 209 bunkers m¨¢s (12 por hoyo), molestos para los jugadores y necesarios para el drenaje de un campo complicado construido en terreno arcilloso. El ¨²ltimo ganador de un Open de EE UU en Oakmont fue el argentino ?ngel Cabrera, que pudo en 2007 con Tiger Woods y termin¨® con +5.
El campo de Oakmont, capricho de Henry Fownes, un magnate de los altos hornos, de cuando las fundiciones de Pittsburgh creaban millonarios y no parados, que lo dise?¨® y construy¨® con dos docenas de mulas y 150 trabajadores en 1903, es el m¨¢s antiguo de los de competici¨®n en Estados Unidos y el que m¨¢s veces, nueve, ha acogido su Open.
All¨ª Jack Nicklaus comenz¨® su pugna con Arnold Palmer derrot¨¢ndolo en el playoff del Open de EE UU de 1962. Fue la primera victoria profesional del Oso Dorado, entonces un rubio gordito de 22 a?os y unos horrorosos pantalones verdes al que los aficionados, ignorantes de que la rivalidad que all¨ª comenzaba se convertir¨ªa en leyenda, abuchearon porque hab¨ªa acabado con el Elvis Presley del golf.
Un tr¨ªo de espa?oles
?En Oakmont, en el campo diab¨®lico, Jon Rahm, de 21 a?os, ser¨¢ uno de los espa?oles en liza junto con el canario Rafa Cabrera-Bello (32), en su segundo US Open, y con el veterano Sergio Garc¨ªa (36, 16? Open, tercero en 2005), un tr¨ªo, como un tr¨ªo es de los siempre favoritos, el tejano Jordan Spieth, ganador en 2015, el australiano Jason Day, n¨²mero uno del mundo, y el norirland¨¦s Rory McIlroy.
La expectaci¨®n la despierta Rahm, de Barrika, que lleg¨® a Arizona hace cuatro a?os con un gran juego corto y un car¨¢cter agresivo e impaciente y sale con un gran juego largo tambi¨¦n, dos trofeos Ben Hogan consecutivos y una paciencia de juego construida con el tiempo por su entrenador, Tim Mickelson, hermano peque?o del zurdo Phil, uno de los mejores jugadores de la d¨¦cada.
Despu¨¦s del Open de EE UU, que disputa como amateur gracias a ganar la medalla McCormack a mejor del mundo, Rahm debutar¨¢ como profesional en el Congressional, en Bethesda. Ser¨¢ el primero de los cinco torneos de la PGA a los que ha sido invitado y en los que intentar¨¢ conseguir la tarjeta del circuito.
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