El antih¨¦roe de Francia
La actuaci¨®n de Iniesta dignifica el trabajo de cada d¨ªa y combate el ruido y la intolerancia

Los torneos de selecciones necesitan de personajes, y si se quiere de equipos sorpresa, marcadores ins¨®litos y situaciones inesperadas, para poder masticar la fase de grupos y alcanzar las eliminatorias directas, momento en que adquieren el dramatismo de las competiciones de clubes como la Champions. La espera se eterniza si se aumenta la participaci¨®n a 24 equipos y la organizaci¨®n no acaba de funcionar, como es el caso de Francia.
Las medidas de seguridad son tan contradictorias que a un periodista le pueden intentar requisar las gafas por considerar que son un objeto peligroso mientras los hinchas croatas cuelan sus bengalas en el estadio Geoffroy Guichard de Saint-?tienne y obligan a suspender un rato el partido con la Rep¨²blica Checa. La condena del t¨¦cnico Ante Cacic contra sus compatriotas suena entonces m¨¢s dura que las amenazas de la UEFA.
La Eurocopa refleja al fin y al cabo las tensiones que hoy d¨ªa se viven en la vieja Europa
No hay mayor sinraz¨®n que la de aplicar la misma multa de 150.000 euros a la Federaci¨®n Rusa por los incidentes protagonizados por sus radicales que al Bar?a por la exhibici¨®n de esteladas en la Liga de Campeones. La Eurocopa refleja al fin y al cabo las tensiones que hoy d¨ªa se viven en la vieja Europa. La capacidad de movilizaci¨®n y violencia de los grupos neonazis exige una reflexi¨®n y una respuesta de la UEFA.
Ya no alcanza con elegir un pa¨ªs, poner el campo, recordar la norma y aplicar multas contra rusos, ingleses y croatas. Algunas de las ciudades sede de la Eurocopa se han convertido en aut¨¦nticos campos de batalla, como se vio en Marsella, y no hay siquiera la posibilidad de hacerse seguidor de la festiva Holanda. Ha habido hasta ahora m¨¢s tensi¨®n y atenci¨®n en las calles y las gradas que f¨²tbol en los campos de Francia.

Los favoritos administran sus esfuerzos y juegan a asegurarse la clasificaci¨®n en las mejores condiciones, de manera que la noticia acostumbra a estar en los equipos menores, de recorrido limitado, salvo contadas excepciones, como ocurri¨® con Grecia en Portugal (2004) o con Dinamarca en Suecia (1992). Las historias bonitas de Francia ha sido para Albania, Islandia, Gales o Hungr¨ªa. Ninguna tiene pinta de campeona en Par¨ªs.
Ni siquiera los muchos goles de ¨²ltima hora, aquellos que se marcan en la zona cesarini (29 de los 42 tantos obtenidos hasta la jornada del viernes se han logrado en la segunda parte y ocho en el tiempo a?adido), han animado el torneo, seguramente porque no son decisivos, no suponen todav¨ªa la eliminaci¨®n y clasificaci¨®n de ning¨²n equipo, sino que dan emoci¨®n a los partidos, y m¨¢s si se trata de la anfitriona Francia.
Tampoco ha ayudado que la mayor¨ªa de goleadores no hayan sido figuras que optan al Bal¨®n de Oro, sino delanteros ocasionales como Payet o Hamsik. Acaso uno de los momentos m¨¢s especiales fue cuando Piqu¨¦, un azulgrana silbado en la mayor¨ªa de campos de Espa?a, le dio la victoria a la selecci¨®n ante la Rep¨²blica Checa. Piqu¨¦ y el equipo de Del Bosque han sido hasta hoy los actores futbol¨ªsticos de la Eurocopa.
Ocurre que el seleccionador es un se?or que despu¨¦s de cada victoria habla de educaci¨®n, humildad y respeto, cosa no muy com¨²n en un mundo m¨¢s a gusto con el conflicto, la rivalidad y la descalificaci¨®n, tambi¨¦n en Espa?a. Y pasa tambi¨¦n que el l¨ªder se llama Iniesta, un manchego que se siente espa?ol y catal¨¢n, ciudadano del mundo, jugador a la antigua, un antih¨¦roe en un escenario de famosos, nada que ver con Fuentealbilla.
Nunca un futbolista tan monumental, autor de goles tan memorables como el que le dio la Copa del Mundo a Espa?a, hab¨ªa sido tan an¨®nimo
Nunca un futbolista tan monumental, autor de goles tan memorables como el que le dio la Copa del Mundo a Espa?a, hab¨ªa sido tan an¨®nimo, tanto que no fue detectado siquiera por el algoritmo que de decide los mejores jugadores de cada jornada de la Eurocopa despu¨¦s de su exhibici¨®n en Toulose. Acostumbra a suceder en las mejores empresas cuando se externalizan los servicios y acaban en manos insensibles, muy propio de la UEFA.
No es extra?o que no haya ganado el Bal¨®n de Oro. La rutina penaliza, y en el entretiempo de los torneos m¨¢s pomposos no se agradecen suficientemente actuaciones como las de Iniesta porque no sirven para ganar t¨ªtulos sino para dignificar el trabajo de cada d¨ªa, la mejor manera de combatir el ruido, el hooliganismo, la intransigencia y la intolerancia y tambi¨¦n el inmovilismo o escepticismo, muy presentes en la Eurocopa.
A Iniesta jam¨¢s le dar¨¢ un ataque de importancia, ni en el vestuario ni en la cancha, en la fase de grupos o en la final, la peor de las noticias para quienes se alimentan del falso espect¨¢culo y una verdad como un pu?o para los puristas del f¨²tbol. Andr¨¦s simboliza la lluvia fina frente a la tormenta.
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