?Kenia gana el marat¨®n!
Jemima Sumgong, primera mujer del pa¨ªs dominador del fondo que se impone en unos Juegos. Aguilar se desvaneci¨® por el calor y fue evacuada en ambulancia
Bajo un sol que ard¨ªa y quemaba las pieles tiernas, al samb¨®dromo, la ca¨®tica meta de un marat¨®n devastador, llegaron Leila y Lily, dos de las trillizas estonias que salieron; lleg¨® Azucena D¨ªaz (2h 35m 2s, 34?) y lleg¨®, entre diez y 20 minutos antes que ninguna de ellas, Jemima Sumgong (2h 24m 4s), la primera keniana que se proclama campeona ol¨ªmpica de marat¨®n. No lleg¨® Estela Navascu¨¦s, que se mareaba y no pod¨ªa m¨¢s y se retir¨® mediada la prueba; tampoco lleg¨® la espa?ola de la que m¨¢s se esperaba, la lucense Alessandra Aguilar, tumbada por el calor de Brasil en invierno.
La finalista del Mundial de Mosc¨² se desvaneci¨® antes de llegar al kil¨®metro 25, agotada por el calor y la humedad y su probable falta de aclimataci¨®n. ¡°Me dijo que se sent¨ªa bien y que se hab¨ªa propuesto alcanzar a una japonesa que ten¨ªa delante, y que iba cerc¨¢ndose cuando, de repente, se vio en el suelo a cuatro patas y pregunt¨¢ndose ?d¨®nde est¨¢ la japonesa?, ?d¨®nde est¨¢ la japonesa?¡±, dice Christophe Ram¨ªrez, el m¨¦dico de la selecci¨®n de atletismo, que explica que la causa del desvanecimiento fue la deshidrataci¨®n provocada por el calor y la humedad y acrecentada porque la atleta est¨¢ pasando la regla. Fue evacuada del circuito en una ambulancia, donde la recuperaron con suero y en la que lleg¨® m¨¢s de una hora despu¨¦s a la zona m¨¦dica de la meta, saturada por los casos que deb¨ªan atender. Dos horas despu¨¦s estaba en el autob¨²s atascado en el R¨ªo interminable en el que echaban pestes las competidoras. Para volver a la Villa Ol¨ªmpica debieron esperarlo media hora al sol despu¨¦s de haber sometido a su cuerpo al mayor de los esfquerzos.
Castell¨®n y Londres
Pese a la dureza impuesta por el calor y la humedad, y el sol casi ecuatorial, tan vertical, el tiempo de Sumgong se qued¨® a 57s del r¨¦cord ol¨ªmpico, tan r¨¢pido corri¨® la atleta, de 31 a?os, que hace cinco a?os ganaba el marat¨®n de Castell¨®n y este 2016, en abril, el de Londres, uno de los m¨¢s prestigiosos del mundo. Eunice Jepkirui Kirwa, keniana nacionalizada por Bahrein hace tres a?os, consigui¨® la medalla de plata, 9s detr¨¢s de su excompatriota, y la gran favorita, la et¨ªope Mare Dibaba -apellidada igual que las hermanas Tirunesh y Genzebe, pero sin v¨ªnculo familiar con ellas-, se llev¨® el bronce en una carrera en la que tambi¨¦n sucumbi¨® al calor otra de las favoritas, la et¨ªope Tigist Tufa, ganadora en Londres en 2015, que se retir¨®. Fue una de las 23 que no llegaron a la inmensa recta del samb¨®dromo de las 156 que tomaron la salida.
¡°Ten¨ªa planeado atacar en el kil¨®metro 35, a siete de la llegada, y el movimiento fue perfecto¡±, dijo la ganadora en el templo del carnaval de R¨ªo y la samba, en el que tuvo que esquivar en los ¨²ltimos metros a un hombre que salt¨® la valla con un cartel en las manos para acercarse a ella, pero fue detenido antes. La televisi¨®n cambi¨® r¨¢pidamente de plano y no pudo apreciarse la reivindicaci¨®n del espont¨¢neo. ¡°Al verle, me acord¨¦ de que algo similar me ocurri¨® al ganar en Londres, y me asust¨¦, pensando que pod¨ªa perderlo todo. Hac¨ªa mucho calor, pero eso afectaba a todas. Me control¨¦ muy bien y escuch¨¦ cuidadosamente a mi cuerpo¡±.
No solo las trillizas estonias llamaron la atenci¨®n por su exotismo en un marat¨®n que tuvo su parte de reivindicaci¨®n, de show y de carrera popular. Terminaron, y muy bien clasificadas, las mellizas norcoreanas Hye-Song y Hye-Gyong Kim, d¨¦cima y und¨¦cima, zapatillas rosas una, azules la otra; las gemelas alemanas Anna y Lisa Hahner fueron 81? y 82?. Sara-al-Attar, la pen¨²ltima clasificada (3h 16m 11s) cruz¨® la meta ondeando la bandera de Arabia Saud¨ª. Aunque no hab¨ªa alcanzado la m¨ªnima para participar en R¨ªo, Attar, de 23 a?os, nacida en California, recibi¨® una invitaci¨®n especial del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI), para fomentar el deporte entre las j¨®venes de su pa¨ªs, v¨ªctima de la pol¨ªtica machista del r¨¦gimen saud¨ª. Para no ofender a los hombres en su reino, Attar compiti¨® con manga y pantalones largos, pero, para no asfixiarse, dejaba, al menos, ver el cabello bajo su gorra. En 2012, cuando corri¨® los 800m en los Juegos de Londres lo hizo tambi¨¦n con capucha cerrada, sin que le asomara ni un cabello.
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