Ellas juegan, ellos dirigen
Los cinco seleccionadores de los equipos femeninos de Espa?a en R¨ªo son hombres y tan solo tres de los 56 clubes de sus Ligas cuentan con entrenadoras
El formidable salto protagonizado por las deportistas espa?olas durante los ¨²ltimos a?os es tan incuestionable como la carencia de entrenadoras en la ¨¦lite. Los Juegos Ol¨ªmpicos de R¨ªo evidencian el contraste. Nunca hubo tantas mujeres en la lista de partida. Las 142 espa?olas que competir¨¢n superan los mejores registros, las 128 en Barcelona 1992 y las 138 en Atenas 2004. Representan un 46,5% del total de deportistas espa?oles en la primera edici¨®n sudamericana de unos Juegos que llegan tras el ¨¦xito de las mujeres espa?olas en Londres 2012, donde obtuvieron 11 de las 17 medallas que sum¨® Espa?a. Sin embargo, las cinco selecciones femeninas que se ganaron su presencia en R¨ªo, las de baloncesto, balonmano, waterpolo, hockey hierba y rugby 7, son dirigidas por hombres. Rozan tambi¨¦n el pleno los entrenadores ayudantes, con la excepci¨®n de Isabel S¨¢nchez, colaboradora del seleccionador de baloncesto, Lucas Mondelo.
La realidad en las selecciones absolutas es una fiel traslaci¨®n de lo que acontece en las Ligas espa?olas. Solo tres de los 56 clubes que compiten en total en las cinco Ligas de los deportes en cuesti¨®n cuentan con una entrenadora: Aranzazu Muguruza, en el IDK Gipuzkoa (baloncesto), Montse Puche, en el Bera Bera (balonmano), y Coral Vila, en el GEiEG de Girona (rugby). No hay una sola entrenadora en los 20 clubes que compiten en total en las Ligas femeninas de hockey hierba y waterpolo.
¡°Las oportunidades eran m¨ªnimas, pero cuando acab¨¦ mi etapa como jugadora en 2008, quise seguir vinculada al balonmano¡±, cuenta Puche, licenciada en Educaci¨®n F¨ªsica, la entrenadora que triunfa con el Bera Bera, con el que ha conseguido el ¨²ltimo t¨ªtulo de la Liga femenina de balonmano. El a?o pasado se celebr¨® una reuni¨®n de los entrenadores de la Divisi¨®n de Honor. ¡°Yo era la ¨²nica mujer, y eso te hace sentirte un poco en soledad¡±, admite. Y advierte que el balonmano femenino es muy diferente del masculino. ¡°El car¨¢cter de una jugadora no tiene mucho que ver con el de un jugador, lo que se cuece en un vestuario de chicas es totalmente diferente. Fui jugadora y s¨¦ c¨®mo funciona la din¨¢mica en un grupo femenino. Son cuestiones importantes para las chicas y que a veces un entrenador desconoce¡±.
Los motivos por los que no existen m¨¢s entrenadoras en los equipos de ¨¦lite son diversos. Puche apunta dos. ¡°Por un lado, las mujeres suelen sentirse m¨¢s condicionadas por las obligaciones familiares, sobre todo cuando son madres. Consideran incompatible esa responsabilidad con la enorme cantidad de tiempo que requiere entrenar a un equipo de ¨¦lite. Y tambi¨¦n es importante apuntar que las ni?as no tienen referentes como los ni?os, como Nadal, Alonso, Ronaldo, Messi, Gasol¡ La repercusi¨®n del deporte femenino es muy limitada. Incluso con figuras como Mireia Belmonte, Ruth Beitia¡ Los ¨¦xitos femeninos, a veces, ni se mencionan en los medios. Es una cuesti¨®n dolorosa¡±.
Aranzazu Muguruza, la ¨²nica entrenadora en la ¨¦lite femenina del baloncesto al frente del IDK Gipuzkoa, no cree que exista discriminaci¨®n. ¡°Es cierto que el 80% de mi promoci¨®n en el INEF eran chicos. Yo lo tuve bastante claro. Hab¨ªa jugado y enseguida me llamaron porque ten¨ªa la ventaja de ser entrenadora y preparadora f¨ªsica. Es una realidad, en todas las ligas hay pocas entrenadoras. Ahora, en categor¨ªa base empiezan a verse m¨¢s¡±.
Mar¨ªa Planas ha sido la ¨²nica mujer seleccionadora de baloncesto, entre 1979 y 1984, y Cristina Mayo, la ¨²nica al frente de la direcci¨®n t¨¦cnica de la selecci¨®n de balonmano, entre 2000 y 2002. Mar Sanrom¨¤ fue seleccionadora de waterpolo en dos etapas, la ¨²ltima concluida, por decisi¨®n propia y razones personales, en 2007. Pere Robert, vicepresidente deportivo de la Federaci¨®n de Nataci¨®n, atribuye la escasez de entrenadoras de waterpolo a que es un deporte con apenas 20 a?os de existencia, sin la tradici¨®n del masculino. Robert detecta signos de cambio: ¡°Algunas de las jugadoras que est¨¢n a punto de retirarse o que se han retirado ya han mostrado inquietudes al respecto. Desde la federaci¨®n se trata de fomentar la aparici¨®n de nuevas entrenadoras, acelerando los procedimientos. A trav¨¦s de una titulaci¨®n reglada, aquellas jugadoras que han conseguido medallas ol¨ªmpicas o mundiales pueden obtener el t¨ªtulo de entrenadoras superiores en un a?o en lugar de los tres en que se obtienen en condiciones normales¡±.
Isabel S¨¢nchez, entrenadora ayudante en la selecci¨®n femenina de baloncesto, habla con entusiasmo de su labor: ¡°Vivo momentos muy parecidos a los que viv¨ª como jugadora¡±, dice la exinternacional, que compiti¨® en Pek¨ªn 2008. ¡°Es un mundo apasionante. Esta profesi¨®n siempre se asocia al hombre. Pero ya hay chicas que me han visto, que se han interesado y que tal vez se animen a realizar esta labor. Al final es un reflejo de lo que se ve y algunas jugadoras, como Laia Palau y Anna Cruz ya trabajan para sacarse el t¨ªtulo de entrenadoras¡±. Cuando Isabel S¨¢nchez empez¨® el curso superior de entrenadora, recuerda, solo cinco o seis de los 160 alumnos eran mujeres. Ella, cuando jugaba ya admiraba la labor de su entrenadora Carme Lluveras, con la que gan¨® una Liga en el Barcelona, y trataba de ponerse en su piel. Ha seguido su camino, una excepci¨®n, como la de Conchita Mart¨ªnez, capitana del equipo espa?ol de tenis, con una recompensa ol¨ªmpica.
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