Federer se desinfla ante Raonic

Se termin¨® la aventura, el hermoso periplo que estaba firmando Roger Federer en esta edici¨®n de Wimbledon, cuyo p¨²blico se qued¨® sin la presencia del suizo en la gran final y, por lo tanto, con la miel en los labios. El n¨²mero tres del mundo cedi¨® ante Milos Raonic despu¨¦s de un pulso muy estrat¨¦gico (6-3, 6-7, 4-6, 7-5 y 6-3, en 3h 24m) y el tenis deber¨¢ seguir esperando, porque el fotograma de Federer alzando su 18? trofeo del Grand Slam y edulcorando su leyenda no se producir¨¢ ahora, en Londres. El de Basilea, que a sus 34 a?os aspiraba a su octava corona en el All England Tennis Club, perdi¨® el tren. Se evapor¨® la tentadora idea de verle alzando otro grande y terminando con una sequ¨ªa en los majors que se remonta hasta 2012, cuando firm¨® su ¨²ltima gran consecuci¨®n individual, precisamente en la hierba londinense.

Se march¨® Federer, despresurizado en la recta final del partido y trist¨®n de camino al vestuario. March¨® el suizo y con ¨¦l un gigantesca porci¨®n de la m¨ªstica y el glamour, porque si a alguien le debe otra condecoraci¨®n el deporte es a ese hombre que en la veteran¨ªa a¨²n conserva el arrojo y la pasi¨®n por el juego, y que hace disfrutar a la gente como muy pocos atletas, siempre desde la buena praxis y el buen ejemplo, con la exquisitez por bandera. Como contrapartida, el circuito asisti¨® al estallido de Raonic, al que se le esperaba y que ahora parece haber llegado, porque eliminar a todo un Federer, en Wimbledon y alcanzar su primera gran final es claro s¨ªntoma de que el gigante que ten¨ªa la voluntad de codearse con la ¨¦lite se va acercando a esta.

Buen trabajo el que est¨¢n haciendo Carlos Moy¨¤ y el resto de equipo del canadiense, estancado desde hace un tiempo en la zona de confort oscilante, cercana al top-10, pero sin premios con resonancia. Este viernes Raonic dio un golpe muy fuerte, tan poderoso como ese brazo derecho que le permiti¨® ejecutar el servicio m¨¢s veloz de este torneo (a 231 km/h) y derrotar a uno de los grandes s¨ªmbolos hist¨®ricos del tenis en un pulso de lo m¨¢s t¨¢ctico, marcado por la fiabilidad de ambos al saque. Por eso, la cuesti¨®n consist¨ªa sobre todo en no dar un mal paso, en no hacer ni la m¨¢s m¨ªnima concesi¨®n porque reparar el da?o se antojaba casi imposible.

El genio baj¨® los brazos y se fue. Se march¨® y con su salida se evapor¨® una gran porci¨®n de m¨ªstica

Federer empez¨® a remolque, set abajo, pero invirti¨® la atm¨®sfera y todo hac¨ªa indicar que acceder¨ªa a su und¨¦cima final de Wimbledon, pero no fue as¨ª. El suizo pag¨® dos resbalones: el primero en el cuarto parcial, cuando con 40/0 a su favor cometi¨® dos dobles faltas y no cerr¨® el juego, demarrando Raonic hacia el definitivo 7-5 de ese set; y despu¨¦s, en la ¨²ltima manga, el canadiense le rompi¨® el servicio (para 3-1) y Federer baj¨® las brazos y se rindi¨®, quiz¨¢ demasiado r¨¢pido. Desde ese instante hasta el final, el suizo no hizo m¨¢s que maldecir para sus adentros, consciente de que ese paso en falso probablemente le iba a privar del gustazo de competir en final.

Y as¨ª fue. El genio se fue, y con su salida mengu¨® la m¨ªstica.