Phelps y Chad, el juego de los antagonismos
El estadounidense y el sudafricano se reencuentran despu¨¦s de un a?o de provocaciones para saldar la cuenta de la final de 200 mariposa de Londres en la piscina de Rio

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La carrera dura menos de dos minutos. Pero el juego que la justifica compromete a los participantes a lo largo de a?os hasta conformar el sentido mismo de sus vidas. Michael Phelps construy¨® su leyenda en torno a la prueba de 200 metros mariposa. Fue a sus primeros Juegos con 15 a?os, en 2000, a nadar una ¨²nica carrera: los 200 mariposa. Gan¨® el oro en Atenas y en Pek¨ªn batiendo r¨¦cords en esta especialidad. Y lo perdi¨® en Londres. Se lo arrebat¨® por cinco cent¨¦simas de segundo la repentina aparici¨®n de un joven atrevido y charlat¨¢n originario del sur del Oc¨¦ano ?ndico y abanderado por Sud¨¢frica, de nombre Chad Guy Bertrand Le Clos. Desde entonces, ambos nadadores representan un contraste tan viejo como la humanidad. El juego concluye en la noche del martes, en el centro acu¨¢tico de R¨ªo. El bolet¨ªn del programa refiere lac¨®nicamente que se trata de la final de 200 mariposa.
Chad le Clos empalm¨® el lunes la final de 200m libre con la semifinal de los 200m mariposa. Apenas dispuso de media hora para descansar entre un evento y el siguiente. En ambos dio espect¨¢culo. En la final de 200m libre sali¨® a romper la carrera nadando el primer 100 en 50,36s, a ritmo de r¨¦cord del mundo. El empleo de tanta energ¨ªa en el arranque siempre entra?a el riesgo de hundimiento prematuro. Los nadadores lo llaman t¨¢ctica suicida. Que lo hiciera por la calle uno, contra el borde de la piscina, increment¨® la sensaci¨®n de aventura desaforada. El arrebato gener¨® tanta confusi¨®n en sus rivales que estuvo a punto de darle el oro. Lo perdi¨® en los ¨²ltimos metros, aplastado por la fatiga y las brazadas largas del chino Sun Yang.
¡°Fue una carrera loca¡±, dijo Chad en la madrugada del lunes, aparentemente fresco y de buen humor. ¡°Normalmente nado las pruebas en negativo para volver r¨¢pido en el ¨²ltimo 50. Esta vez intent¨¦ ganar una ventaja para poder nadar en agua limpia y as¨ª evitar el oleaje que se crea en la calle uno cuando vas por detr¨¢s. Intent¨¦ aguantar pero en el viraje del 150 perd¨ª mucho y ah¨ª Sun empez¨® a recuperar. Cog¨ª la plata, y est¨¢ bien, pero me habr¨ªa gustado ganar el oro¡±.
Media hora despu¨¦s se meti¨® en la c¨¢mara de salidas para nadar la semifinal de los 200m mariposa. Cuando vio a Michael Phelps concentrado con su gorro, sus cascos y su capucha, comenz¨® a provocarle con un juego de pies y manos, como de boxeador que pelea contra su sombra. Phelps le lanz¨® una mirada inyectada de odio. El estadounidense interpreta el papel de invencible afligido.
La derrota de Phelps ante Le Clos en la final de 200 mariposa de los Juegos de Londres fue un drama que los dos protagonistas analizaron de forma opuesta. Para Le Clos supuso vencer al mejor nadador de la historia, y se resisti¨® a creer las versiones que se?alaban que Phelps hab¨ªa llegado a la competici¨®n tras abandonar los entrenamientos en 2008, con apenas unos meses de preparaci¨®n. El sudafricano logr¨® el oro con un tiempo de 1m 52,96s y Phelps la plata, un pesta?eo despu¨¦s: 1m53,01s.
La mec¨¢nica de la brazada, la necesidad de comprometer los m¨²sculos m¨¢s grandes del cuerpo de forma intensiva, y la distancia que es preciso recorrer a m¨¢xima velocidad, convierten los 200m mariposa en la prueba fisiol¨®gicamente m¨¢s exigente de la nataci¨®n. Ninguna otra produce m¨¢s ¨¢cido l¨¢ctico en los participantes. Phelps ha batido los ¨²ltimos ocho r¨¦cords mundiales. Pero Bob Bowman, su entrenador, asegura que los r¨¦cords no le impresionaron m¨¢s que ese tiempo fallido de la final de Londres: ¡°Fue el milagro de un freaky. El t¨ªo no entren¨® esa prueba en tres a?os. Nadie m¨¢s en la historia habr¨ªa podido presentarse as¨ª, en ese momento, a una final ol¨ªmpica, y alcanzar un punto en el que solo pueden superarte por cinco cent¨¦simas¡±.
Suspendido por conducir borracho en 2014, Phelps no pudo acudir a los Mundiales de Kaz¨¢n del a?o pasado. Pero s¨ª nad¨® los campeonatos nacionales americanos, en donde, tras a?os de ausencia, hizo 1m 52,94s, su mejor marca con ba?ador textil y el mejor tiempo de 2015. Al enterarse, Le Clos, que estaba participando en los Mundiales, lanz¨® un mensaje. ¡°Estoy muy feliz de que Michael haya vuelto en plena forma¡±, dijo. ¡°Ahora no podr¨¢ decir ¡®Oh, no he estado entrenando¡¯, y toda esa basura que ha estado soltando. El a?o que viene ser¨¢ Muhammed Ali contra Joe Frazier¡±.
El a?o que viene es ahora. Dec¨ªa el c¨¦lebre historiador Johan Huizinga que la existencia del juego ¡°corrobora constantemente, y en el sentido m¨¢s alto, el car¨¢cter supral¨®gico de nuestra situaci¨®n en el cosmos¡±. El dualismo de Phelps y Le Clos refleja la divisi¨®n natural de la tribu.
A sus 24 a?os, Le Clos manifest¨® su sentido l¨²dico del acontecimiento jugando a que boxeaba y Phelps, que tiene 31, jug¨® a ser Phelps, el competidor implacable, el hombre con una misi¨®n hist¨®rica.
¡°He tratado por todos los medios de no implicarme emocionalmente en la carreras¡±, dijo Le Clos, encogi¨¦ndose de hombros, cuando le revelaron que una c¨¢mara hab¨ªa descubierto su pantomima. ¡°Tengo un gran respeto por Michael. El a?o pasado hice unas declaraciones que se malinterpretaron. Yo quiero ganar a Michael y ¨¦l me quiere ganar a m¨ª. Pero soy yo contra otros siete nadadores. Esto no es un duelo con Michael o con Lazlo Cseh. Para m¨ª el planteamiento es sencillo: ¡®da igual qu¨¦ t¨¢ctica siga; yo te cazar¨¦. Debes temer a alguien que nunca se rinde. Seguir¨¦ volviendo a por ti¡¯. Estoy seguro que todos mis adversarios pensar¨¢n eso en los ¨²ltimos 50 metros¡±.
El car¨¢cter l¨²dico es propio de la acci¨®n m¨¢s sublime. Los Juegos Ol¨ªmpicos son solo un juego en el que, por suerte, el mundo cotidiano se cancela temporalmente para que los muchachos diviertan a la comunidad.
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