Alemania, tres horas para ganar a Italia
Alemania derrota por primera vez en su historia a los italianos en un gran torneo tras 18 lanzamientos de penalti
![Jos¨¦ S¨¢mano](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F65950e2d-87d8-4b87-87d2-e499999b380a.jpg?auth=00cf6232e7a3a64d1deda6c0f646ae477c05fa68bfa4e35ece63fdb41e1e9601&width=100&height=100&smart=true)
A esta espartaca Italia hab¨ªa que sacarla de Francia con f¨®rceps. As¨ª fue, un asunto de titanes. Alemania, la campeona del mundo, necesit¨® 120 minutos y una tanda infinita de 18 penaltis para fundir a quien jam¨¢s hab¨ªa derrotado en un gran campeonato. Rompi¨® la maldici¨®n cuando ya era medianoche y desde tres horas antes los alemanes tuvieron que anudarse la garganta. Solo se aliviaron cuando Hector emboc¨® el penalti final bajo los brazos de Buffon. Cuesti¨®n de cent¨ªmetros, lo que en el f¨²tbol conduce a la cima o al exilio. A la rueda de fusilamientose lleg¨® tras un partido que exigi¨® a todos hasta lo que no ten¨ªan. Un choque muy competido, muy estudiado por ambos banquillos, batallado metro a metro, y con un desenlace tremendo, el encuentro con m¨¢s penaltis en la historia del campeonato.
El m¨¢ximo suspense del f¨²tbol y con los mejores actores posibles bajo palos: el glorioso ayer de Buffon, de 38 a?os, y el fant¨¢stico presente de Neuer, de 30. Uno detuvo el italiano, dos el alem¨¢n. Otros cuatro tambi¨¦n volaron, fuera o al poste. Alemania rompi¨® la tradicional victoria italiana, pero cumpli¨® con una costumbre. Ha triunfado en seis de las siete tandas de penaltis que ha tenido por delante a lo largo de su vida. Solo se la birl¨® un autor eterno, el checo Panenka en la final de la Eurocopa de 1976. De hecho, ni un alem¨¢n hab¨ªa fallado los ¨²ltimos 23 lanzamientos en estas suertes. No es lo que mejor domina Italia, que ha perdido siete de once tandas. Nadie ha ca¨ªdo tantas veces.
Hasta la traca final de los germanos, ambos se negaron, se anularon con la misma p¨®cima. La receta de Alemania no fue ser Alemania o Espa?a, sino Italia. El equipo de Conte se gan¨® mucho respeto ante la Roja y L?w tom¨® nota, prescindi¨® de Draxler en la media punta y envid¨® con H?wedes para alistar a tres centrales. Tambi¨¦n a la italiana, orden¨® a Kimmich y Hector, sus laterales, empotrarse contra sus pares adversarios. La Azzurra no alter¨® una coma de su pizarra, mantuvo sus esencias, por mucho que De Rossi, y su suplente Motta, fueran bajas. Dos ausencias que, sumadas a las de Verratti y Marchisio, los cuatro jugadores de la zona Pirlo, obligaron a Conte a improvisar con Parolo como bisagra. A Italia no le sobran futbolistas, pero se las apa?a. En este caso, ante el intrascendente Parolo, quien hizo gravitar el juego fue Bonucci, de largo el mejor de la noche, un defensa con vista para todo, ya sea como arquitecto desde la cueva o como dique y corrector de sus compa?eros de retaguardia. Le toca incluso lanzar los penaltis, lo que no es asunto menor con lo que impone Neuer, al que super¨® una vez en el partido y con el que no pudo en la ronda de lanzamientos decisiva.
Pese al bloqueo propuesto en los dos bandos, nadie opt¨® por dar carrete al juego con pelotazos a la atm¨®sfera. Para no sortear el bal¨®n, el ¨²nico remedio era el riesgo, que ante la presi¨®n alta de cada cual los porteros afinaran las botas y dieran hilo, lo mismo que los zagueros. Nada de lo que hizo Espa?a, tan atemorizada por el encapsulamiento italiano. Unos y otros consegu¨ªan superar la primera alambrada, pero con tantas guerrillas por el campo les resultaba imposible husmear en las porter¨ªas. No hab¨ªa accesos, cerrados los laterales y sin aire por los embudos centrales.
Sin avisos en las ¨¢reas durante casi todo el primer acto, el partido result¨® ajedrec¨ªstico. El bal¨®n estrujado por las pizarras, con m¨¢s gobierno alem¨¢n y una Italia supeditada al contragolpe. No lo arregl¨® Schweinsteiger, relevo de Khedira, lesionado al cuarto de hora tras un choque involuntario con Chiellini, su compa?ero en la Juventus. Hace tiempo que el jugador del United solo es un peso pesado, r¨ªgido como est¨¢. Solo puede espantar rivales a empujones, como hizo con De Sciglio. Ya no puede disimular, as¨ª que el ¨¢rbitro le pill¨® y anul¨® el gol con buen criterio.
Enriquecedor en lo t¨¢ctico, para los no acad¨¦micos al encuentro le faltaba alg¨²n rel¨¢mpago. Sin un remate siquiera a la tribuna superior hubo que esperar casi hasta el intermedio para que saltara una chispa.
Boateng mete la pata y las manos
El segundo acto tuvo volumen, fue m¨¢s abierto. Alemania tuvo soltura, con m¨¢s fogonazos de ?zil, con Kroos m¨¢s dispuesto al juego y menos a la intendencia. Italia cada vez necesitaba exprimirse m¨¢s cerca de Buffon. M¨¹ller, al que la selecci¨®n sol¨ªa iluminarle el gol, lo que le sustenta en el f¨²tbol, tampoco hizo diana en un disparo que le interfiri¨® Florenzi. ?l fue precisamente quien posibilit¨®, en buena medida, el tanto de apertura alem¨¢n. Un mal despeje que le pill¨® desubicado, permiti¨® a Mario G¨®mez por la izquierda. No es alguien con pies de bailarina, pero advirti¨® de maravilla la llegada de Hector, que esprint¨® y dej¨® el bal¨®n en la sala de espera del ¨¢rea. El m¨¢s r¨¢pido en llegar fue ?zil, que brind¨® con la red de Buffon.
En desventaja, a Italia le correspond¨ªa mutarse. Era el momento de ver a los de Conte en situaci¨®n de jugarse las habichuelas en direcci¨®n a Neuer. Tras una oportunidad de Mario G¨®mez sofocada por Chiellini, Pell¨¦, un delantero con carrocer¨ªa y buen manejo del bal¨®n asust¨® a Neuer con zurdazo desviado por un palmo. No dio tiempo a examinar a una Italia obligada a remar porque Boateng meti¨® la pata y las manos. Chiellini remat¨® con su pelada coronilla un centro de Florenzi y el central alem¨¢n salt¨® sobre ¨¦l con los brazos como molinillos. Manotazo, penalti y Bonucci le gan¨® el asalto a Neuer.
Italia se tom¨® el empate como una victoria sublime. La compungida fue Alemania, a la que se le cayeron como chuzos todos sus fantasmas en los duelos oficiales con los azules. Para los italianos, cuando m¨¢s heroicidad requiera la trama, mejor. Les encanta el papel de resistentes. Lo sabe su gente, que en la pr¨®rroga, con los futbolistas derrengados por el supremo esfuerzo, festejaba en la grada la inminencia de los penaltis. Solo as¨ª, y tras 18 lanzamientos de infarto, pudo Alemania por fin despachar a esta jabata Italia. Lo suyo le cost¨®. Ni m¨¢s ni menos que tres horas de agon¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Jos¨¦ S¨¢mano](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F65950e2d-87d8-4b87-87d2-e499999b380a.jpg?auth=00cf6232e7a3a64d1deda6c0f646ae477c05fa68bfa4e35ece63fdb41e1e9601&width=100&height=100&smart=true)