Inglaterra somete a Gales en la Eurocopa del infarto
En el octavo partido con goles a partir del minuto 87, los de Hodgson superan por un pelo a una Gales rudimentaria que se adelant¨® con otro tanto de falta de Bale
?C¨®mo explicar lo inexplicable? Ni el mism¨ªsimo italo-argentino Renato Cesarini podr¨ªa. En los a?os 30, por sus goles con el Juventus e Italia en los ¨²ltimos parpadeos de los partidos, se lleg¨® a acu?ar el t¨¦rmino zona Cesarini, hoy m¨¢s validada que nunca en esta Eurocopa de infarto. En los primeros 17 partidos ya se han anotado nueve goles a partir del minuto 87 y seis de ellos han tenido incidencia en el marcador. Un fen¨®meno sobrenatural al que se aferr¨® Inglaterra para descorchar a Gales en un partido con m¨¢s emotividad y simbolog¨ªa que gran juego. Con la nuez anudada, los ingleses cambiaron la marcha tras el descanso y con m¨¢s ritmo rescataron una victoria de calado. No solo porque les despeja unos octavos que se les complicaban, sino porque evitaron una sonada afrenta regional. Es f¨²tbol, no rugby, y Gales solo hab¨ªa conseguido un empate con Inglaterra. Y del suceso han pasado 43 a?os.
No fue un encuentro para el archivo del tesoro, pero s¨ª con hechos epis¨®dicos relevantes. Como que Bale, que solo hab¨ªa rascado un bal¨®n de cabeza y ejecutado un saque de banda, pateara con ¨¦xito a palos desde unos 20 metros, en l¨ªnea recta a la porter¨ªa vecina. Hart, de siesta, se tir¨® tarde y con manos de plastilina. La estrella galesa sell¨® su segundo tanto directo del torneo, lo que solo hab¨ªan logrado Platini, en la edici¨®n de 1984 ¡ªincluido al desdichado Arconada en la final¡ª y el alem¨¢n Hassler en 1992. Alrededor de Bale en Gales solo hay un batall¨®n de soldados rasos con el ¨¢nimo y el orgullo por las nubes. Nada m¨¢s tiene la pedestre Gales, que suple sus carencias con entusiasmo. Pero ah¨ª est¨¢, con opciones de ir a octavos. El delirio para su gente, poco gratificada cuando el bal¨®n no es ovalado. La destreza es otra.
Ma?a para este juego tiene Bale, cuyo gol cerca del descanso desnud¨® al decepcionante grupo de Hodgson, que parti¨® con el mismo regimiento que en el estreno ante Rusia. Pero fue otra Inglaterra, m¨¢s pacata en todo, sin pulso e ingenio. Nadie se sum¨® a la c¨¢tedra de Rooney como mediocentro. Con Gales abrochada en su ¨¢rea con un pelot¨®n de centinelas, los pross no tuvieron respuestas. Ni siquiera con el l¨²cido nuevo Rooney, de repente un mensajero que reparte juego con sencillez y mucha pericia. Tic, tac. Era el ¨²nico en querer poner en hora al equipo m¨¢s joven en Francia. Imposible hasta el intermedio.
Hodgson agit¨® el cesto y retir¨® a Sterling y Kane, de puntillas durante el primer acto. Sturridge y Vardy, sus relevos, hicieron historia. Seg¨²n los estad¨ªsticos, se convirtieron en los primeros suplentes que marcan en un mismo partido en gran torneo. Con ellos, Inglaterra fue otra. Sturridge le puso el picante que no hab¨ªa tenido Sterling y Vardy hizo de Vardy, reba?ar un golito, su costumbre. Con Gales en las cuerdas y los ingleses guiados por Rooney y el remo del incansable Walker lleg¨® el empate. Un gol de safari, con rebotes y despejes pifiados entre un bosque de jugadores. El ¨²ltimo desatino fue de Williams, capit¨¢n gal¨¦s, que desvi¨® la pelota hacia su porter¨ªa y legitim¨® la posici¨®n de Vardy. Aliviada, Inglaterra carg¨® entonces con Rashford, el jugador m¨¢s joven de la Eurocopa (18 a?os y 229 d¨ªas). El asalto era constante y hasta Bale sofocaba el rancho. Hasta que en el 92, Sturridge, h¨¢bil, se abri¨® paso en la selva y arm¨® un remate sutil e instant¨¢neo que dinamit¨® la barricada ajena. Cara para Inglaterra en esta Euro taquic¨¢rdica. ?Cuidado! A¨²n tuvo Bale un cabezazo... De locos. Ni Cesarini se lo creer¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.