Sancho D¨¢vila nombra seleccionador a su dentista
El presidente de la Federaci¨®n, hombre del toro, estaba cautivado por la sapiencia futbol¨ªstica de Luis Iribarren
![Luis Iribarren.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/RWWZPB5K5GG4234AWGP2VHAKIY.jpg?auth=3060ee9d7f8c84604859e5a91f0b16bd5c6d274c72787b3fb4e3b611f6d70dbc&width=414)
En materia de seleccionadores hemos tenido de todo. Incluso un dentista, que tuvo la suerte de tener entre sus clientes a quien a la saz¨®n era presidente de la Federaci¨®n de F¨²tbol, Sancho D¨¢vila y Fern¨¢ndez de Celis.
Sancho D¨¢vila, natural de C¨¢diz, fue un falangista muy activo desde primera hora. Era primo tercero de Jos¨¦ Antonio. El estallido de la guerra le pill¨® detenido, en la C¨¢rcel Modelo de Madrid, pero consigui¨® salir. Hizo la guerra en el bando franquista y particip¨® en el c¨¦lebre alboroto entre dos facciones de Falange (la suya y la de Hedilla) en Salamanca, de resultas del cual Franco lanz¨® su famoso decreto de unificaci¨®n.
No era hombre del f¨²tbol, y s¨ª del toro, donde ten¨ªa prestigio por sus conocimientos. Un hijo suyo, llamado igualmente Sancho D¨¢vila, lleg¨® a ser matador de toros con el nombre de Sancho ?lvaro. Tambi¨¦n desciende de ¨¦l Eduardo D¨¢vila Miura. El f¨²tbol no era lo suyo. No obstante, el General Moscard¨®, Delegado Nacional de Deportes, le design¨® como presidente de la Federaci¨®n el 31 de enero de 1952, en sustituci¨®n de Manuel Vald¨¦s Larra?aga, a quien se concedi¨® la embajada de Espa?a en Puerto Rico, destino envidiable, sin duda.
Sancho D¨¢vila se encontr¨® nada m¨¢s llegar con la dimisi¨®n del seleccionador, Ricardo Zamora, que recibi¨® una fant¨¢stica oferta de Venezuela. Despu¨¦s de varias consultas, eligi¨® como seleccionador a Pedro Escart¨ªn, c¨¦lebre ex¨¢rbitro y permanente perejil de todas las salsas en el f¨²tbol espa?ol.
Escart¨ªn debut¨® con derrota ante Argentina. Luego, 2-2 contra Alemania y 3-1 a B¨¦lgica. Todo ello en casa. Lo siguiente, fue una peque?a gira por Am¨¦rica, en el verano del 53, que iba a suponer el debut de Kubala.
Kubala, que hab¨ªa llegado a Espa?a en 1950, fugado de Hungr¨ªa. Por su transfer FIFA Sancho D¨¢vila pele¨® a brazo partido con la FIFA durante dos a?os y medio. Un libro raro de encontrar, titulado De vuelta a casa, cuenta esta peripecia y varias otras que le toc¨® lidiar. La llegada de Kubala a Espa?a fue tan sensacional que se dio por sentado que con ¨¦l Espa?a ser¨ªa imbatible. Pero perdimos en Buenos Aires, 1-0. Decepci¨®n y acusaciones de juego defensivo. Luego ganamos 1-2 en Santiago de Chile, con un gol de Kubala, pero ni eso compens¨® el disgusto. Se ten¨ªa a Kubala por un superm¨¢n y con cierta raz¨®n. Apareci¨® en el Bar?a en la Copa del 51, y la gan¨®. Y luego Liga y Copa en el 52 y el 53. El Bar?a lo hab¨ªa ganado todo desde que apareci¨®, era lo nunca visto, y los resultados de esa gira se juzgaron paup¨¦rrimos. Escart¨ªn dimiti¨® con dos victorias, dos derrotas y un empate.
Hab¨ªa que buscar otro seleccionador. Marca hizo una encuesta nacional, de la que salieron muy destacados dos nombres, Ricardo Zamora, regresado ya de su bien remunerado paso por Venezuela, y Ram¨®n Encinas, hombre de larga trayectoria. Exjugador del Celta, dos estancias como entrenador en la Selecci¨®n, con Jos¨¦ Mar¨ªa Mateos y Amadeo Garc¨ªa Salazar como seleccionadores. Y t¨ªtulos nacionales con el Valencia y el Sevilla.
Pero Sancho D¨¢vila estaba cautivado por la sapiencia futbol¨ªstica de su dentista. Hombre del toro como ya he dicho, el mundillo del f¨²tbol le hizo un poco de menos. Le vieron demasiado lego como para gastar tiempo en conversaciones con ¨¦l. Su dentista, Luis Iribarren, hab¨ªa sido jugador amateur mucho tiempo atr¨¢s, en el Real Uni¨®n y en la Gimn¨¢stica de Madrid. Su Real Uni¨®n hab¨ªa llegado a ganar la Copa, aunque ¨¦l s¨®lo hab¨ªa jugado un partido, pues era suplente. Lo que le interesaba era la carrera. Por eso dej¨® un tiempo Ir¨²n por Madrid y luego se fue a Nueva York, a completar estudios. No hab¨ªa vuelto a tener contacto con el f¨²tbol desde mediados los veinte.
Era un odont¨®logo de prestigio que segu¨ªa el f¨²tbol, por el que le hab¨ªa quedado afici¨®n. D¨¢vila, falto de mayores referentes, le consider¨® un pozo de ciencia futbol¨ªstica. Primero le meti¨® en el Comit¨¦ de Competici¨®n, tras el desmantelamiento de ¨¦ste que sigui¨® al caso Kubala-Oliva, que ya cont¨¦ en esta secci¨®n. Y ahora dio la campanada al hacerle seleccionador sin que, por supuesto, nadie se hubiera acordado de ¨¦l en la encuesta de Marca. Eso s¨ª, le acompa?¨® Encinas como entrenador. Esa doble figura fue frecuente durante a?os: seleccionador, por encima, que escog¨ªa los jugadores y decid¨ªa la alineaci¨®n, y entrenador, que los preparaba f¨ªsicamente.
Lo que hab¨ªa por delante era la clasificaci¨®n para el Mundial, contra Turqu¨ªa. A dos partidos, ida y vuelta. Contaban puntos, no goles, as¨ª que hab¨ªa que ganar uno y al menos empatar otro.
El proyecto Iribarren se estren¨® en San Mam¨¦s, ante Suecia (8-11-53), con Kubala de interior derecha y un resultado poco prometedor, 2-2. Dej¨® una sensaci¨®n fr¨ªa. Para el segundo partido, ya de clasificaci¨®n para el Mundial, contra Turqu¨ªa en Chamart¨ªn (6-1-54), s¨®lo repiten cuatro jugadores. D¨¢vila e Iribarren no se atreven a contar con Kubala porque a¨²n no se han cumplido los tres a?os de su nacionalizaci¨®n, requisito para que pudiera jugar con Espa?a. Se le hab¨ªa utilizado en amistoso, pero en este, ya oficial, no se atrevieron. Espa?a gan¨® 4-1 a Turqu¨ªa. Bien. Medio billete.
Ahora hay que empatar al menos en Estambul (14-3-54). Como siempre, se habla de pasi¨®n, de infierno turco, de que habr¨¢ encerrona, de que campo seco¡ El equipo da otro vuelco, justificado en la necesidad de jugar de otra manera. Sobreviven cinco de los de Madrid, algunos en posici¨®n distinta. Iribarren, de acuerdo con Sancho D¨¢vila, tira de Kubala, ante la gravedad del compromiso, a ver si cuela. Juega y nadie protesta, pero Espa?a pierde 1-0. Tremenda decepci¨®n. Y vuelta a la encerrona, el infierno turco, el campo duro¡
Queda el desempate, en Roma, tres d¨ªas despu¨¦s. Esta vez Iribarren mantiene, o casi, el equipo de Turqu¨ªa, con muy pocos cambios, porque lo tuvo que afrontar con los mismos convocados. Est¨¢ previsto que juegue otra vez Kubala. Pero justo antes del partido, se recibe en el estadio un telegrama de la FIFA Attention equipe espagnol situation joueur Kubala. Dicho es castizo, cuidadito con lo que hac¨¦is.
D¨¢vila e Iribarren se sienten cazados. Hab¨ªa colado en Turqu¨ªa, pero Hungr¨ªa (gran atracci¨®n del Mundial y cuya eventual retirada habr¨ªa sido una cat¨¢strofe) alert¨® a la FIFA, que se cur¨® en salud con ese telegrama. Kubala deja su plaza a Escudero. El partido acaba 2-2, tras pr¨®rroga. La clasificaci¨®n se decide por sorteo, donde la mano inocente de un bambino, Giuliano Gemma, saca de una copa la papeleta de Turqu¨ªa. La de Espa?a, en la que previamente Sancho D¨¢vila ha pintado una cruz como sortilegio, se queda dentro.
Sancho D¨¢vila y Luis Iribarren cesaron inmediatamente. Ah¨ª termin¨® su joint venture.
Cuatro partidos, uno ganado, dos empatados, uno perdido. Fuera del Mundial por las botas de Turqu¨ªa. Ese fue todo el palmar¨¦s de Iribarren, que regres¨® a su consulta, como su mentor, Sancho D¨¢vila, regres¨® al mundo del toro. En cuatro partidos utiliz¨® 24 jugadores diferentes. S¨®lo Venancio jug¨® los cuatro.
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