Nadal sonr¨ªe, Phelps se emociona y los palo-selfie

Cuando se abrieron las puertas de Maracan¨¢ brillaba el sol: el estadio vac¨ªo, era un juego de luces y sombras. Fue atardeciendo (el sol en R¨ªo se pone sobre las 17.30) mientras los polic¨ªas empezaban a subir por la rampa de acceso, presidida por los anillos ol¨ªmpicos. Hab¨ªa colas para hacerse una foto con el s¨ªmbolo de los Juegos. Los organizadores, mientras, amenizaron la espera con im¨¢genes de los mejores momentos ol¨ªmpicos y de los ¨²ltimos Juegos a trav¨¦s de los videomarcadores. La ovaci¨®n m¨¢s grande, sin embargo, se la llev¨® una pareja de homosexuales durante la kiss-cam: su beso fue aplaudido por todo el estadio.

Hasta que empez¨® la cuenta atr¨¢s. Tres minutos, dos minutos, un minuto. El p¨²blico empez¨® a aplaudir cuando faltaban diez segundos. En un estadio tan bonito como Maracan¨¢ es imposible que algo salga mal. Los fuegos artificiales, las luces, la m¨²sica. Fue una ceremonia que hizo danzar al p¨²blico. Era lo que buscaban los creadores. Consiguieron que incluso los que llevaran traje y corbata se levantaran de sus asientos a bailar.

Lo que levantaron los espa?oles fueron los sombreros. La delegaci¨®n encabezada por Rafa Nadal fue la m¨¢s ruidosa junto a la italiana. Saltos, gritos, besos a c¨¢mara. No hab¨ªa manera de desfilar ordenados. El tenista luci¨®, posiblemente, la sonrisa m¨¢s grande de la ceremonia. Dec¨ªa el mi¨¦rcoles que no iba a estar nervioso porque ya hab¨ªa desfilado en Pek¨ªn 2008. Pero en China no era el abanderado. Anoche en R¨ªo se le vio con una mezcla de orgullo, nervios y alegr¨ªa. Como la de Federica Pellegrini, plusmarquista mundial de los 200 libre y abanderada de Italia el d¨ªa de su 28 cumplea?os. Los de R¨ªo son sus cuartos Juegos.

M¨¢s emocionado se vio a Michael Phelps. Lideraba una expedici¨®n, la americana, tan grande que ocup¨® todo el estadio. El nadador de Baltimore (22 medallas ol¨ªmpicas, 18 de oro) pase¨® por Maracan¨¢ muy junto a sus compa?eros, como si la timidez le impidiera ponerse por delante. El secretario de estado John Kerry le hac¨ªa fotos desde la grada. El color lo pusieron los trajes de Burundi, Burkina Faso, Camer¨²n, Costa de Marfil, Yibuti, Honduras, Hait¨ª, Indonesia¡­No faltaron, por supuesto, los palos de selfie y las im¨¢genes curiosas como la de la delegaci¨®n irlandesa calentando a ritmo de salsa antes del desfile.?

Hubo m¨¢s ovaciones (a Cuba, Palestina, Portugal, al abanderado de Tonga, el taekwondista Pita Nikolas que desfil¨® con el torso desnudo y, sobre todo, a los refugiados) que pitos. No se escucharon grandes silbidos para la delegaci¨®n rusa ¨Cpor el informe McLaren y el dopaje de estado-, pero s¨ª para la alemana. Los brasile?os no han olvidado el 7-1 que sufrieron en el Mineir?o en la semifinal del Mundial de 2014.