Cristiano socorre a Portugal
La estrella, con una asistencia y dos golazos, alivia a los suyos frente a una descarada Hungr¨ªa en un partido de locura, sin control, desatado hasta el final
Y resopl¨® Cristiano tras un d¨ªa de locura, de desenfreno fuera y dentro del campo. De paseo matinal, arroj¨® a un lago un micr¨®fono que consider¨® perturbador e incordiante. Ya de corto, rein¨® en un partido que ped¨ªa camisas de fuerza, desatado, con golazos, vaivenes en el marcador, Portugal eliminada m¨¢s de un rato y creyendo que al final su cruce ser¨ªa con Inglaterra. Desmentido, un gol postrero de Islandia le cambi¨® el paso y ahora se medir¨¢ a Croacia.
Toda una intriga para una trama en la que CR engord¨® su hoja de servicios particular mientras su selecci¨®n se convirti¨® en la primera en clasificarse sin ganar un partido. Y todo a ojos de un portero de 40 a?os, Kiraly, que juega con lo que hoy ser¨ªa un pantal¨®n de pijama y en sus a?os mozos debi¨® ser un ch¨¢ndal. Un partido para no parpadear.
Beneficiada por el nuevo formato de la Eurocopa de 24, Portugal se alivi¨® despu¨¦s de un mal trago considerable. En su peor partido del torneo, respir¨® por Cristiano, esta vez s¨ª un socorrista de bandera. Hungr¨ªa ¡ªcu¨¢nto f¨²tbol de alta escuela evoca su feliz regreso a la ¨¦lite¡ª le plant¨® cara con su juego veloz y distendido. Los h¨²ngaros ya estaban clasificados, pero, tras muchas d¨¦cadas de barbecho, ans¨ªan victorias de tron¨ªo. Los muchachos, y no tan muchachos como Kiraly, de Bernd Storck no se arrugaron ni con cuatro titulares de reservistas para protegerse de una sanci¨®n. Plantearon un duelo dislocado y Portugal entr¨® al trapo. Hasta que CR sac¨® el mazo, hubo m¨¢s pelotazos de Pepe que f¨²tbol. Poco benefici¨® a los lusos aceptar el envite desabrochado de su rival.
A los veinte minutos comenzaron las tiritonas portuguesas con un trallazo de Gera desde fuera del ¨¢rea. Un futbolista con el que so?aron los herederos de Kubala, Hidegkuti, Czibor y Puskas, pero se qued¨® en el pelot¨®n. A los 37 a?os, al menos conserva dinamita en la zurda. Portugal viv¨ªa un tormento, con las costuras abiertas de otro jugador al borde de la jubilaci¨®n, Ricardo Carvalho, de 38 a?os, al que el exmadridista Szalai, dejaba retratado en combate. El equipo de Fernando Santos ten¨ªa a Moutinho, su mejor arquitecto, por un mero apeadero. El ¨²nico con criterio en la verbena era Elek, un futbolista con tacto.
Salvo Elek, todo el mundo, h¨²ngaros, incluidos, quer¨ªa correr, chocar, brincar, esprintar. Sin riendas, el partido era de casino hasta que se ilumin¨® Cristiano. Su asistencia a Nani para el empate antes del intervalo fue un segundo aire para los suyos. A¨²n les har¨ªa falta un tercero, un cuarto...
Cuando parec¨ªa que Portugal tomaba aliento, nada m¨¢s dejar la caseta para el segundo acto, sali¨® a escena Dzsudzsak, capit¨¢n magiar. Pepe despej¨® con el juanete, Carvalho lleg¨® una hora tarde, y falta para Hungr¨ªa. Dzsudzak dispar¨® y Andre Gomes, el valencianista, movi¨® el codo en la barrera. La pelota sali¨® en direcci¨®n contraria a Rui Patricio. Portugal, otra vez estaba en la lona, con un pie de vuelta a casa. Y no digamos cuando Lovrencsics invadi¨® el rancho de Pepe y Carvalho y su remate se fue por un pulgar.
Taconazo exquisito
Antes de que el ataque de nervios fuera a m¨¢s, Portugal encontr¨® a su estrella, capital en el rescate. Y con may¨²sculas. Porque exquisito fue su taconazo para evitar la custodia de Lang y embocar el 2-2 tras una asistencia lateral de Joao Mario. Un gol para rebobinar y rebobinar. Eficaz, ingenioso y de una pericia t¨¦cnica extraordinaria. Una belleza.
Cuando parec¨ªa restaurado el orden, de nuevo Dzsudzsak sac¨® a pasear el apellido. Y su zurda, con la que con un zapatazo desde una esquina del ¨¢rea bati¨® a Rui Patricio. Si antes hab¨ªa sido Andr¨¦ Gomes quien le hizo una jugarreta a su portero, esta vez fue Nani, que meti¨® el tac¨®n y cambi¨® el vuelo de la pelota. A CR se le llevaban los demonios.
A los cornetazos del astro luso, el primero, y ¨²nico, en sumarse fue Joao Mario, un producto de ese gran caladero de extremos en serie que ha sido siempre el Sporting de Lisboa: Futre, Figo, Cristiano, Quaresma, Simao... Otra jugada suyo sirvi¨® para que CR cabeceara como un ¨¢ngel suspendido en la atm¨®sfera y con un golpe de cuello para enmarcar. Otro gol a la altura del autor, del ¨²nico que conoce que haya marcado en siete fases finales entre Eurocopas y Mundiales. Anillos como solista no le faltan. Con Portugal tendr¨¢ que multiplicarse m¨¢s si cabe. Y casi tuvo que acudir a un tercer rescate cuando Lovrencsics a¨²n se descar¨® con un tiro al poste. Tan disparatado acab¨® todo que CR, tras un d¨ªa de furia, no se enter¨® de su pr¨®ximo reto hasta que le chivaron el gol de Islandia y su cita con Croacia. La hora que ped¨ªa Espa?a. Para Hungr¨ªa, una resurrecci¨®n por la que aplaudir. Y, encima, con honores como primera de grupo.
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