Marquer Cristiano ¨¤ la culotte?

Cristiano Ronaldo es un jugador excepcional. Es capaz de realizar una aceleraci¨®n incre¨ªble, un golpe s¨²per potente o un cabezazo que propulse el bal¨®n a 70 kil¨®metros por hora hacia la escuadra. Ese es el tipo de cosas que espero ver cuando voy a apoyar al Real Madrid al Bernab¨¦u (para gran decepci¨®n de Juan Cruz).

Ante el peligro que representa semejante delantero, en el siglo pasado la respuesta habr¨ªa sido inmediata: un marquage ¨¤ la culotte (en espa?ol, "pegarse a la chepa", "ser la sombra", "soplar el cogote"). De esta forma, un defensa franc¨¦s habr¨ªa recibido la tarea de seguir a Cristiano durante todo el partido y por todo el terreno. El marquage ¨¤ la culotte representa una imagen f¨¢cilmente comprensible, que acent¨²a la idea de que el defensa debe estar pr¨¢cticamente pegado al delantero.

Esta t¨¢ctica ha dado lugar a combates ¨¦picos en la historia del f¨²tbol. De hecho ciertos defensas segu¨ªan al pie de la letra (y algunos siguen haci¨¦ndolo) la expresi¨®n marquage ¨¤ la culotte, tirando ostensiblemente de la camiseta o del pantal¨®n del adversario. Los italianos se han convertido en grandes maestros de este arte, especialmente en los momentos de saque de esquina. Algunos defensas han sido conocidos mundialmente por su violencia f¨ªsica: el delantero estrella del momento sab¨ªa desde el principio del partido que pasar¨ªa un mal rato frente al italiano Claudio Gentile, el ingl¨¦s Martin Keown, el brasile?o Carlos Mozer o el franc¨¦s Eric di Meco. En este combate, que es profundamente psicol¨®gico, los l¨ªmites eran con frecuencia superados mediante abordajes y agresiones violentas.

A d¨ªa de hoy no existen pr¨¢cticamente equipos que implementen el marcaje individual. Es la zona lo que domina: cada defensa trabaja en una zona y es el movimiento colectivo el que permite contrarrestar los ataques del adversario. Y es que, si los jugadores lo llevan a cabo correctamente, la zona es m¨¢s eficaz ante los delanteros que se mueven cada vez m¨¢s sobre las distintas partes del terreno. Adem¨¢s, frente a un jugador como Cristiano un solo defensa no es suficiente, porque el portugu¨¦s es capaz de esquivarlo en todo momento. Har¨ªan falta dos o tres bleus a jornada completa, lo que provocar¨ªa un problema evidente de equilibrio colectivo. As¨ª pues, ser¨¢ todo el equipo el que tenga que marcar a Cristiano, en zona: ?y que la providencia se encargue del resto!

Como Director del Institut fran?ais d?Espagne, en cada partido de les Bleus, a trav¨¦s de estas columnas de EL PA?S, he tratado de rendir homenaje a una expresi¨®n futbol¨ªstica francesa: vendanger une action, petit pont, les coiffeurs, Petit Poucet, but casquette, sortie kamikaze. Me hubiera gustado hablar de donner un caviar (hacer el pase perfecto que permite marcar un gol) y sobre todo del caf¨¦-cr¨¨me (regatear al adversario de manera un poco humillante, como hizo Pogba en el pase del segundo gol franc¨¦s frente a Alemania). Caviar y caf¨¦-cr¨¨me, son im¨¢genes que inspiran de forma inmediata la degustaci¨®n de cosas deliciosas. Lo que nos queda de todas estas expresiones es la pertinencia y la belleza de im¨¢genes populares que engrandecen y otorgan riqueza a un idioma que est¨¢ vivo. Un idioma que nos acerca, que nos permite comunicarnos y que, en el fondo, nos une.

As¨ª que esta noche hist¨®rica de la final del Euro, con o sin marquage ¨¤ la culotte, Cristiano, no marcar¨¢s. Con mucho gusto te espero en el Institut fran?ais para invitarte a nuestras clases de franc¨¦s, donde te ense?aremos todo el l¨¦xico que contiene el f¨²tbol en Francia.

Nicolas Kassianides

Director General del Institut fran?ais d?Espagne.

Consejero Cultural de la Embajada de Francia.?

Traducci¨®n: Sara Garc¨ªa Ramos