Marcelo deslumbra en la victoria del Madrid en Michigan

Aunque todav¨ªa es pronto para averiguar cu¨¢les ser¨¢n los planes de Zidane para el Madrid de la pr¨®xima temporada, est¨¢ claro que en ellos entrar¨¢ de nuevo Marcelo, sobre todo si su partido de ayer ante el Chelsea no es m¨¢s que el comienzo de su puesta a punto. Dos goles y una asistencia como balance final convirtieron al lateral brasile?o en el protagonista de un partido en el que se reconocieron pautas de juego similares al anterior.

El segundo partido de la pretemporada del Madrid fue, en ciertos aspectos, como una versi¨®n beta del primero con varias mejoras incluidas. La defensa, por ejemplo, estuvo algo m¨¢s ordenada que frente al PSG, con Varane y Nacho conectados, y Marcelo y Carvajal libres para poder complementar el juego en el centro del campo. No se conocen cadenas que puedan contener al brasile?o, que incluso fuera de su mejor forma cuenta con recursos para generar el caos en cualquiera de sus internadas. Ante el Chelsea fue como un vendaval, como un running back tan propio del escenario -m¨¢s de 100.000 personas abarrotaron el Michigan Stadium- que levant¨® a los asistentes a base de potencia.?

Volvi¨® a desplegar Zidane ese 4-4-2 con las horas contadas, a la espera de poder contar con su centro del campo titular, pendiente de la incorporaci¨®n de Kroos y de la puesta a punto de Modric. Mariano y Morata ocuparon las posiciones de ataque, mientras que Asensio se acost¨® en la banda izquierda, siendo Kovacic y Casemiro quienes dominaron el centro. Lucas V¨¢zquez fluctu¨® entre el medio y el ataque, llegando a encabezar varios contragolpes por el carril central. A pesar de que volvi¨® a dejar muestras de su fortaleza en la tenencia del bal¨®n y en la combinaci¨®n r¨¢pida, Asensio perdi¨® pase en su nueva posici¨®n. Si bien en el primer partido llev¨® el peso del juego actuando como organizador, ante el Chelsea sirvi¨® de complemento para que Marcelo ejecutara su mejor truco.

Da gusto ver al brasile?o amagar con la cintura y avanzar a poquitos, como si cada autopase estuviera medido en el tiempo y el espacio. Lo hizo por dos veces, d¨¢ndoles a ambas jugadas una ejecuci¨®n diferente. Primero envi¨® la pelota al fondo de la porter¨ªa con un disparo con la pierna derecha que golpe¨® en Oscar. Y despu¨¦s, tras recuperar el bal¨®n lanz¨¢ndose al suelo, y entregarlo moment¨¢neamente a Asensio, se comi¨® a bocados el c¨¦sped para rematar la caminata con un disparo de puntera con la zurda que apuntal¨® el palo derecho de Begovic.

Se sinti¨® c¨®modo el Madrid tocando con orden. Morata hac¨ªa de lanza descargando el juego a las bandas y Mariano se pegaba con todo el mundo demostrando su contundencia f¨ªsica. Sin embargo, le result¨® m¨¢s provechoso al canterano bajar las revoluciones y centrarse en su tobillo. Agarr¨® un bal¨®n sin sangre cedido por Marcelo para convertirlo en un latigazo virulento desde fuera del ¨¢rea que se col¨® por encima del portero del Chelsea.

Doblete de Hazard

Tras el descanso, y con el carrusel t¨ªpico de cambios, el duelo pas¨® a su fase m¨¢s experimental y menos representativa. Con Danilo como ¨²nico representante de la primera plantilla, el Chelsea gan¨® peso. No emple¨® un juego demasiado vistoso, pero s¨ª volvi¨® a demostrar que cuenta con individualidades de primer nivel. Entre ellas se encuentra Hazard, que aprovech¨® dos malas decisiones de Ya?ez, una salida innecesaria y otra mal calculada, para recortar distancias.

Ya con un perfil menos agresivo y m¨¢s manejable, los blancos se dedicaron a mantener la diferencia y a tratar de mantener la pelota para contrarrestar la superioridad t¨¦cnica del conjunto de Conte. Seguramente sea en esos detalles en los que se fije Zidane a la hora de sacar sus conclusiones. Si bien no cuenta con el grueso de su plantilla, s¨ª parece haberse concienciado de que a falta de fichajes ser¨¢n los jugadores de la cantera quienes puedan resultar necesarios a lo largo de la temporada.