Bolt y Phelps contra la basura
Suerte que queda poco para que fontaneros, electricistas, poceros y manitas varios dejen su lugar a quienes pueden hacer grandes a estos Juegos
Nochevieja de 1989. Televisi¨®n Espa?ola emite el habitual programa de fin de a?o. En ¨¦l, Martes y Trece hacen una parodia sobre la situaci¨®n de los venideros Juegos de Barcelona 92. Y en ella vemos a Cobi, la mascota del evento, paseando por el estadio Ol¨ªmpico protegido por un enorme paraguas ante el chorreo de goteras que caen de las gradas a la pista. Y eso ocurre mientras un saltador de longitud, el italiano Domenico Modugno, fofo, tripudo y cabez¨®n, toma carrera en busca de un salto de 25 metros, prop¨®sito fallido no por la distancia (¡°casi, casi lo consigue¡±, dice el narrador), sino porque un obrero con una carretilla interrumpe su sprint, que finaliza en un foso de arenas movedizas. No le va mejor al gimnasta japon¨¦s Kushao Olimpiao, que en el salto de potro recibe una coz en sus genitales del propio potro. Quedaban a¨²n dos a?os y medio para los Juegos de Barcelona y Espa?a se atrev¨ªa a reirse de s¨ª misma (nada hay m¨¢s saludable) dibujando una caricatura sobre su capacidad para organizar tama?o acontecimiento. Y ocurri¨® que aquellos Juegos fueron, al menos hasta ese momento, los mejores de la historia.
Cuentan los cronistas que el Cobi brasile?o no tendr¨ªa hoy, a cuatro d¨ªas del inicio de los Juegos de R¨ªo, paraguas en el que resguardarse ante tantas calamidades como se le vienen encima. Y relatan los cronistas que en su estancia en la villa ol¨ªmpica, junto a 15.000 inquilinos m¨¢s, la atl¨¦tica mascota podr¨ªa encontrarse con problemas de agua, de electricidad, de ruido, de hedor, con escapes de gas, con alg¨²n agujero en el techo e incluso con alg¨²n peque?o incendio, como el que afect¨® al edificio de la delegaci¨®n australiana. Por la villa ol¨ªmpica, por lo visto, siguen desfilando capataces, fontaneros, electricistas, poceros y manitas varios, por lo que no es descabellado pensar que ande por all¨ª aquel obrero que carretilla en mano interrump¨ªa la carrera del gran Domenico Modugno.
Seguro que todo se arregla. Incluso, si no llueve demasiado, no habr¨¢ peligro de que las aguas fecales se hagan fuertes en la bah¨ªa de Guanabara, escenario de algunas pruebas de vela y windsurf. Seguro que todo sale bien, que no hay mosquito zika que detenga la gran ilusi¨®n de los dirigentes de un pa¨ªs empocilgado en la corrupci¨®n al estilo del partido que en Espa?a gana las elecciones.
Y suerte que llegar¨¢ el momento en que la competici¨®n eche a andar. Y ser¨¢ entonces cuando el Cobi brasile?o sonr¨ªa a su manera viendo a Usain Bolt en la pista o a Michael Phelps en la piscina, dos de los miles de deportistas que pueden conseguir que estos Juegos se recuerden por algo m¨¢s que por la basura.
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