Valverde trabaja, Purito sigue a rueda
El murciano, que no se sent¨ªa en su mejor d¨ªa, trabaj¨® para su compa?ero, que pensaba en el podio y termin¨® quinto
Purito estaba de 10 y ten¨ªa en la cabeza una medalla, y Valverde es un profesional como hay pocos, y as¨ª es la vida, y el ciclismo. As¨ª es su mecanismo: un abrir y cerrar de ojos lo cambia todo, y as¨ª es Javier M¨ªnguez, el director que ya lo ha visto todo y lo sigue viendo mientras la rueda gira, y as¨ª lo explica y se explica.
La ¨²ltima carrera de su vida profesional Purito Rodr¨ªguez la ha disputado al lado de Alejandro Valverde, rival, compa?ero y dolor de muelas a lo largo de su carrera, y ha disfrutado de su trabajo y su ayuda. A Valverde, Purito le ayud¨® a ganar una Lieja y m¨¢s carreras, y a Purito, Valverde le hizo llorar en el podio de Florencia, donde descubri¨® que una medalla de plata puede saber a rabia.
Antes de salir, los d¨ªas de reconocimiento y an¨¢lisis, M¨ªnguez advert¨ªa a sus chavales, ¡°?ojo a Nibali!, ?ojo al descenso!¡±, y durante la carrera se lo repet¨ªa. Y Purito y Valverde, despu¨¦s del trabajo de Castroviejo, estaban bien y en sus sitio cuando comenz¨® el pen¨²ltimo descenso desde la Vista Chinesa, la mejor panor¨¢mica de R¨ªo a sus pies. Y entonces Nibali empez¨® a acelerar para buscar a su compa?ero Caruso fugado, y delante de los espa?oles se cay¨® Richie Porte, y cuando quisieron darse cuenta, el italiano y una docena de corredores m¨¢s ya les sacaban medio minuto. Una ca¨ªda de un rival priv¨® de poder luchar por la victoria de igual a igual a los espa?oles; una ca¨ªda propia priv¨® del oro a Nibali. Y todo ello permiti¨® que Valverde pudiera despedirse a lo grande del que acabar¨¢ siendo su amigo.
En R¨ªo, cuando, ya cortado bajando y aprovechando a¨²n la estela de Cancellara, el suizo que se entren¨® para la contrarreloj del mi¨¦rcoles, Purito le dijo, ¡°Bala, tengo piernas de medalla¡±, Valverde se volvi¨® y le respondi¨®, ¡°pues yo no me veo bien¡±. E inmediatamente se puso en cabeza del grupo y trabaj¨® y trabaj¨® en el llano, llevando a rueda a una buena docena. Se vaci¨® y cuando ya no pod¨ªa m¨¢s, al pie de la ¨²ltima ascensi¨®n, Purito sal¨® acompa?ado de Meintjes y se fue solo a por el grupo de Nibali. Las piernas magn¨ªficas, finas, viv¨ªsimas, que le hab¨ªan prometido una medalla las utiliz¨® para alcanzar a los huidizos rivales, as¨ª que cuando estos siguieron atacando no pudo seguirlos. Cuando se cayeron, pudo pensar en la medalla, pero el viento de Copacabana no sopl¨® a su favor. ¡°Dicen que no hay quinto malo, pero este quinto no me gusta¡±, dijo M¨ªnguez. ¡°Si no nos corta la ca¨ªda, no s¨¦ si habr¨ªamos ganado, pero s¨ª s¨¦ que Van Avermaet no lo habr¨ªa hecho¡±.
Purito Rodr¨ªguez deja el ciclismo con dos Giros de Lombard¨ªa (el ¨²nico espa?ol capaz de ganar el monumento de las hojas ca¨ªdas) y una Flecha, y el lamento final de no haber podido con la Lieja que le prest¨® a Valverde y de que un podio ol¨ªmpico no acompa?ara a sus otros tres grandes podios, en la Vuelta, en el Tour y en el Giro.
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